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Con motivo del Día de la Madre, LaIguana.TV entrevistó a la vicepresidenta para Movimientos de Mujeres del PSUV, María León, quien le solicitó al jefe del Estado que le asigne a la fuerza femenina del Polo Patriótico la tarea de fundar una nueva AN, con mayoría de mujeres feministas.

 

En conversación con el periodista Clodovaldo Hernández, León envió un saludo especial a doña Elena Frías de Chávez, “quien nos parió ese ser tan grande”. Recordó al Comandante cuando le decía “Madre Leona” y dijo que “todo lo que somos hoy es gracias a haber tenido entre nosotros a ese ser tan extraordinario”.

 

Rememoró palabras del comandante, cuando dijo: “Nos reconocemos en el amor encarnado por las madres venezolanas, somos radicalmente fieles a su amor, un amor que se ha transfigurado en Patria, en Revolución, en humanidad… Madre Patria, madre Revolución, madre humanidad, madre santa, ¡Maisanta!”.

 

Durante el diálogo, María León (Caracas, 1937), ex ministra del Poder Popular para Asuntos de la Mujer e Igualdad de Género, abordó también los siguientes temas:

 

-A este país lo maltratan por haber parido a Bolívar y por haber parido a Chávez. ¿Quiénes lo maltratan?, pues sus malos hijos, los “hijos viles”, como los llamó Andrés Eloy Blanco.

 

-Es evidente que el objetivo de los hijos viles de causar malestar, somos las madres de Venezuela. Es una labor destructiva, obligarte a pasar el día haciendo cola para que no puedas participar en todo eso que nos ha costado tanto edificar, como los consejos comunales, las comunas, las mesas técnicas.

 

-Lo más grave de la guerra que se ha desatado contra la Revolución es la criminalidad, porque cuando pensamos en los hijos que hemos perdido, en las madres que han tenido ese terrible sufrimiento, como la madre de Robert Serra, tenemos que concluir que no hay nada peor que eso.

 

-La derecha es la que promueve las bandas, las drogas, el paramilitarismo, los que trafican con las armas, y después mueren los hijos del pueblo.

 

-Los CLAP empezaron a dar resultado y ahora se están extendiendo a todo el país. Es una demostración de que la respuesta popular siempre es superior a la respuesta punitiva.

 

-El principal personaje allí es este señor al que llaman “el Pelucón”, pero yo lo llamo “el Godo Malandrín”, porque así dice el himno de Zamora.

 

-Ojalá el presidente nos diga: “¡Mujeres, ustedes tomen el sistema de distribución de productos básicos!”, porque en poco tiempo habríamos expropiado a “el Godo Malandrín”.

 

-Cada uno de nosotros, individualmente, ha debido y todavía debe evaluar qué hizo o qué dejó de hacer para que esto haya ocurrido (el 6D), es decir, cuál es nuestra cuota de responsabilidad en un resultado tan negativo.

 

-Si logramos que todos los partidos y movimientos vayan al Congreso de la Patria y forjen un nuevo instrumento que dirija a Revolución, bueno, ¡oligarcas, tembad!

 

-Este momento de la historia pasará por la vergüenza de haber tenido como presidente de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela a un… (silencio)… Yo creo que no tiene calificativo, en castellano habría que crear la palabra para calificar a ese ser humano.

 

-La recolección de firmas (para exigir la investigación de las causas de la muerte del comandante Chávez) es salvar la dignidad de un pueblo que en el futuro se dirá “nos mataron al líder y nos quedamos de brazos cruzados”… ¿Cómo es eso?, ¿cómo a un pueblo le pueden matar su líder y no hacer nada? ¡Nada! Ni los intelectuales ni nadie hace nada, es desesperante.

 

A continuación, la conversación completa:

 

-Las madres venezolanas celebran su  día en una situación muy difícil, que tiende a ser insoportable, con la especulación desatada, la escasez, las colas. ¿Qué puede decirles usted a ellas, como una de las líderes de las mujeres revolucionarias?

