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Gracias a los medios digitales nos es posible conocer las últimas tendencias en cuanto a moda, el mejor destino turístico y la canción más escuchada. También en los medios masivos circula la imagen que retrata la “figura perfecta” del cuerpo femenino. En consecuencia, muchas mujeres desarrollan inseguridades y llegan al punto de aborrecer su cuerpo por no asemejarse a ese ideal que retrata la publicidad. La solución que muchas de ellas encuentran es hacer una dieta, cambiar sus hábitos alimenticios y sacrificar la necesidad básica de comer por llegar a su peso deseado.

 

Mantener un peso correcto según nuestra estatura y fisonomía sería lo ideal; sin embargo, y gracias a la difusión masiva de mujeres con cuerpos extremadamente delgados o con alteración quirúrgicas, las mujeres persiguen un ideal que puede llegar a dañar su salud, aún sabiendo que no lo obtendrán de manera natural. El deseo de bajar de peso no es algo exclusivo de nuestra época, ha existido desde hace mucho tiempo y los métodos para alcanzar este objetivo se han vuelto más accesibles, pero no menos dañinos.

 

El ser humano tiene la cualidad de adaptarse a determinada cantidad de alimento, pero no a perder esta cantidad con facilidad. Es recomendable contar con asistencia médica para bajar de peso y no dañar nuestra salud, mas no siempre fue así y las mujeres recurrían a métodos peligrosos para mantener su peso. A continuación te presentamos algunas de las enfermedades, padecimientos y  trastornos generados por las dietas más antiguas y tortuosas:

 

Los métodos de Sissi, Isabel de Austria

 

Con 50 kg, una altura de 1.72 m y una cintura de 47 cm, Isabel de Austria mantenía una lucha constante para conservar su peso y, si era posible, bajaría aún más. Una alimentación a base de filetes, un consomé de ternera, pollo o venado; sangre de buey y leche, evitaba las invitaciones a comer, abandonó las frutas y las verduras y se daba atracones de dulces y pasteles. Esto lo conjugó con gran actividad física: cabalgaba seis horas al día, practicaba esgrima, natación, senderismo y ciclismo. Llegó al punto de no tener sillas en sus salas y contar con anillas, espalderas y escaleras para mantenerse activa. Esto atrofió gravemente su salud, a los 44 años empezó a padecer de ciática, reuma, neuritis, además y se había tornado irritable. A sus 50 años, el deterioro en su cutis y dentadura hizo que utilizara un velo negro y se negara a salir en retratos.

¿Tuberculosis o anorexia?

 

En la Inglaterra del siglo XIX, el ideal de belleza eran las mujeres de tez blanca, ojeras y delgadez extrema. La mujer que reunía estas características fue Elizabeth Siddal, quien posó para varios pintores prerrafaelistas. En esta época, la carne y las comidas condimentadas con especias se relacionaban con las ansias por el sexo. Las medidas contra esto fueron el ayuno, evitar los rayos del sol, abstenerse de consumir vitamina D, donar sangre frecuentemente y beber vinagre para obtener un tono de piel pálido.

 

La Meningitis 

 

La dieta de la tenia consta de ingerir los huevos de una solitaria que al crecer absorberá todo cuanto se coma y por lo tanto, no se sentirá hambre. No obstante, esta solitaria causa desnutrición y enfermedades graves como la meningitis, epilepsia, demencia, problemas visuales y hasta la muerte; y el método para librase de este animal no era menos riesgoso: dejar de alimentarse para posteriormente colgarse de los pies y colocar cerca de la boca abierta un plato de comida. La solitaria, atraída por el olor y la necesidad de alimento, saldrá para calmar su hambre.

 

Cáncer de pulmón con cigarrillos largos, mujeres delgadas

En la década de 1920, la imagen de las flappers consistía en un corte de cabello tipo bob, senos pequeños y una figura andrógina. Para destacar el lado masculino las mujeres comenzaron a fumar los cigarros largos y delgados muy característicos de los 20. Fumar se volvió una actividad que denotaba independencia, seducción y misterio, y una alternativa para no comer, picar entre horas o comer golosinas. Varias marcas tomaron provecho de esto y en sus campañas publicitarias relacionaban mucho el consumo de cigarrillos con la imagen de la mujer delgada, elegante y al último grito de la moda.

 

Paranoia. Ayuno para adelgazar, ya que el diablo las prefiere gordas

 

Esto se basa en el libro de C.S. Lovett, “Help, Lord – The Devil wants me fat!”, en el cual habla de la preferencia de Lucifer por la grasa corporal. En esta obra, ganar peso no es consecuencia de ingerir carbohidratos, sino por deseo y obra de Satanás, quien aumenta nuestras ansias de llenar nuestro estómago. La solución propuesta por Lovett son diez días de ayuno, el los cuáles sólo se puede consumir agua, sumando oraciones, visualización y afirmaciones.

Destrucción del ciclo de sueño

 

Una dieta del sueño en la que al paciente se le induce el sueño por un periodo determinado de tiempo. Si bien este método inhibe la ingesta de alimento, al despertar, las personas tiene un apetito voraz y su ciclo de sueño queda destruido.

 

Poner en riesgo nuestra salud para encajar en los cánones impuestos por una sociedad consumista y que basa sus principios de belleza en la enfermedad, no es inteligente. Recordemos que alimentarnos de manera correcta, aunado a una vida activa y una mente clara y tranquila es lo que necesitamos para estar sanos y felices.

 

(Pijamasurf)