La coyuntura económica que enfrenta actualmente Venezuela ha tenido una significativa repercusión en el sector universitario, cuya gran parte de la población, especialmente los estudiantes y profesores, han optado por abandonar las aulas y emprender su futuro fuera de las fronteras nacionales en busca de una mejor calidad de vida.

 

Recientemente, el ministro de Educación, Elías Jaua, admitió que todo el sistema educativo superior está impactado por la compleja situación económica que atraviesa el país, pese a los constantes esfuerzos que realiza el Gobierno Bolivariano por atender los requerimientos del sector.

 

“Hemos estado trabajando en el tema de la permanencia del personal profesoral universitario, no podemos negar el impacto de la migración en ese sector. La planta de maestros en educación pública se ha mantenido casi inalterada pero en educación universitaria tenemos que estar atentos para garantizar la permanencia del personal calificado profesional”, precisó en una entrevista concedida este domingo al programa José Vicente Hoy.

 

Según el más reciente informe publicado el pasado 29 de marzo por la organización no gubernamental Aula Abierta, los niveles de deserción estudiantil en el territorio nacional son alarmantes, ascendiendo en algunas universidades hasta un 60%.  

 

Específicamente, dicho estudio detalla que en la Universidad Central de Venezuela (UCV), principal casa de estudios del país, el porcentaje aproximado de abandono escolar se elevó del 30% al 50%. Mientras que en la Universidad de Carabobo se estima en un 50%.

 

En el caso de la Universidad de Oriente (UDO), núcleo Nueva Esparta, este año solo hubo 130 ingresos para el nuevo semestre, con una caída por el orden del 40% intersemestral en comparación con el periodo escolar anterior cuando se inscribieron 700 nuevos ingresos, y de una matrícula superior a 6 mil estudiantes, la UDO registra actualmente 3 mil 700 alumnos, según el coordinador académico de este núcleo, Jesús Vallejo.

 

“Estos significa que la población estudiantil está optando por otras alternativas, salir del país o lo que es peor, no inscribirse en una universidad por la necesidad de trabajar para producir para su familia”, declaró.

 

Además de la ausencia de estudiantes también la deserción de profesores ha sido notoria. De acuerdo con Vallejo, en lo que va de año suman ya 50 renuncias de docentes, los cuales han preferido abandonar la enseñanza para probar suerte en otros países.

 

El coordinador académico de la Universidad de Los Andes (ULA), Omar Pérez Díaz, señaló que la situación dentro de este recinto no es diferente, pues enfrenta actualmente un 52 % de renuncias por parte de los docentes.

 

Crisis económica, paros y desmotivación

 

Entre las razones de dicho comportamiento, según los analistas, se encuentra, en primer lugar, la crisis económica, que ha obligado a muchos jóvenes a abandonar los estudios por no poder costear los gastos universitarios, incluyendo el pago de residencia, alimentación y transporte, los cuales se han visto afectados por la especulación y la inflación inducida.

 

Aunado a esto, también influye la inseguridad dentro del campus y los denominados paros de actividades, que han incrementado la desmotivación de los estudiantes y profesores a hacer vida dentro del recinto universitario, pues algunas instituciones han sido utilizadas como espacios para apoyar planes desestabilizadores y golpistas de la derecha, dejando en segundo plano la formación académica.

 

Buena parte de los estudiantes que continúan asistiendo a las universidades pertenecen a los últimos semestres de sus respectivas carreras y su aspiración es abandonar el país apenas hayan culminado sus estudios. Así lo indicó la profesora de la Universidad Simón Bolívar (USB) y experta en migraciones, Claudia Vargas, quien afirmó que cada vez son más los universitarios que tienen intención de emigrar.

 

Según una encuesta realizada por Vargas en el año 2013 en la UCV, la Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Metropolitana, el 64% de los estudiantes manifestaron que querían irse del país. Sin embargo, al aplicar el mismo estudio a dichas universidades el año pasado obtuvo como resultado que el 88% de los estudiantes consultados quieren salir de Venezuela.

 

«Estamos en gran riesgo de perder capital humano, capital intelectual importante, formado en nuestras universidades con inversión del Estado. Y hay bastante frustración y una percepción bien negativa del contexto por parte de estos estudiantes», subrayó la profesora.

 

¿Cuestión de presupuestos?

 

De acuerdo con un artículo publicado por ElPitazo.com, otras de las razones que motivan a la población universitaria abandonar las aulas y salir del país en busca de “mejores oportunidades” es un supuesto déficit presupuestario, el cual ha generado el grave deterioro de las instalaciones, así como la disminución o eliminación de los servicios que por años se ofrecieron a los estudiantes y profesores, como comedores y transporte.

 

Dicho artículo establece que en la Universidad de Carabobo (UC), el presupuesto aprobado por el Gobierno Nacional para el 2018 no cubre ni la mitad de lo solicitado, pues de los 179.868.501.511 bolívares que requieren, según las autoridades de esta casa de estudio, solo le asignaron 26.827.865.069 bolívares, lo que representa el 12 % del presupuesto.

 

La situación en la Universidad del Zulia (LUZ) es similar, pues para el 2018 se presentó un presupuesto de 592 millardos, de los cuales se aprobaron 175 millardos, tan solo el 30% de lo requerido para el funcionamiento de las 66 carreras universitarias que ofrece esta institución con núcleos en los estados Zulia y Falcón.

 

En cuanto a la Universidad Central de Venezuela (UCV), el Ministerio de Educación Universitaria aprobó un presupuesto de 238.459.164 bolívares para el año 2018, lo que representa el 18% del 1.300.000.000 solicitado por el Consejo Universitario.

 

Reivindicaciones salariales

 

Como respuesta a los requerimientos del sector y ante la problemática de la deserción de profesores, el Gobierno Bolivariano se encuentra en proceso de negociaciones con el gremio para aplicar mejoras salariales, a fin de motivar la permanencia del personal calificado profesional en el país.

 

Inclusive, el coordinador de la Federación de Trabajadores Universitarios, Carlos López, informó que a principios de este mes el sector universitario de Venezuela alcanzó un acuerdo para incrementar el salario de los docentes y obreros, por medio del cual se homologaron los pagos al último aumento de salario decretado por el Ejecutivo Nacional y se espera que para octubre de este año se dé otro incremento del 40%, “independientemente del movimiento inflacionario que exista en Venezuela”.

 

De acuerdo con esta nueva tabla salarial, un docente titular del nivel más alto, que ganaba en junio 60 millones de bolívares, deberá cobrar en julio 81 millones más ticket alimentación y un bono vacacional de 400 millones.

 

Un empleado administrativo de nivel medio, que es un técnico, tendrá un ingreso de 27 millones de bolívares, más bono alimenticio y un bono vacacional de 140 millones. Mientras que el obrero de escala mínima obtendrá 20 millones, más ticket de alimentación y un bono vacacional de 99 millones.

 

(LaIguana.TV)