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En la víspera de un día crucial para la política catalana, en el que el Parlament afronta su primer pleno sobre los presupuestos, y en plena intriga sobre si serán aprobados o no, Raül Romeva, al frente del Departamento de Asuntos Exteriores de la Generalitat, ha anunciado la apertura de 10 nuevas delegaciones en el extranjero, diez nuevas ‘embajadas’ catalanas que ampliarían la red diplomática de la Generalitat, sumándose a las ya existentes en Londres, Nueva York, París, Berlín y Bruselas.

 

Las nuevas delegaciones estarían en Lisboa, Roma, Copenhague, Varsovia, Ginebra y Zagreb, Rabat, Seúl, Buenos Aires y México DF.

 

En los últimos años, anuncios similares por parte de la Generalitat han generado reacciones desde  el Gobierno central (que en su momento se planteó incluso interponer un recurso contencioso-administrativo para evitar apertura de nuevas ‘embajadas’) y fuertes críticas entre los medios de comunicación más conservadores.

 

RT ha solicitado al ministerio de Exteriores y de Cooperación una valoración del anuncio de la Generalitat, pero han declinado absolutamente hacer declaraciones.

 

Desde el Departamento de Asuntos Exteriores de la Generalitat, una portavoz explica que la importancia de ampliar ahora la red de delegaciones radica en que «si Cataluña quiere ser un país tiene que tener delegaciones, embajadas, como cualquier país. Y si queremos tener voz propia en los debates internacionales, tiene que haber representación en el exterior».

 

Preguntada sobre si este gobierno espera que esa presencia exterior se traduzca en apoyo internacional para el avance hacia un referéndum de autodeterminación, responde que «una cosa es el proceso catalán y otra cosa es la acción política exterior. «Desde esta consejería estamos creando estas estructuras de Estado para ser un país, eso es lo que estamos haciendo estratégicamente. Estos países se han escogido en función de diversos análisis y criterios que responden a una estrategia de expansión».

 

Esta vez, quizá a la sombra del asunto crucial de los presupuestos que se dirime mañana mismo, el asunto no parece estar teniendo tanta repercusión como en ocasiones anteriores, pero en esencia podría revelar un importante movimiento táctico en el desempeño político del actual Ejecutivo catalán.

 

Así al menos lo sugiere el doctor en Ciencias Políticas Joan Ricart, catalán afincado en Indonesia, que aclara que esta ampliación de las delegaciones catalanas en el extranjero «teniendo en cuenta el objetivo del nuevo gobierno catalán, que es abrir camino hacia la independencia, responde a la necesidad de tener apoyos en el extranjero, porque desde España nadie les va a facilitar su labor; necesitan apoyos en el extranjero para forzar un poco que España acceda a llevar a cabo un referéndum de autodeterminación».

 

Consultado acerca de si es un buen uso del dinero público, Ricart precisa que «es evidente que hay otras prioridades, pero cuando un gobierno ha sido elegido con una hoja de ruta ya determinada y ha sido votado mayoritariamente, el ciudadano tiene que entender que para cumplir esta agenda hay que tomar decisiones que quizá repercutan menos directamente sobre el ciudadano». 

 

La apertura de estas delegaciones no aparece explícitamente en el proyecto de presupuestos remitido al Parlament, que solo menciona, genéricamente, un refuerzo de la red exterior. 

 

(RT)