Sobre el año en funciones de la Asamblea Nacional Constituyente no es tarea sencilla hacer un balance equilibrado. Si se consulta a los sectores opositores, no encontrarán nada positivo y hasta el fin de los tiempos seguirán diciendo que es ilegítima y dictatorial. Si se pregunta a funcionarios del Gobierno, solo expresarán elogios.

 

En una de las muchas calles del medio entre estos dos sectores hay personas que  pueden aproximarse un poco más al equilibrio, pues votaron en las elecciones de los integrantes de la ANC y algunos hasta estuvieron cerca del esfuerzo inicial. Por ello pueden ofrecer una perspectiva tanto de lo bueno como de lo malo. El problema es que estas individualidades ofrecen sus puntos de vista bajo la condición de no aparecer mencionados con su nombre. Las razones para ese comportamiento se explican en algunas de las mismas críticas que formulan. Así estamos.

 

Lo positivo

 

Respuesta a la violencia. Hay coincidencia en que la convocatoria de la ANC fue una respuesta oportuna a la crisis de violencia instaurada en Venezuela por un sector de la oposición apoyado por factores extraños al país. Fue una manera de poner a la democracia participativa y protagónica a enfrentar el caos y la desestabilización.

 

La paz se logró de un modo casi milagroso, con la sola realización de las elecciones de los constituyentes. No fue necesario ni siquiera que se iniciaran las deliberaciones de la ANC. La participación electoral, en medio del clima de violencia foquista, fue un mandato suficiente para lograr este efecto.

 

Liderazgo de Nicolás Maduro. La ANC renovó la autoridad del Gobierno y en el liderazgo del presidente Maduro y le permitió superar un momento de desgaste y falta de fe.

 

Incorporación de excluidos. Una de las claves del éxito de la convocatoria de la ANC fue la idea del voto sectorial. Esto permitió incluir y activar a grupos como los campesinos, pescadores, obreros, estudiantes, mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad. Cuando la ANC realizó sus primeras reuniones, esta diversidad generó una renovada emoción del chavismo que parecía haber reencontrado sus raíces de movimiento popular aluvional.

 

Fracaso de la derecha internacional. El resultado de la convocatoria fue una derrota para la matriz internacional según la cual las manifestaciones en Venezuela eran otro síntoma del fin del ciclo progresista en América Latina. Quedó reivindicada la importancia de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos en un escenario de creciente injerencia por parte de Gobiernos imperiales y organismos multilaterales subordinados a estos.

 

El factor Delcy. La escogencia de Delcy Rodríguez como presidenta de la ANC fue también un elemento positivo en las primeras etapas del proceso por su condición de mujer y de cuadro de relevo, aun cuando ya había desempeñado importantes funciones públicas en años pasados.

 

Lo negativo

 

Foco casi exclusivo en lo político. La ANC arrancó sus funciones con medidas de corte netamente político que eran necesarias pero no las más reclamadas por la gente que la eligió. El cambio en el Ministerio Público, que se tomó prácticamente el primer día de sesiones, es la mejor muestra en este sentido.

 

Solapamiento de funciones con la Asamblea Nacional. Otra medida de corte político fue asumir la ruta de la aprobación de las llamadas leyes constitucionales, estrategia mediante la cual la ANC asumió funciones de la mayoritariamente opositora Asamblea Nacional.

 

Duración del mandato plenipotenciario. Al decidirse que la ANC estaría en funciones  hasta dos años se le dio una presencia prolongada como ente supraconstitucional y  plenipotenciario. Este, junto al de la asunción de funciones del Parlamento, ha sido uno de los aspectos más utilizados por los adversarios internacionales para afirmar que en Venezuela se ha suprimido el equilibrio de poderes.

 

Una ANC sin debate. Luego de perfilarse inicialmente como un gran crisol de sectores y tendencias revolucionaras, la ANC derivó hacia un organismo con muy poco debate. Casi todas las decisiones se han tomado por aclamación, sin que siquiera se realicen discusiones. Las contradicciones internas del chavismo han sido prácticamente canceladas en este gran foro nacional, lo cual puede apreciarse incluso en la forma como discurren las sesiones plenarias del organismo y el carácter confidencial y opaco de las reuniones de las comisiones. Las pocas voces críticas han sido silenciadas mediante diversas tácticas. Algunas de ellas han quedado aisladas y marginadas. Esto le ha ocurrido tanto a individualidades importantes, figuras históricas del chavismo, como a líderes populares y movimientos de base. Personalidades de gran envergadura política que forman parte de la ANC, como los profesores Julio Escalona y Earle Herrera se han convertido en voces que claman en el desierto, pues sus observaciones, según parece, no han encontrado eco en los niveles con poder de decisión.

 

El rezago en el tema económico. Mientras el logro de la paz fue automático, la búsqueda de soluciones económicas ha sido postergada una y otra vez. Esto ha afectado la confianza de la población en la ANC, justo cuando más se necesita por el cuadro general que vive la colectividad como víctima de la guerra de los sectores poderosos internos y el bloqueo internacional.

 

Traslado de constituyentes a otras funciones. El traslado de constituyentes a funciones de Gobierno, entre ellos Aristóbulo Istúriz, Iris Varela y Eduardo Piñate, quienes fueron nombrados ministros, generó críticas dentro y fuera de la Revolución, por tratarse de cuadros llamados a desempeñar funciones valiosas en la ANC. Algo parecido sucedió con los constituyentes que el Psuv resolvió enviar a las elecciones regionales, como Carmen Meléndez y Héctor Rodríguez, ahora gobernadores.

 

Previamente, la salida de Isaías Rodríguez de una de las vicepresidencias, luego de haber formulado algunas críticas, transmitió un mensaje muy sombrío al resto de los constituyentes. Se indicó que debía regresar a sus funciones como embajador en Italia.

 

(LaIguana.TV)