-Primero que nada, doy un mensaje de amor y de saludo a la madre de todos, que es la patria, Venezuela, este país tan bendecido y tan maltratado. Así como suele decirse que a las personas destacadas les pasan factura debido a su grandeza, a este país lo maltratan por haber parido a Bolívar y por haber parido a Chávez. ¿Quiénes lo maltratan?, pues sus malos hijos, los “hijos viles”, como los llamó Andrés Eloy Blanco. Esos son los que aplican su receta cada vez que quieren humillar a un pueblo, una receta que consiste en tomar como objetivo a la mujer venezolana, tratar de que caiga en la desesperación, cosa que no han podido lograr. Intentan quitarnos el poco tiempo que nos dejan las actividades que tenemos. ¿Tú sabes lo difícil que es el tiempo para una mujer madre?  Si es ama de casa debe dedicar incontables horas a las labores del hogar… No alcanza el día porque la tarea de la ama de casa es interminable y  mientras más hijos tiene, la tarea es mayor. Si es ama de casa y, además, es trabajadora remunerada en la calle, entonces el tiempo debe compartirse. Y si, adicionalmente, como en mi caso, la mujer tiene un trabajo como activista social, defensora de los derechos de su pueblo, es necesario multiplicarse. Pero, encima, ahora hay que dedicarle un tiempo a las colas y no para buscar cualquier cosa, sino por ejemplo, para buscar pañales… Y después que llega, le dicen que no le venden si no presenta la partida de nacimiento del niño… Es evidente que el objetivo de los hijos viles de causar malestar, somos las madres de Venezuela. Es una labor destructiva, obligarte a pasar el día haciendo cola para que no puedas participar en todo eso que nos ha costado tanto edificar, como los consejos comunales, las comunas, las mesas técnicas. Es terrible, yo siento un gran dolor que haya en el país hijos tan viles y machistas. Y nos preguntamos ¿qué pasa con las madres, las hermanas, las esposas, las hijas de esos hijos viles? ¿Esos seres, hombres y mujeres porque el machismo no es sólo cosa de hombres, qué piensan de sus madres, no piensan que ellas merecen vivir en un país feliz y solidario, como el que intentamos construir nosotras y nosotros? Yo creo que no lo piensan porque el machismo obnubila, no te permite ver la realidad.

 

-¿Cómo evalúa usted la respuesta del gobierno y de la Revolución en general? ¿Por qué llevamos ya más de dos años en la parte más intensa de esta guerra y no hemos podido meter en cintura a los hijos viles?

-Antes que nada, digo que lo más grave la guerra que se ha desatado contra la Revolución es la criminalidad, porque cuando pensamos en los hijos que hemos perdido, en las madres que han tenido ese terrible sufrimiento, como la madre de Robert Serra, tenemos que concluir que no hay nada peor que eso. Esa es una faceta de la guerra que quizá no se ve tanto como la económica, pero genera dolores mayores. Es la guerra que nos quitó a Otayza, que nos quita jóvenes todos los días, incluidos los delincuentes porque es la derecha la que promueve las bandas, las drogas, el paramilitarismo, los que trafican con las armas, y después mueren los hijos del pueblo. En cuanto a la guerra económica, es verdad que ha sido difícil darle respuesta, sobre todo porque ellos tienen el sistema de distribución. El principal personaje allí es este señor al que llaman “el Pelucón”, pero yo lo llamo “el Godo Malandrín”, porque así dice el himno de Zamora. ¿Qué es lo que hacen estos godos malandrines? Pues que si hay cien abastos en una zona, surten solo a dos para que se formen unas colas espantosas. Es una maniobra perversa. Yo no soy especialista, así que no sé cómo se debería proceder. Si me preguntan que creo, diría que hace tiempo deberíamos haberlo expropiado y que los dueños de los abastos que participen en esa maniobra deben ir presos. Las medidas deberían ser drásticas, pero sabrá nuestro gobierno por qué no ha tomado todavía ese tipo de medidas que se merecen esos delincuentes. Pero, más allá de lo que yo proponga, hay que destacar que la respuesta popular, como siempre, ha sido sabia. Esta invención del gobierno regional y las organizaciones populares de Yaracuy ha sido excelente. Se levanta un censo y se llevan los productos casa por casa. Eso empezó a dar resultado y ahora se está extendiendo a todo el país. Es una demostración de que la respuesta popular siempre es superior a la respuesta punitiva. Yo empiezo a sentir que le estamos dando respuesta a la guerra económica con los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP) y que le estamos dando en la cabeza a “el Godo Malandrín”, que es como lo vamos a llamar de ahora en adelante. Claro que nos cuesta esa respuesta, porque es un trabajo que requiere alto grado de organización, pero lo vamos a lograr porque así como los hijos viles nos causan tanto daño, los hijos buenos crean organizaciones, y sobre todo las hijas buenas porque, como casi siempre, las mujeres están tomando en liderazgo de los CLAP. Para mí, lo ideal es que lográramos quitarles todo el sistema de distribución. Ojalá el presidente nos diga: “¡Mujeres, ustedes tomen el sistema de distribución de productos básicos!”, porque en poco tiempo habríamos expropiado a “el Godo Malandrín”.

