La mañana de este miércoles, el abuelo Roberto Ramírez Machado, de 95 años, quien fue abandonado por sus hijos en la urbanización El Varillal, fue trasladado al Hospital General del Sur, con servicios de ambulancias de Funsaz 171, donde fue valorado por un equipo de especialistas, quienes diagnosticaron que se encontraba en condiciones médicas estables, por lo que fue trasladado al Instituto Nacional de los Servicios Sociales (Inass), así lo informó, la esposa del gobernador del Zulia y presidenta de la Fundación Casa del Abuelo, Margarita de Arias.
Margarita indicó que el gobernador Francisco Arias Cárdenas, emitió órdenes inmediatas para su valoración y garantía de abrigo, tal como lo establece la Ley de los Servicios Sociales del Adulto y Adulta Mayor del estado Zulia.
Informó que la Casa del Abuelo, “viene atendiendo con políticas sociales profundas la situación de los adultos y adultas mayores en condiciones de riesgo o abandono”.
La coordinadora de la Casa del Abuelo, Yoraida Morán de Villalobos, expresó que el equipo de trabajadores sociales de la institución, junto a la Defensoría del Pueblo y el Inass, iniciarán de la investigación pertinente que llevó a la familia a abandonar al abuelo, quien en su breves conversaciones llenas de nostalgia, manifestó tener una familia, pero que no lo querían atender, siendo abandonado a la voluntad de otros seres generosos.
“De manera legal y llevando los procedimientos que la Ley de los Servicios Sociales del Adulto y Adulta Mayor del estado Zulia lo establece, la fundación llevará esta situación a términos legales y sanciones correspondientes”, indicó Morán de Villalobos.
Abandonado en acera de la urbanización El Varillal bajo el sol
Sentado en un banquito rojo, de plástico, y bajo el fuerte sol fue abandonado el abuelo Roberto Ramírez Machado, de 95 años. Al parecer, uno de sus hijos lo dejó en una acera de la urbanización El Varillal, el domingo 12 de junio, a las 10:30 de la mañana.
El abuelo, que no puede sostenerse en pie, estuvo —en la entrada del edificio Jabillo 3— hasta las 12:30 de la tarde soportando los 40° C de sensación térmica. En su pecho, afirman vecinos, tenía un letrero en el que se leían los datos de una hija que está residenciada en el mismo bloque.
A su lado dejaron una bolsa negra con su ropa, una cajita donde están su cartera, cédula de identidad y unos viejos billetes de 5 bolívares. También tenía un pote de lata “para que orinara”.
Los residentes del edificio se percataron de la soledad en la que se hallaba el abuelo y fueron por él: “Lo metimos a la planta baja y le dimos agua. Otros fueron hasta el apartamento de la mujer a notificarle que a su padre lo abandonaron en el frente. Pero, ella solo dijo: ‘No puedo hacerme cargo de él. Además me voy de viaje’. Un hijo de ella añadió: ‘Llamen a una patrulla para que lo dejen en casa de mi tío, que fue quien lo dejó allí”.
