Uno de los acontecimientos políticos más significativos de los últimos tiempos ha sido la Marcha Campesina Admirable, que arribó a Caracas el pasado 1.º de agosto, y se reunió al día siguiente con el presidente Nicolás Maduro, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello.

 

LaIguana.TV conversó con dos de sus voceros: Eumari Henríquez y José Lucena. Sus respuestas son una muestra del liderazgo que aflora en este sector nacional.

 

A continuación, una versión del diálogo que sostuvieron con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

Eumari Henríquez: “Las mafias se han incrustado en nuestro gobierno”

 

-¿Qué significado tiene para ustedes el haber sido recibidos por el presidente de la República, por la vicepresidenta ejecutiva y el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente?

 

-Para nosotros es realmente importante el habernos reunido, habernos dado ese abrazo con el presidente Nicolás, después de tantos meses o años de lucha, porque esta lucha de los campesinos no es desde ayer. Creemos que es una nueva etapa para el sector campesino y para nuestro gobierno, en la que vamos a poder concretar algunos acuerdos, solucionar tantos problemas que afectan al pueblo campesino, que le impiden que salga adelante y mejore su calidad de vida. También, creemos que será el punto de partida para ayudar a todo el pueblo de Venezuela, a los que están en las ciudades, porque como bien sabemos es gracias al pequeño producto agropecuario que nuestras ciudades reciben el alimento que se vende en los mercados. Estamos esperanzados en que este encuentro con el presidente nos permita avanzar hacia proyectos macro, no solo de producción primaria, sino trascender a la transformación, distribución y comercialización de nuestros productos. El campesino está preparado para asumir el reto de la agroindustria, que es donde nos tienen estrangulados porque la manejan sectores que quieren destruir al pueblo venezolano.

 

-Cuando llegaron a Caracas tuvieron un caluroso recibimiento de la gente en las calles, del pueblo capitalino, pero al arribar a las cercanías de Miraflores se encontraron con un cordón de Policía Nacional y la Guardia Nacional Bolivariana. ¿Cómo vivieron ese contraste entre esas dos actitudes?

 

-Nosotros veníamos con la idea de que íbamos a encontrar todas las calles abiertas. Lamentablemente estaban allí esos piquetes. Nos sorprendió bastante, hay que decirlo, pero pudimos comprender que hay ciertas razones de seguridad y sabemos que la marcha había sido satanizada desde que salió de Guanare el 12 de julio hasta que llegamos. Quizá por esas malas informaciones que se tejieron, los encargados de seguridad de Estado decidieron tomar esa medida para resguardar la seguridad del presidente. Pero esa no fue una barrera para nosotros. Con humildad nos retiramos del lugar y nos replanteamos lo que íbamos a hacer, y el resultado fue lo que ustedes vieron al día siguiente: pudimos reunirnos con el presidente.

 

-Por lo que los capitalinos alcanzamos a entender, se ha venido reproduciendo la vieja confrontación del campesinado con sus adversarios históricos: las clases pudientes, la gente que tiene las tierras, la agroindustria, los intereses mineros, madereros, etcétera. Pero pareciera que estos intereses se han transfigurado, han mutado y ahora visten de rojo. ¿Es eso lo que está pasando?

 

-Bueno, sí. Nosotros sabemos lo que está pasando a nivel institucional, la situación de los falsos revolucionarios. Todo el mundo lo sabe, pero tenemos el falso concepto de que si somos revolucionarios no podemos decir la problemática que existe. Nos dicen que debemos tener disciplina revolucionaria, pero ¿cuál es esa disciplina… mirar hacia otro lado para que las cosas sigan ocurriendo? Nosotros sabemos quiénes son los contrarrevolucionarios, los que están atacando al país internamente. Por eso estamos aquí, porque no vamos a permitir que esas personas que actúan en contra del proceso revolucionario sigan haciéndolo, mientras dicen ser más chavistas que Chávez. No podemos dejar que continúen desangrando al país y malponiendo el esfuerzo que está realizando nuestro gobierno a favor del pueblo. Estamos claros en que hay mafias que están incrustadas en nuestro gobierno y que debemos salir a defenderlo. Estamos dando los primeros pasos, con firmeza, con contundencia y no vamos a retroceder.