 

Evaluación de una dura derrota 

-Usted que estuvo en la anterior Asamblea Nacional, ¿cómo evalúa, a la distancia de cinco meses, la derrota del 6D?

-Lo primero es que cada uno de nosotros, individualmente, ha debido y todavía debe evaluar qué hizo o qué dejó de hacer para que esto haya ocurrido, es decir, cuál es nuestra cuota de responsabilidad en un resultado tan negativo.  Y a veces pienso que nos hacía falta un sacudón a la conciencia. En mi caso particular, yo reflexioné mucho sobre mis propias fallas y encontré que una de ellas es no haber actuado suficientemente en la responsabilidad de control que tiene un diputado o una diputada. Las dos tareas de la Asamblea Nacional es legislar y controlar. Nosotros trabajamos más en la legislación que en el control y allí es donde descubrí que no se puso en práctica una ley de 1999, la Ley de Atención al Ciudadano. En la reflexión entendí que no les corresponde a los integrantes de la Asamblea Nacional esa práctica tan común de que nos aborde una persona en la calle y nos entregue una carta o un papelito, solicitando cualquier beneficio, haciendo una denuncia o formulando una propuesta. Esa es una función que le corresponde, según esa ley, a la Contraloría General de la República y yo, en efecto, fui a hablar con el contralor. Yo estoy convencida de que si cada ente público cumple con su deber de establecer una oficina de atención a la ciudadanía y la Contraloría cumple con el suyo, de supervisar esa labor, se acabará en el país ese delito de tráfico de influencia. Hay que cesar eso de que para obtener un empleo, “hazme una cartica”. Hay que recordar que a Antonio Ríos (dirigente de AD, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela en los años 80) lo pusieron preso porque envió una carta recomendando que a una sobrina le dieran un apartamento en un edificio financiado por el Banco de los Trabajadores… Bueno, si se aplicara ese criterio aquí iríamos todos presos porque todo el mundo te entrega papelitos para que tú le sirvas de padrino para resolver un problema o recibir un beneficio al que tiene derecho, que no debería andar mendigándoselo a nadie. Esa fue una de mis fallas y estoy dispuesta a repararla trabajando para que funcionen de verdad las oficinas de atención a la ciudadanía.

 

-¿Usted cree que esa reflexión sobre la cuota personal de culpa la hayan hecho muchos otros dirigentes del PSUV y de los demás partidos revolucionarios?

