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El presidente de la República, Nicolás Maduro, conmemoró el sábado 17 de abril, desde la populosa parroquia 23 de enero, el decimotercer aniversario de la Misión Barrio Adentro, además anunció el reimpulso de este programa social que brinda un servicio médico sin costo alguno a la población en numerosos sectores del país.

 

«Tenemos que llegar hasta la última comunidad, y tenemos que ir mejorando todo el sistema de salud cualitativamente (…) la Misión Barrio Adentro 100% es una de las líneas más importantes para triunfar en este 2016 y el próximo 2017-2018”, fueron las palabras del Mandatario por las pantallas del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).

 

En este sentido, el equipo de LaIguanaTV se dirigió a la comunidad de la parte alta de La Vega, específicamente en el sector Gran Mariscal de Ayacucho para conocer la experiencia, el día a día de un personaje que pone en práctica la humanidad hacia el prójimo. En esta oportunidad, hablaremos de una mujer, de una enfermera que trabaja desde el 2004 en uno de estos establecimientos que forman parte de la Misión Barrio Adentro.

 

Al llegar al lugar, nos encontramos con pacientes esperando en la entrada, se podía sentir algo de frío. Nos sentamos en un puesto de cemento algo improvisado mientras esperábamos; allí observamos gran cantidad de maleza por los alrededores. Seguidamente, vimos venir a una mujer con el cabello recogido, de estatua mediana, piel clara, y por la vestimenta que llevaba puesta, es decir un uniforme determinamos era la enfermera que entrevistaríamos. Y así fue.

 

Saludamos y nos presentamos. Amablemente la señora nos hizo ingresar a la sala de espera. Detallamos que era algo pequeña con 4 sillas dispuestas para los visitantes, otras estaban recogidas, había un peso para adultos, unos estantes donde archivan historias, algunas carteleras informativas, una cortina que tapa la entrada para la enfermería, papeles sobre el escritorio y distintos elementos propios del lugar.

 

Luego de tomar la presión a un paciente, de revisar unos exámenes, de dar información sobre la insistencia de la doctora por habérsele presentado una emergencia, comenzamos la entrevista con Elba Pichardo, la enfermera del módulo, quien nos contó que era oriunda del estado Trujillo. Arribó a Caracas a los 7 años de edad, se residenció primeramente en la parroquia Coche para posteriormente establecerse en La Vega. Madre de 2 hijos y “mujer luchadora, amable y servicial”, así la describieron algunas vecinos cuando llegamos al sitio.

 

Había un poco de bulla, ya que las personas se acercaban y se sentaban a conversar. Sin embargo, Elba prosiguió e indicó que ingresó al centro de salud en un principio como voluntaria, consecutivamente esta condición cambió pasando a tener un cargo formal en el sistema de salud. Contó que su labor ha sido una gran oportunidad para desempeñar sus funciones, el poder colaborar con su propia comunidad es una gran satisfacción personal, además “el tener un empleo cerca de su casa tiene muchas ventajas porque te hace ahorrar pasaje, ahorrar el tiempo en las colas que es importante. Conjuntamente esto permite llegar siempre temprano a tus actividades y no tiene excusa para demorar al trabajo”, indicó sonriente.

 

Elba se sentía un poco indispuesta porque le estaba doliendo los huesos y dijo, que tal vez era uno de esos tantos virus que andan rondando en el ambiente. Pero nada impidió que nos siguiera narrando sus vivencias. Es así como describió que emprende sus actividades a las 7:00 am, anota a los pacientes, les toma la presión arterial, los pesa y de esta manera adelanta el trabajo mientras llega el doctor.

 

Diariamente se atiende un promedio de 30 pacientes y acuden generalmente con padecimientos de hipertensión, asma, fiebre, erupciones de la piel, diarreas, y demás enfermedades, aun cuando el horario es hasta las 12 am si hay algún paciente éste recibe igualmente la atención.

