Mientras la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD) termina de desmoronarse y sus integrantes pelean y anuncian sus renuncias, la líder de la extrema derecha, María Corina Machado, tiene muy claro su objetivo: continuar con las rutas antidemocráticas para tomar el poder.

La exdiputada a la Asamblea Nacional estuvo al frente del Golpe de Estado de 2002 contra el Comandante Hugo Chávez. En febrero pasado, llevó a cabo el plan terrorista “La Salida”, que dejó como resultado 43 muertos, más de 700 heridos y múltiples destrozos en la vía pública e instituciones gubernamentales. Ahora, pretende dar continuidad a sus planes conspirativos con la aspiración de “tomar la batuta” de la oposición, señaló este jueves el analista político Leopoldo Puchi.

“Quieren llegar a Miraflores sin compartir mucho con los partidos”, señaló Puchi en su columna Enfoque y detalló que el plan de “tomar la batuta de la oposición” apunta a avanzar en su objetivo de derrocar al Gobierno Bolivariano, bajo cualquier medida.

La opositora fue acusada por el Alto Mando Político del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) de escribir correos electrónicos para dirigir planes golpistas, en los que se contempla un magnicidio. Se deben encender las alertas, si ante la ausencia de un liderazgo opositor, esta mujer pretende volver a sus intentos violentos.

Este miércoles renunció el Secretario de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, posteriormente se retiró el Secretario adjunto, Ramón José Medina y los dirigentes derechistas continúan con sus pugnas sin ponerse de acuerdo.

Con el actual panorama, se mueve la propuesta de Machado para asumir el liderazgo a costa de lo que sea porque como lo explicó el periodista y analista político, José Vicente Rangel, esta ultraderechista aprovecha que su par Leopoldo López está privado de libertad para presentarse como una referencia en el seno de la oposición y del sector más radical de la derecha venezolana.

La MUD ha tenido muchos fracasos políticos. Se espera que haya aprendido y al menos una sola vez pueda despreciar a los líderes que no creen en las prácticas democráticas para llegar al poder.

(LaIguana.TV)