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Más de 12 horas pasó Raiza Duarte  junto con su padre, Miguel Duarte, en una cola y no pudieron comprar alimentos en un supermercado, de la avenida Padilla, en Maracaibo.

Se fueron con las manos vacías y con los ánimos por el piso porque  no  lograron avanzar en la fila para adquirir alimentos regulados: cuatro  paquetes de arroz, dos de harina, dos crema dental  y dos bolsas de jabón en polvo.

 
“Vimos descaradamente cómo los guardias y los policías  no dejan avanzar las colas.  Comenten abuso de poder. El miércoles al mediodía, tres guardias llegaron  y entraron  al supermercado, compraron rápido, cruzaron la avenida  y luego les llevaron la compra a dos trabajadores de los tribunales”, denunció la ama de casa, de 26 años, quien se trasladó desde  El Samán, en el municipio San Francisco hasta el  local en el centro de Maracaibo.

 

Raiza y su papá, de 61 años, solo pudieron comer pan y agua mineral  durante las 12 horas de cola que hicieron  a pleno sol, desde las  6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.

Entre  500 bolívares  y 1.000 Bs. cobran algunos funcionarios por dejar a la gente colarse en los “súper”, denunció un vendedor de refrescos que se ubica siempre frente a uno de los establecimientos comerciales en la llamada plaza Los Cachos, en la avenida  Padilla. 

 
Otro de los afectados, Alejandro González, de 36 años, sobreviviente de leucemia, contó que “es humillante la forma cómo los militares nos tratan cuando le reclamamos que la cola está paralizada. Nos dicen que los denunciemos a dónde queramos, nos quitan las cédulas y luego nos amenazan con bloquearnos del sistema de captahuellas”, aseguró.

 
“Le dicen a la gente que hagan cola para comprar un almuerzo a 1.500 bolívares en el restaurante que está dentro del supermercado, le quitan la cédula, luego los clientes deben mostrar el tique y la comida a la dueña, ella le entrega la cédula y ahí pueden comprar los productos regulados”, dijo González tras acotar que mucha gente cae en esa táctica como una opción desesperada  para salir más rápido de la cola.

 

En un recorrido por este “súper” se pudo constatar la situación. Hasta seis colas se hacen: una para los más jóvenes, una para la tercera edad, una para los discapacitados, una para los funcionarios públicos, una para las embarazadas y una para la venta de la comida en el restaurante.

“Los que pasan primero son los que van a comprar comida en el supermercado. Ellos tienen prioridad para los guardias, porque les pagan para que los pasen”, aseguró Cándida Ríos. 

 

Sobre la denuncia, el comisario Biagio Parisi, secretario de Seguridad y Orden Público, dijo que aquel que tenga información de un oficial del Cbpez “que le tome una foto y lo reconozca, y así yo le abro una averiguación, porque es muy fácil denunciar pero, ¿qué puedo hacer contra ellos?. Tenemos que, en conjunto, identificar quiénes son los que están metidos en eso”.

 

(Panorama)