 

-El presidente dijo ayer que, cuando se dieron cuenta de que ustedes venían en serio, los burócratas tomaron algunas previsiones para que él no les corte la cabeza. ¿Ustedes vinieron a pedir la cabeza de alguien en particular?

 

-No es necesario decir un nombre. Las malas políticas que se han aplicado en el sector agrario son evidentes, son ya un descaro. Nosotros vemos cómo al pequeño productor se le niega el acceso a los insumos mientras vemos familiares de personas de mucho nivel en nuestro gobierno que tienen galpones llenos de veneno, de fertilizantes, de semillas. Sabemos cómo se les da esa semilla o esos fertilizantes a grandes terratenientes, a fuertes poderes económicos…

 

-¿Hay algún funcionario en particular que ustedes creen que debe ser destituido?

 

-Queremos la reestructuración competa del Ministerio de Agricultura y Tierras, desde arriba hasta abajo, y en todas sus instituciones adscritas. Eso está más claro que el agua. Tiene que haber un cambio. No es posible que quiten a una persona de una institución porque está señalada como corrupto, y que la pongan en un ministerio. O un gobernante que hizo una mala gestión y luego le den un ministerio tan importante como el de Agricultura y Tierras. Creemos que todos los que están en esa estructura deben ser cambiados para darles oportunidad a personas honestas que están comprometidas con el proceso revolucionario.

 

-Los campesinos han dado toda una clase de política, han dictado una cátedra. ¿Cómo ha sido ese proceso de formación política de ustedes como dirigencia campesina?



-Nosotros hemos recogido las vivencias de nuestro pueblo. Hemos ido aprendiendo a medida en que se nos van presentando los problemas. Estamos aprendiendo sobre la marcha.

 

Supongo que fue importante el impulso dado por el comandante Chávez para generar esta visión política en el pueblo llano…

 

-Claro, sin el presidente Chávez no habría nada. Él es el que nos inspira a seguir, está presente día a día con nosotros. Por eso nos indigna lo que está pasando, que quieran eliminar su legado. No vamos a permitirlo.

 

-Junto con la buena noticia de la reunión con el presidente Maduro, llegó otra muy mala: tres compañeros de ustedes fueron asesinados en Barinas. ¿Está comprobado que fueron nuevos casos de sicariato?

 

-Ese tema debemos revisarlo a profundidad, pero sin duda alguna que el sector campesino ha sido golpeado por el sicariato y por otros males. Por eso es que cuando salimos de Guanare, el 12 de julio, lo hicimos en conmemoración a Guillermo Toledo y Jesús León, quienes también fueron asesinados. Estos otros camaradas (los caídos en estos últimos días) estuvieron al comienzo de la marcha con nosotros hasta Ospino. Iban en su camión y tenían la intención de unirse más adelante, pero lamentablemente esto no ocurrió. Nos afecta mucho. Apenas estábamos saliendo del acto con el presidente cuando llegó la mala noticia. Sin embargo, eso no nos detiene. Estamos claros sobre qué terreno estamos pisando y vamos a continuar.

 

José Lucena: “No aguantamos más: van más de 400 asesinados y todos son nuestros”

 

-¿Cómo fue el recorrido a través de medio país, el respaldo material y moral del pueblo?

 

-El jueves 12 salimos de la redoma de Guanare en dirección a Acarigua. Nos bendijo mi Dios del cielo con un palo de agua, igual que aquel 4 de octubre (de 2012) bendijo al comandante Chávez en Caracas. Eso no amilanó a ninguno de nosotros, pues estábamos decididos a cumplir nuestro objetivo, que era arribar a la ciudad de Caracas y decir lo que teníamos que decir. En el recorrido se sumó mucha gente. Lo que más me impresionó y me llenó de esperanza y de convicción de seguir adelante fue el apoyo del pueblo.

 

Lucena destacó la actitud de una familia que les brindó hospedaje en una pequeña granja en el municipio Ospino. Lo mismo ocurrió en los otros municipios de Portuguesa. Luego se repitió la experiencia en San Carlos, Cojedes. “Allí también nos quedamos en la casa de un pariente de uno de los compas que venía marchando. Esa familia nos prestó hasta sus propios cuartos para que durmiéramos. Nosotros sentimos que el pueblo nos estaba dando apoyo, nos estaba diciendo que siguiéramos, que ellos de alguna forma nos acompañaban”.

