Recientemente, el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla anunció el no pago de 442 millones de dólares de la deuda con el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), lo que evidencia la bancarrota en la que se encuentra el país, producto del estancamiento financiero que tiene desde hace más de una década.

 

Pero ¿Cuáles son las consecuencias que traerá este impago al pueblo puertorriqueño?

 

Son muchas y además de la economía incluye temas sociales y políticos. Así, posiblemente sea cancelada la expansión de industrias, habrá mayor exigencia de la banca para otorgar financiamientos, pudiera haber reducción en el presupuesto del próximo año fiscal e incremento de la población migrante.

 

Más grave aún: el 45% de las escuelas públicas podrían ser clausuradas en los próximos 5 años y la población podría vivir perjudicada por la prestación de servicios públicos.

 

Ante la situación de la deuda Estados Unidos (que mantiene colonizada a la isla) no muestra indicios de solidaridad con Puerto Rico, pues el Congreso de la tierra de Tío Sam se ha reunido varias veces para discutir dicha situación financiera y decidir si ayudan o no al país con la crisis. La respuesta ha sido siempre negativa.

 

En lugar de ayudar, quieren instalar una Junta Fiscal externa en Puerto Rico que “traería como consecuencia que funcionarios federales puedan tomar decisiones que prevalezcan antes que las del Gobierno”, reseña el portal web de teleSUR.

 

¿Hasta dónde quiere llegar Estados Unidos?

 

(LaIguana.TV)

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