-Me imagino que sí porque ha habido muchas discusiones y reuniones. Me ha gustado mucho lo que ha pasado porque la autocrítica de la dirección del partido no fue solo verbal sino de acción. Por ejemplo, teníamos fallas en las reuniones de la dirección del partido y se han ido corrigiendo. Teníamos fallas en el funcionamiento de los organismos intermedios y se hizo un congreso para reorganizar el partido en todas las instancias. En la práctica logramos mucho con la autocrítica y eso me da mucho optimismo porque yo creo en el papel crucial del partido en una revolución socialista. El año que viene se cumplen cien años de la primera vez que triunfó el socialismo en el mundo y los trabajadores asumieron el control del Estado. Después ha habido muchas revoluciones, la china, la vietnamita, la cubana, y en todas, el papel fundamental lo han jugado los partidos. Me refiero, claro, a la dirección, porque las revoluciones no las hacen los partidos sino los pueblos, pero un pueblo anarquizado es incapaz de hacer revolución, necesita una dirección y es allí donde se vuelve primordial el partido. Eso está probado en 99 años de luchas concretas. Esto pone de manifiesto la importancia que para la Revolución Bolivariana, la primera del siglo XXI, tiene el PSUV y los demás componentes del Gran Polo Patriótico. Claro que lo ideal sería tener un solo partido, pero todavía el espíritu competitivo propio de la sociedad capitalista que nos ha formado, nos lleva siempre a los pequeños grupos. En el futuro superaremos esas rémoras. Ahora, en la situación concreta actual, si logramos que todos los partidos y movimientos vayan al Congreso de la Patria y forjen un nuevo instrumento que dirija a Revolución, bueno, ¡oligarcas, tembad!, ja, ja, ja.

 

-En las últimas semanas han recrudecido los ataques a las mujeres que ocupan altos cargos del Estado venezolano. ¿Cómo lo ve usted, que es una de las grandes activistas históricas de la lucha feminista en Venezuela?

-La derecha conservadora, lo es no sólo en sus ideas económicas y políticas, también es conservadora de los diez mil años de opresión y desprecio a la mujer. Para esa mentalidad, es inaceptable el nuevo mundo, el mundo de la igualdad de la mujer. No pueden resistirlo porque lo que tienen en su mente son ideas muertas. Recuerdo un amigo que decía que si las ideas muertas en la cabeza de algunas personas olieran mal, la peste no se aguantaría. Entre esas ideas muertas está la más terrible que ha tenido la humanidad, que es la misoginia. Eso viene desde tiempos remotos. Los filósofos griegos, por ejemplo, identificaban a Pandora como la madre de género humano, pero al mismo tiempo, la madre de todos los daños y todas las tragedias. Si vas para donde los cristianos, igual es Eva la pecadora, la culpable. Toda esa tradición milenaria de misoginia, de machismo se expresa en la actitud de personas del mundo actual. Las feministas usan la palabra “patriarcalismo”, pero a mí me parece muy suave, yo creo que eso es simplemente machismo, del peor. Son gente que no respetan a sus madres, a sus esposas, a sus hijas. Sólo respetan el poder y del dinero y por esos dos elementos son capaces de vender hasta a la mamá. De una persona así no puede extrañarnos que se sientan ofendidos cuando hay una mujer tan digna como la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena. Y así mismo lo han hecho con todas nuestras mujeres, toda su acción está cargada de ese odio. El ejemplo fundamental en este momento es el Asamblea Nacional. Allí hay muchos revolucionarios y hasta puede que tal vez haya algunos de la derecha que sean caballeros o permeables a alguna acción generosa, pero lo que es la presidencia de ese poder, su vocería, es algo vergonzoso. Este momento de la historia pasará por la vergüenza de haber tenido como presidente de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela a un… (silencio)… Yo creo que no tiene calificativo, en castellano habría que crear la palabra para calificar a ese ser humano. A cuatro días del Día de la Madre, ese señor escribió un tuit donde llamó “malandras” a las rectoras del CNE… Yo me pregunto, ¿y la madre de ese señor? Pero es que para personas como él, las mujeres somos eso, sobre todo las humildes. Y no se trata solo del presidente de la AN, sino de los hombres y mujeres de la oligarquía, una clase social que considera a la mujer algo inferior a un ser humano, una criatura subhumana. Y si, encima de considerarnos inferiores, los desafiamos, se ponen peor.

 

-¿Qué puede hacerse frente a eso?