 

-Me imagino que eso también lo sintieron aquí, cuando llegaron a Caracas…

 

-Sí, mucho. Fueron muchas emociones. Saliendo de Tinaco hacia Tinaquillo recibí un mensaje de aliento unos niños en mi Whatsapp. Lo leí y me faltó fue tirarme de rodillas, pero mis lágrimas corrieron. Lo mismo le pasó a una compañera a la que le mostré el mensaje. Así fue en todos los lugares por donde pasamos. Siempre un caluroso y fraterno abrazo. Les damos las gracias a todos los que nos recibieron, nos abrigaron, nos cobijaron porque sin ese hogar, sin ese acompañamiento tal vez todavía estaríamos en la vía.

 

Dijo que salieron de Portuguesa con tres sacos de yuca, medio saco de quinchoncho, unos frijolitos bayos y unos plátanos. Pero a lo largo de la ruta se fue incrementando espontáneamente el apoyo logístico. La gente se peleaba por darles alojamiento.

 

Indicó que en algunos puntos de la ruta hubo intentos de bloquearles el paso y convencerlos de que regresasen. El punto más difícil fue en Las Tejerías, estado Aragua, por órdenes de un general. Pero el grupo rechazó esa posibilidad. Al llegar a la entrada de Caracas, en Hoyo de la Puerta, tuvieron un recibimiento por parte de colectivos y movimientos sociales “pero sobre todo con mucho amor de pueblo y es por eso que les damos mil gracias, de no ser por ellos no hubiésemos logrado esta gesta histórica”.

 

 -Aparte de ese incidente de Las Tejerías, ¿lo único otro que ocurrió en ese orden fue el cordón militar y policial cerca de Miraflores?

 

-Sí porque lo demás fueron pequeñeces. En Fuerte Tiuna y Parque Central también pretendieron cortar la marcha, pero nosotros insistimos que íbamos a continuar. Cuando llegamos cerca del palacio salió el cordón de seguridad. Está bien, les dijimos que nosotros venimos de manera pacífica a hablar con el presidente obrero, Nicolás Maduro, hijo de nuestro comandante invicto y eterno, Hugo Rafael Chávez Frías, a entregarle nuestros planteamientos y propuestas y a decirle “¡Epa, aquí está un pueblo, cuenta él, vinimos a hablar contigo, a decirte las cosas porque tenemos que decirlas!”. Todo esto es gracias a ese gigante que nos quitó las vendas de los ojos y nos dio los libros para que el campesino aprendiera defenderse, a desenvolverse, a hablar, a expresarse. Trajimos nuestras críticas porque también debemos ser autocríticos, entender que no son tres erre sino seis.

 

-En ese primer encuentro, el presidente escuchó sus planteamientos y anunció algunas medidas que podrían tomarse. ¿Cómo recibieron esa actitud del jefe del Estado?

 

-Nosotros, de antemano, esperábamos el recibimiento del presidente, pero jamás imaginamos que iba a ser de esa manera. Lo sentí agradecido, diciéndonos “¡gracias por haber despertado, si no fuera por ustedes dónde estaría el pueblo aún!”.

 

Según Lucena, el presidente entendió que la marcha había significado la presencia del movimiento chavista a lo largo de todo su recorrido. “Algunos periodistas de medios alternativos nos dijeron que vieron en nuestro coraje, en nuestras ganas de seguir adelante, el espíritu del comandante, la voz del comandante en todo ese pueblo”, puntualizó.

 

-Cuando el día 1 de agosto no les permitieron el paso hacia Miraflores y los llevaron a pernoctar en la sede de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, ¿tuvieron alguna duda de que el presidente los iba a recibir?

 

-No, ninguna duda. Nosotros estábamos muy seguros porque días antes, creo que fue en el Congreso del PSUV, el presidente había hablado de la marcha y había dicho que era necesario recibirla y escuchar a los campesinos. Nosotros trajimos nuestras propuestas, nuestras inquietudes. Es nuestra manera de levantar la Revolución, de despertar a pueblo, a los de a pie, a los trabajadores, a los estudiantes.

 

-Sin ánimo de destacar detalles negativos, tenemos entendido que algunos de los participantes de la marcha fueron retenidos a la hora del acceso a Miraflores, porque supuestamente tenían expedientes abiertos. ¿Es así?

