El comentaristas de temas internacionales Basem Tajeldine considera que con la victoria de Andrés Manuel López Obrador, México retomará sus sanas prácticas de no intervención y respeto a la soberanía de los demás países, la política exterior que implantaron las grandes figuras históricas del Partido Revolucionario Institucional.

 

Tajeldine (Maracaibo, 1977), dialogó con LaIguana.TV en torno al triunfo de AMLO en México y sobre la ofensiva judicial contra Rafael Correa en Ecuador. A continuación una versión de la entrevista con el periodista Clodovaldo Hernández, realizada días antes de que se produjera un nuevo capítulo de la pugna judicial por la libertad de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil.

 

-Ganó Andrés Manuel López Obrador en México, luego de dos intentos fallidos a consecuencia del sistema electoral de su país. Llegó el momento de comerse el pastel. ¿Cómo lo ve?

 

-A la tercera es la vencida. Y López Obrador venció con un número histórico de votos. Ningún presidente de ese país había obtenido semejante nivel de apoyo con tan alta participación. Quizá eso fue lo que detuvo lo que ya algunos, como el gran intelectual Alfredo Jalife, habían venido advirtiendo, que la trampa iba a vencerlo nuevamente. Pero no fue así…

 

-Ganó por nocaut.

 

-Sí, ganó por nocaut, y tanto fue así que de inmediato los contrincantes salieron a reconocer su victoria.

 

Tajeldine señala que el de AMLO puede considerarse un triunfo de la izquierda, pues él viene del ala progresista y nacionalista del Partido Revolucionario Institucional, del PRI de Lázaro Cárdenas. “Quizá la mejor forma de definirlo es como socialdemócrata, pero con una visión nacionalista y partidario de la política exterior que instauraron Cárdenas y (Venustiano) Carranza, justa y de respeto a la soberanía de todos los países. Así tiene que ser en el caso de México, un país que, por ser frontera con Estados Unidos, ha sufrido toda clase de agresiones en la historia y tiene bastante autoridad moral para expresar ese sentimiento de no intervención”.

 

-¿Cabe esperar un cambio en la postura ante Venezuela?

 

-Quizá es eso lo que va a cambiar y lo vamos a sentir nosotros como venezolanos. Hasta hace unos años habíamos tenido unas relaciones normales con los gobiernos mexicanos. Luego vinieron los últimos gobiernos, muy sumisos a la política exterior de EEUU, y se rompió esa tradición. Es lamentable porque la postura de no intervención de México se había transformado incluso en doctrinas regionales de respeto a la soberanía y construcción de la patria grande, cada uno en su estilo. Si vamos a hablar de izquierda, México tiene mucho que decir. Ahora se ha expresado una corriente histórica que viene de Lázaro Cárdenas, de Emiliano Zapata, de Pancho Villa, líderes nacionalistas que enfrentaron, cada uno en su tiempo, las políticas agresivas de EEUU. Ellos fundaron ese país que luego, los gobiernos tecnócratas neoliberales del PRI convirtieron en lo que es hoy: una nación dominada por el narcotráfico y completamente dependiente de EEUU.

 

-¿En esas condiciones, será capaz López Obrador de desarrollar un modelo que se oponga a EEUU?

 

-Ahí está la gran complejidad que enfrenta. Citando a Alfredo Jalife, el gran soporte del Producto Interno Bruto de México ya no es el petróleo, sino la economía criminal. Es el narcotráfico el que aporta más recursos al país. Es paradójico: un Estado que depende de la economía criminal, una fuente de ingresos dependiente del cártel más grande del mundo, que se llama la DEA. El segundo factor de aporte al PIB mexicano son las remesas familiares; luego vienen las maquilas que están en peligro por la política proteccionista de Donald Trump, quien está revisando los tratados de libre comercio.

 

-México es parte del Grupo de Lima y el canciller de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, ha sido un activista de la oposición venezolana. ¿Viene un desmontaje de esto?

 

-Estoy convencido de eso. Se volverá a lo que fue México antes, incluso frente a la Revolución Cubana. Pienso que de alguna forma, la política de Donald Trump está empujando a eso porque México va a tener que refugiarse en los países de sur. México tiene una fuerzas productivas interesantes, no del primer mundo, pero muy interesantes y puede encontrar mercados en América Latina.

 

Ecuador: traición y retroceso

 

-¿Cómo interpretar, en este contexto, la ofensiva jurídica contra Rafael Correa?

 

-Fuera de lo político, hay un sentimiento personal que se ha dado en todos nosotros: el dolor de la traición. Una persona que venía de ser muy cercana, que logró colarse en los círculos de poder y ganarse la confianza de la dirección política que encabezaba Rafael Correa como líder de la Revolución Ciudadana, para ser elegido como su sucesor, y que ahora lo ha traicionado. Eso desconcierta aunque no es la primera vez en la historia, y ¡vaya que los venezolanos conocemos mucho de traiciones! Lo que está en el fondo aquí es que el inepto gobierno de Lenín Moreno detuvo, rompió la política social de la Revolución Ciudadana, la que llevó a la recuperación de un país que prácticamente dependía de las remesas. Esas políticas reivindicativas, nacionalistas, de izquierda, socialistas se están acabando, y el pueblo ecuatoriano lo está sintiendo con mucho dolor. Es un gobierno que se ha entregado a los mismos de siempre, a los Bucaram, a los que llevaron al país a una situación tan abismal que muchos tuvieron que irse a lugares donde eran tratados como sudacas y gente de segunda.

 

Tajeldine es ingeniero civil egresado de la Universidad Rafael Urdaneta, con posgrado en Gerencia del Negocio del Gas en la Universidad Simón Bolívar, pero vocacionalmente es un estudioso de los temas internacionales y un seguidor impenitente del acontecer global. Esa observación permanente le permite calificar como no casual que la arremetida contra Correa se haya producido luego de la visita del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, a Ecuador. Acotó, como evidencia de la sumisión de Moreno a EEUU que “uno de los temas tratados fue público: Venezuela. Se trata de cómo llevar a Ecuador a que se preste a las políticas agresivas contra el país en el seno de la OEA”.

 

-¿La controversia sobre Correa se resolverá en la confrontación en la calle?

 

-No se trata de una traición personal a Rafael Correa, sino a las banderas políticas que habían tenidos éxitos económicos y sociales y que comienzan a desmontarse. Es eso lo que quieren ocultar con las acusaciones a Correa. No se trata de un problema de egos. Han tratado de hacer creer a la gente que el problema es que Correa sigue creyéndose presidente. No. Lo que está pasando es que se están instaurando políticas neoliberales y las están enmascarando mediante las acusaciones a Correa. Pero ese discurso se les está acabando. Lenín Moreno no podrá seguir ocultando ese cambio de políticas y, más temprano que tarde, se verá enfrentado a protestas populares, no solo de los seguidores del liderazgo de Correa, sino inclusive del pueblo que votó en su contra.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)