-Nosotras, en la vicepresidencia de Movimientos de Mujeres del PSUV nos reunimos esta semana y una de nuestras resoluciones fue derrocar la Asamblea Nacional machista y fundar la Asamblea feminista. Vamos a trabajar de ahora en adelante para que la próxima Asamblea, que debe venir pronto porque tenemos la esperanza de que esta caiga, sea constituida por mayoría de mujeres feministas, porque no debemos olvidar que hay mujeres machistas. No, no queremos mujeres machistas, sino mujeres feministas. Esa es nuestra propuesta al presidente Nicolás Maduro en el Día de la Madre: entréguenos la tarea de derrocar la Asamblea Nacional machista y fundar la Asamblea Nacional feminista.

 

Deuda histórica con Chávez 

-Usted ha sido una de las personas con figuración pública que más se han interesado en que se investigue la muerte del comandante Chávez. Recientemente, Eva Gollinger escribió un trabajo en el que ofrece informaciones importantes para este propósito. ¿Esta investigación ha tenido algún avance?

-Cuando el presidente Maduro empezó su campaña, dos veces dijo que Chávez no murió de muerte natural, sino que fue asesinado. Yo entendí la expresión de Maduro como un llamado a que nos ocupáramos de eso. Ya Chávez mismo nos lo había dicho. Recordemos que él comentó que era algo muy extraño que hubiesen sufrido de cáncer, al mismo tiempo, varios presidentes, no podía ser casual. A pesar de que él dijo eso, nadie se movilizó. Cuando Maduro hace esa denuncia, yo sentí que nos estaba convocando a actuar. Uno no sabe nada del alto gobierno, así que no sabemos por qué el presidente hizo esa denuncia, pero  inmediatamente, junto con otros tres diputados, Williams León, Hugo Sosa y Betty Croquer, hicimos un documento para recoger firmas destinadas a pedir que se abriera una investigación. Empezamos a recolectar las firmas, pero luego  alguien dijo que la familia  no quería que hiciéramos esa investigación. Yo me fui a hablar con Adán Chávez y le pregunté. Él me dijo que iba a reunir a la familia y que si decían que estaban de acuerdo, podíamos seguir. Me pareció justo, pues yo no quería hacer algo con lo que la familia no está de acuerdo. Bueno, pasó un año, y dos, y las firmas que había recogido se las entregué a Adán Chávez en Barinas y reposan en su poder. Si mañana alguien de la familia me dice que salga a recoger las firmas y me consagro a eso, no hago más nada en la vida porque yo siento que tenemos una vergüenza histórica.  Yo comparo esto que nos ha pasado con Chávez con el llamado que nos hizo Fidel Castro en los años 60, cuando vino en el 59 y dijo que la Cordillera de los Andes sería la nueva Sierra Maestra, y los jóvenes de aquel momento dejamos todo, nos fuimos a la montaña porque era un asunto de la dignidad de un pueblo. ¿Cómo era posible que te convocara Fidel y tú te quedaras en tu casa? Nos costó miles de muertos, de desaparecidos, pero la dignidad del pueblo quedó intacta. Igual es esto, yo considero que la recolección de firmas es salvar la dignidad de un pueblo que en el futuro se dirá “nos mataron al líder y nos quedamos de brazos cruzados”… ¿Cómo es eso?, ¿cómo a un pueblo le pueden matar su líder y no hacer nada? ¡Nada! Ni los intelectuales ni nadie hace nada, es desesperante. Tenemos una deuda con las generaciones futuras. Dirán, ¿bueno, pero qué les pasó, no pudieron averiguar? Yo tengo esa angustia, ojalá Maduro me dijera: “María León esa va a ser tu única tarea”, para que vean que no paro más.

 

-Bueno, para cerrar la entrevista… a pesar de todo, ¿a celebrar el Día de la Madre?

-Claro, porque la mayoría de las venezolanas hemos parido hijos e hijas que quieren parecerse a Bolívar y a Chávez, es decir, hijos e hijas para la libertad, hijos e hijas para la alegría, hijos e hijas para sentir como Chávez que Patria es humanidad.

 

(Por: Clodovaldo Hernández / [email protected])