 

-Estábamos en la sede de la UNES a la hora del almuerzo y una funcionaria leyó una lista de 17 compas  que debían reunirse con ellos antes de entrar al palacio, para darles unas instrucciones. No fue así, fue como una trampa para retenerlos. ¿Bajo qué cargos? Unos supuestos expedientes. Creemos que fueron cosas premeditadas para evitar que estuvieran con el presidente. Si de verdad ellos tuvieran esos problemas judiciales, no podrían transitar libremente por el país. Fue producto del temor de los burócratas, leguleyos y godos que tienen miedo de que el pueblo exprese lo que tiene que expresar, que diga la verdad de cómo y dónde ellos han fallado.

 

-Justamente, ese es uno de los planteamientos que ustedes hicieron: resolver el problema de la judicialización de las luchas campesinas. Líderes que ha sido llevados a procesos judiciales, han sido detenidos por desarrollar estas luchas. ¿Cierto?

 

-Sí, de hecho, el presidente de la República ayer se pronunció y mandó a llamar al fiscal Tarek William Saab por el tema del sicariato. Una gran cantidad de nuestros hermanos campesinos han sido asesinados. Ayer mataron a dos en Barinas, “el Gordo” Parra y uno de sus compañeros, en el predio La Escondida. A ellos se les había entregado el título de garantía de permanencia que les permitía estar, transitar y hacer vida en el predio.

 

Indicó que en casos como este, el Instituto Nacional de Tierras toma medidas incompletas y deja vivo el conflicto entre los antiguos ocupantes de los predios y las personas que reciben la carta de garantía de permanencia. “No se le ha puesto el cascabel al gato, no se han tomado las acciones concretas y correctas. Si vamos a rescatar un predio, hay que hacerlo resguardando la integridad física de cada una de las personas que vayan a recibirlo”, puntualizó.

 

Lucena indicó que el día anterior (coincidiendo con la llegada de la marcha a Caracas), otro de sus compañeros fue asesinado en este mismo lugar de Barinas, tan solo por permitir el paso por su propiedad de los beneficiarios del predio mencionado.

 

-Esta es otra razón para que el campesino salga a decirle a los jueces, a los fiscales, a todas la autoridades que ya basta, que ya no aguantamos que nos sigan maltratando y masacrando. Los terratenientes, los empresarios no aportan nada al proceso revolucionario, sino todo en contra. Lo que quieren es fragmentar y acabar con esta Revolución. Nosotros ya llevamos 400 y pico de muertos. Mi pregunta es ¿cuántos han caído del otro bando? ¡Ni uno, ni uno, todos los muertos son nuestros!

 

-¿Qué viene ahora? El presidente prácticamente le puso fecha al Congreso Campesino. ¿Cómo organizar ese encuentro y evitar que esa estructura que ha estado corrompiéndose y dominando a la burocracia agraria del país tome el control del Congreso?

 

-Creo que no van a poder hacerlo. Nadie podrá infiltrar este movimiento campesino que se levantó, que surgió desde la base, está muy consciente. Ya nos lo hicieron en el Primer Congreso Campesino, en la Sierra de San Luis; nos lo hicieron en el Consejo Presidencial Campesino, que está vivo pero ellos lo tienen silenciado; y nos lo han hecho en todas las otras instituciones y en todos los otros congresos. En este no va a pasar igual. En este nos vamos a encargar nosotros, las bases, de hacerlo directamente con las personas a las que comisionó el presidente. Él dijo que iba a trabajar de la mano del campesinado, nos comisionó al presidente de la Asamblea Constituyente y a la vicepresidenta ejecutiva. Él también se sumó como hijo de Chávez y miembro de este proceso revolucionario. Eso significa que las personas que pretenden dañar a la Revolución Agraria no van a poder hacerlo porque este pueblo está despierto, este pueblo está consciente, nosotros estamos dispuestos a recorrer de nuevo el país a pie de norte a sur y de oriente a occidente.

 

Lucena añadió que, siguiendo la sugerencia del presidente Maduro también van a trabajar en la organización de un gran congreso de todo el poder popular que integre al campesinado, los trabajadores, los estudiantes y las comunas. “Todos debemos expresar nuestras potencialidades, nuestras ganas de echar adelante este país, siempre dentro de la Revolución”.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)