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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tomó posesión este primero de enero de la presidencia del gigante del sur para continuar su mandato. En medio de la emotividad que este acto generó en la dirigente del Partido de los Trabajadores,  expresó en las redes sociales el compromiso que asume una vez más con el pueblo carioca.

 

Recordando su pasado como dirigente perseguida y torturada por la dictadura: “Soy un antiguo adversario de un sistema de energía que me causó dolor y cicatrices me dejó pero nunca me destruyó el sueño de vivir en un país democrático y la voluntad de luchar y construir este sueño”, escribió.

 

“Así que me mueve a decir que soy un sobreviviente. Si se me permite, quiero decir más, pertenecen a una generación ganadora, dos características que me traen al pueblo brasileño – que también un superviviente y un ganador que nunca se rinde sus sueños”, continúo Rousseff.

 

En sus mensajes no olvidó las exigencias que deberá enfrentar en este nuevo periodo en materia de crecimiento económico y movilidad social, asegurando estar consciente de los cambios que debe introducir en la sociedad brasilera para que estas exigencias sean satisfechas.

 

“Siempre estaré a tu lado y nada ni nadie andará lejos de este compromiso. Sé que quiere más y mejor. Sé que la palabra que más se repite en mi campaña fue el cambio y el tema más citado fue la reforma”, añadió.

 

Asegura tener “un corazón lleno de fe en el pueblo brasilero”, tanto como para predecir que podrán superar las dificultades que enfrenta el país porque tienen “la clave para lograrlo”.

 

Expresó finalmente: “Asumo este mandato con una certeza: estamos juntos con la dignidad, de pie, y con la fuerza de la fe inmensa que tenemos en el pueblo de este país. Uno de los derechos más, un paso adelante. Este es el juramento que hago en la plaza. Viva Brasil. ¡Viva el pueblo brasileño!”.

 

(LaIguana.TV)

 

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