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En el artículo de opinión que publica cada domingo Eleazar Díaz Rangel en el diario Últimas Noticias, el periodista destaca tres puntos claves sobre el acontecimiento de la semana: la reanudación de las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba, destacando que tal evento no era fortuito sino que constituía, a todas luces, el cambio de política del país del norte no solo hacia la Isla caribeña sino con respecto a toda América Latina. Sin embargo, en esta nota se proyecta una hipótesis sobre la verdadera causa por la cual Obama decidió firmar las sanciones hacia Venezuela a un día del histórico giro del pasado miércoles.

 

Por Eleazar Díaz Rangel

 

Uno

 

Cuando el mismo miércoles escribí mi comentario “El milagro más grande” sobre la libertad de los tres héroes cubanos y la reanudación de relaciones diplomáticas, alguien me sugirió que lo vinculara con Venezuela, pues seguramente esa decisión de Washington era expresión de una nueva política hacia América Latina. Estaba persuadido de que no era así y ni siquiera insinué tal posibilidad. 

 

Los hechos demostraron mis reservas. Apenas horas más tarde, el presidente Obama promulgó la ley que autoriza al Ejecutivo a congelar fondos y negar visas a los funcionarios venezolanos, presuntamente involucrados en violación a los derechos humanos, según lista elaborada y suministrada por los oposicionistas de Miami. Cabe preguntarse ¿por qué Obama procedió tan inmediatamente?

 

Pudo tomar esa decisión el mismo miércoles 17, y ejecutarla 24 horas después para mostrarse equilibrado. Pero me atrevo a ofrecerles una hipótesis distinta. Como es sabido, y no necesariamente esperada, hubo una fuerte reacción contraria, calificaban a Obama de traidor, y hubo senadores que advirtieron que impedirán que se apruebe el presupuesto para el funcionamiento de la Embajada en La Habana, y que se opondrán a la designación del Embajador. Hay un grupo de congresantes de ambos partidos de acuerdo con esas posiciones y para ayer estaba convocada una manifestación contra Obama, quien, para compensar, habría firmado la promulgación de la Ley. Valentía y coraje demostró el Presidente estadounidense cuando liberó a los antiterroristas y anunció la normalización de relaciones. Ahora demostraría su debilidad y dependencia.

 

Dos

 

Algo tan sorprendente como los inesperados anuncios de ambos Presidentes, fue la forma como pudieron mantener en secreto unas conversaciones que conocían altos funcionarios de Estados Unidos, Cuba, Canadá y el Vaticano durante más de un año, sin que trascendiera nada, absolutamente nada. (Brasil también asegura que intervino). Por lo regular, negociaciones de este tipo son penetradas por el periodismo en cierto momento para extraer algunos datos. En 1970, cuando comenzaban los contactos EEUU-China y se usó la llamada diplomacia del ping pong, en un informe sobre las secretas negociaciones con Beijing presentado por Kissinger al presidente Nixon, éste anotó: “Procuremos que el Departamento de Estado no arrastre los pies en esto”. Imagínense ustedes, ni siquiera la cancillería estadounidense podía enterarse. Algo parecido ocurrió cuando empezaron los contactos con Vietnam para buscar la paz, pero siempre trascendía algo. El periodismo logró algunas filtraciones, y empezaron a aparecer noticias y, luego, especulaciones. Ahora no fue así, de allí que todo el mundo, comenzando por los más poderosos medios y servicios informativos, se enteraron cuando Obama y Castro hablaron. No era nada fácil mantener el secreto.

 

Esta vez no se supo nada. Resultó una proeza que de ninguno de los cuatro ¿o cinco? países se filtrara algo que permitiera al menos sospechar que existían esas conversaciones y, menos aún, la delicada materia que estaban tratando. El más hermético proceso se había desarrollado desde junio de 2013 sin que se conociera nada, como si todas las cuatro ¿o cinco? partes involucradas estaban conscientes de que la difusión de alguna noticia sobre las negociaciones, por insignificante que fuera, podría frustrarlo todo. A la postre, no creo exagerado afirmar que fue una derrota del periodismo.

 

Tres

 

De La Habana recibí el miércoles, cuando toda Cuba lo celebraba, este mensaje de un médico amigo, el Dr. Tony, que muchos conocieron y apreciaron en el Centro de Salud Integral Dr. Salvador Allende, en Chuao:

 

“Querido hermano, si te digo que estoy compartiendo la alegría no sería justo, aquí la alegría se multiplica, 54 años de bloqueo nos han afectado a todos, desde el vientre de mi madre comencé a sufrir con este injusto bloqueo: lo que he visto en estos 54 años es indescriptible. Por un lado, el daño a este país y a sus hijos; por otro lado, la grandeza de Fidel para atenuar cada uno de estos daños, y al final la razón y la justicia se imponen, estos muchachos un día y hoy héroes: a través de su libertad son la vía que hay que aprovechar para avanzar en este país. Es el mensaje que este país necesita, Nuestra América necesita paz, esta América de Bolívar, de Lincoln, de Martí, de Juárez, de Chávez y de Fidel está tallada de dignidad, respeto, sacrificio, de sangre y de la nobleza del hombre de a pie en cada uno de nuestros países desde el sur del Río Bravo a la Patagonia”.  

 

Mis comentarios dominicales no siempre tienen la misma receptividad. Creo que pasa con todos quienes escribimos regularmente. El del domingo, Tres fases de la agresión, fue de esos más comentados, desde Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Cayendo y Corriendo, hasta varios emails, todos valorándolo positivamente. Pero hubo uno que me hizo una válida observación, me preguntó: “¿Cómo fue posible que omitiera la baja en los precios del petróleo entre los factores de la guerra económica?” Tiene toda la razón. Esa merma es una carambola a tres bandas, golpea a Venezuela, a Rusia y a otros productores con políticas no antiestadounidense, sino realmente independientes que Washington no tolera. A Venezuela le está pegando duro, para regocijo de los oposicionistas y de muchos opositores.

 

El Parlamento de la Unión Europea votó 476 a favor, 109 en contra y 49 abstenciones condenando a Venezuela por la muerte de 47 estudiantes durante las guarimbas y mantener detenidos ¡a otros 1.500! Eso no debe sorprendernos, que se apoyen en mentiras, porque es conocida la tendencia de derecha y ultraderecha de esos parlamentarios, comenzando por el Partido Popular español. Lo que debe sorprendernos es que siendo un Parlamento de países seudo democráticos no les interesara escuchar la otra parte. Se conformaron con una versión, suministrada por oposicionistas venezolanos. En Estrasburgo, sede del Parlamento, estuvo una Comisión de las Víctimas de las Guarimbas, con sus versiones sobre los hechos, con pruebas sobre la identificación de las víctimas  y de otros daños, pero estos tipos se negaron a escucharlos. Para nada les interesaba buscar la verdad. 

 

28 millones de kilos de alimentos decomisaron las autoridades civiles y militares este año, dos veces más que el año pasado, informó el ministro Vladimir Padrino. Y suficientes para alimentar medio país durante varios meses. Pero, simultáneamente, las colas en varios Bicentenario eran más largas que nunca. Había llegado leche en polvo.  

 

Y, por supuesto, mis deseos porque festejen las Navidades y que 2015 sea mejor que éste que se va.

 

(ÚN/LaIguana.TV)