Para la estrella del fútbol croata Luka Modric no todo en su vida ha sido color de rosa. El mediocampista, quien el próximo domingo jugará la gran final de la Copa del Mundo Rusia 2018, vivió una infancia marcada por la guerra, el dolor y la angustia.

 

Modric nació el 9 de septiembre de 1985 en Zadar, anteriormente una ciudad de Yugoslavia. En 1991, con apenas seis años de edad, vivió en carne propia la Guerra de los Balcanes por la independencia de Croacia, acontecimiento que duraría cuatro años y en el cual perdió a su abuelo tras ser ejecutado por los rebeldes serbios.

 

En medio de este ambiente hostil, el pequeño y su familia se vieron obligados a abandonar su ciudad natal para crecer en diferentes hoteles en los que se hospedó junto con otros refugiados. Fue en esa época donde empezó a emerger su pasión por el fútbol, gracias a las prácticas constantes con su padre, quien siempre vio en el balón una alternativa para despejar la mente de sus hijos de los conflictos bélicos.

 

Con apenas 7 años era tan notorio su talento que el director del Hotel Kolovare, uno de los centros de refugiados donde vivió Modric, contactó al club NK Zadar, donde vieron la proyección del pequeño y lo ficharon.

 

Desde entonces, el mediocampista ha sido contratado por grandes equipos nacionales e internacionales, como el Dinamo de Zagreb, el Tottenham y el Real Madrid.

 

Actualmente, Modric se prepara junto a la selección de Croacia para enfrentar a Francia y alzar la Copa del Mundial de Rusia 2018.

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(LaIguana.TV)