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La caída drástica de los precios del crudo, la crisis política-económica y la falta de divisas e inversión en el sector le han pasado una fuerte “factura” a los principales países de petróleo de América Latina: Venezuela, Brasil, Ecuador y Colombia. Datos de la Opep y los países involucrados señalan que en el primer trimestre de 2016 se registró una disminución de la producción que superó el 4% (entre 441.000 y 500.000 barriles/día).

 

Los sondeos indican que el bombeo petrolero en el subcontinente se ubicó en unos 9,13 millones de barriles/día, cuando el año anterior la cifra se acercaba a los 10 millones barriles/día. Según los estudios, al que obtuvo acceso Reuters, la mayor baja fue en Venezuela, cuya extracción disminuyó 188.000 bpd en el primer trimestre, mientras el gobierno del presidente Nicolás Maduro atraviesa por una profunda crisis económica en su país. 

 

“La caída de 60% en el precio del crudo en los últimos 23 meses ha estado ligada persistentemente” al problema, detalló el análisis de la Opep y otros entes especializados. También se suma “los sabotajes a los oleoductos en Colombia” y la inestabilidad política en naciones claves como “Venezuela y Brasil”. Paradójicamente, a lo que se vive en América Latina, en el Medio Oriente los países árabes se esfuerzan más para aumentar la producción y así mantener sus cuotas en el mercado.

 

Carlos Scolat, analista argentino en el sector de los hidrocarburos, explicó —a este rotativo— que “el descenso brusco de los precios del crudo —en más del 50% y en casi dos años— ha “golpeado con fuerza” a Venezuela, Brasil, Colombia y Ecuador, incluso a Estados Unidos. El ingreso de ‘petrodólares’ es ínfimo porque el barril sigue estancado en los 40 dólares (…) las economías de esas naciones son altamente dependientes de las exportaciones de barriles y, sin ingresos, son muy pocas las inversiones en áreas claves como la explotación y refinación”.

 

“El caso más particular es el de Venezuela porque es el país que más años se ha tardado en levantar su producción. Los datos de la Opep indican que sigue bombeando apenas 2,3 millones de b/d y está muy lejos de su meta de 4 millones en un par de años. Pero vemos cómo otras naciones como Colombia ya levantaron su producción en casi dos años a 1 millón de bpd; incluso, Irán y Libia siguen elevando y elevando sus cuotas en el mercado”, destacó Scolat.

 

Asimismo, Guy Baber, analista de Simmons&Amp, explicó, a Reuters, que “las interrupciones imprevistas en la producción de crudo han sido un elemento clave en lo que llevamos de año, contribuyendo a un mercado petrolero más ajustado de lo que se habría esperado”. 

 

Analistas también apuntan que el descenso de la producción en Latinoamérica podría beneficiar al mercado internacional que lucha, en la actualidad, con una “sobre-oferta” de casi 2 millones de b/d, gracias a la expansiva extracción de crudo de otras potencias como Arabia Saudita, Irán, Rusia, incluso, Noruega.

 

“América Latina sin darse cuenta está ayudando a que el mercado encuentre un equilibrio entre la oferta y la demanda. La Opep no está haciendo su trabajo, cada país anda por su lado irrespetando las cuotas. Los No Opep tampoco prestan mucho apoyo (…) Rusia se puso como norte superar los 11 millones de b/d y eso contribuye a que ingresen más barriles innecesarios dentro de un mercado saturado”, destacó el experto José Sangronis.

 

En Brasil y Ecuador el retroceso en la producción se calcula entre 3% y 7%, mientras que el bajón en el valor de las exportaciones se ubicó en más del 60%. Recientemente, el presidente Rafael Correa dijo que con precios bajos “no se cubren los costos de producción, hemos recibido cero ingreso petrolero”. Afirmó que el Estado tuvo que desembolsar 1.600 millones de dólares para apoyar al sector de los hidrocarburos del país. “En vez de que el petróleo nos dé recursos, ingresos (…) nosotros tenemos que ayudar a la petrolera (…) eso complica nuestras finanzas”.

 

En Venezuela la situación es similar, según las declaraciones del propio Presidente. En febrero pasado, Maduro informó sobre “una caída estrepitosa del ingreso nacional” por la situación del mercado. Explicó que la caída en los ingresos petroleros se ubicó en  90,7%, al pasar de 12.567 millones de dólares a un mínimo histórico de $ 77 millones en enero pasado.

 

Incluso, documentos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) también reflejan que la producción en Estados Unidos se ha visto seriamente afectada por el descenso de los precios del crudo. Los datos sugieren una caída de 800.000 bpd por un “fuerte descenso en las nuevas perforaciones” y se proyecta que podría perder otros 800.000 bpd en los próximos cinco meses. 

 

A principios de año, la Opep proyectó que la producción petrolera de Latinoamérica aumentará hasta 150.000 b/d, por encima del incremento estimado de 100.000 b/d en 2015. Pero ningún pronostico a la fecha tiene perspectivas de cumplirse y por la creciente “inestabilidad económica” en el continente. Entes como la Cepal y el FMI proyectan una contracción en Suramérica y el Caribe que oscilaría entre 0,3% y 0,6%, en el mejor de los casos.

 

En lo que resta de 2016, los productores mantienen los “dedos cruzados” y la esperanza de que el oro negro retome la senda de la recuperación. De no ser así el trabajo para levantar la producción será “cuesta arriba” porque se necesitarán más “petrodólares” para darle oxígeno al negocio, hasta hace poco, más rentable del mundo.

 
 (Panorama)