De acuerdo a algunos expertos del canal informativo Russian Today (RT), la plataforma de entretenimiento Netflix impone un modelo imperialista que no separa la realidad de la ficción para establecer prejucios y direccionar el juicio de los espectadores acerca de temas políticos.

 

Netflix cuenta con 125 millones de espectadores alrededor del mundo y está presente en 190 países. A la fecha ha ido introduciendo películas, series y documentales de contenido político como “Winter on Fire” (sobre Ucrania), “The White Helmets” (Sobre Siria), “Enmanuel Macron, Behind the Rice” (sobre Francia), “The Cuba libre Story” y el documental “El Mecanismo”. Por este último, el expresidente brasilero Lula Da Silva rechazó la forma en que fue retratado y asomó una posibilidad de demanda.

 

Para esto, han ido incluido personajes de la palestra política internacional a su equipo de trabajo, la pareja más reciente que ha llamado la atención es la de los expresidentes, Michel y Barack Obama quienes se sumaron a la lista de políticos que trabajarán como creadores de contenidos para la plataforma Netflix bajo la figura de un contrato multianual que abarca series, películas y documentales con temas como migración, cambio climático y relaciones exteriores.

 

Otro personaje que no solo llamó la atención sino que por la cual se suscitaron protestas por parte de un sector conservador de la población, fue la ex embajadora de Washington ante la ONU, Susan Rice, quien trabajó para las administraciones de Barack Obama y Bill Clinton y fue nombrada parte de la junta directiva de Netflix.

 

Ante la pregunta de si  Netflix es una herramienta del imperialismo cultural norteamericano, el director ejecutivo de esta compañía, Reed Hastings explicó: “No queremos hacer ni imperialismo cultural ni ser antiimperialistas. Nuestra agenda es lograr que la gente sea feliz”.

 

(LaIguana.TV)