 

Asimismo, hay situaciones en la que algunas personas ameritan que les coloquen tratamientos previamente indicados o hacerse curas y no pueden acercarse a los módulos. Ante estos casos Elba señaló, que se dirige a sus casas cuando lo requieren.

 

En la semana, junto con el médico cumplen visitas casa por casa para evaluar  las condiciones de salud de los vecinos de la comunidad, aparte de hacerles seguimiento a aquellos que poseen algún padecimiento de cuidado o crónico.

 

Especificó que en el módulo, se prestan los servicios de medicina interna, planificación familiar, control prenatal, control de niño sano, vacunación, entre otros.

 

Elba, hace un paréntesis en su descripción porque no quiere dejar pasar y reconocer el grado de sensibilidad y destreza que poseen los médicos cubanos, quienes forman parte de este proyecto que ideó el Comandante Chávez en el 2004. Con nostalgia recordó a ciertos galenos de la isla con los cuales compartió y que se han partido a su nación.

 

La enfermera nos habló de algunas deficiencias que actualmente posee el centro y que se hacen incuestionable con tan solo pisar el lugar, aunque subrayó que si bien es positivo que sostuvieron reuniones con el director distrital Carlos Partida para coordinar las acciones del reimpulso de la Misión, espera que este sea atendido ya que la infraestructura se halla en deficientes condiciones.

 

Tan real lo que puntualizó que pudimos notar humedad, grietas, pero nada que no se pueda resolver con una adecuado mantenimiento, aunado a esto observamos que el lugar estaba poco iluminado, pensamos que era parte del ahorro energético, pues nos equivocamos porque se encontraban sin electricidad por fallas con la brequera.

 

“En todos estos años no ha sido fácil, hemos pasado por muchas situaciones en las cuales hemos que tenido que sacar a flote nuestro módulo con ayuda de la comunidad, no obstante aquí estamos batallando, luchando diariamente dando lo mejor de nosotros”, manifestó dejando claro que han tenido que sobrellevar distintas situaciones entre ellos mismos.

 

Asimismo, añadió que aunque no han presentado fallas en cuanto a la distribución de medicinas, las cuales llegan mensualmente como está estipulado, solicitan la donación de un peso pediátrico, una autoclave para esterilizar material quirúrgico y reemplazar algunos inmuebles que se encuentran deteriorados.

 

Dimos un vistazo al consultorio de la doctora para tomar algunas imágenes y Elba nos dio el permiso. Había una camilla, un escritorio con objetos, algunos gabinetes y una puerta que llevaba a un segundo piso.

 

Había también una ventana pequeña por donde entraban apenas unos rayitos de sol, en el fondo un afiche del Comandante Chávez con su uniforme verde oliva y su boina roja.

 

Salimos y nos volvimos a sentar, era notable el cariño, la receptividad con la que la enfermera daba asistencia a todo el que llegaba al lugar. Elba se había convertido en amiga de muchos de los pacientes del sector y de otros adyacentes.

 

Empezó a hacer más frio y la lluvia se avecinaba. Ya culminando insistió en su agradecimiento “primeramente a Dios, al Comandante Chávez y ahora al presidente Maduro que ha continuado con esta noble labor que ha beneficiado a muchas personas en distintas partes del país.

 

Una vecina del sector, Zoraida Sojo, nos ofreció su testimonio y señaló que este tipo de acciones ha sido una gran solución, “tengo HCM y puedo ir a cualquier clínica privada, sin embargo yo prefiero asistir acá porque tengo una buena atención médica. No tengo que ir lejos porque está cerca el centro además el servicio es eficiente”, señaló de una forma muy segura.

 

“Elba ha tenido mucha entrega y colaboración me consta. No merece una medalla sino una estatua yo diría que es una heroína del barrio. Ella cumple también a cabalidad sus funciones de secretaria, camarera, mensajera y hasta de psicólogo de los pacientes porque siempre está con una buena disposición”.

 

La lluvia empezó a caer, nos despedimos de aquella mujer que representa un ejemplo para muchos, ejemplos para todo aquel que desea ayudar y servir desinteresadamente.

 

(LaIguana.TV)

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