El sitio inglés The Guardian destapó el brutal episodio que vivió en el aeropuerto de Memphis una joven llamada Hannah Cohen.

 

La protagonista de esta historia volvía a su casa en Tennessee tras someterse a un terapia de radiación contra el cáncer cerebral, cuando fue interceptada por guardias de seguridad mientras se movilizaba en su silla de ruedas, ya que se activaron los controles de metales.

 

Sin mediar palabras, y pese a las súplicas de su madre Shirley, la muchacha de 18 años fue golpeada en reiteradas ocasiones y lanzada al suelo del aeropuerto, quedando así retenida por el personal. Cabe destacar que Hannah es sorda de una oreja, ciega de un ojo y además tiene problemas para desplazarse.

 

La madre de Hannah, al intentar explicar la situación, relató que los hombres a cargo del procedimiento «querían hacer una investigación más profunda y ella se negó, no entendía que pasaba ni por qué lo hacían. Estaba tratando de alejarse de ellos, pero al instante uno de ellos la redujo y la tiró al suelo, luego golpeó su cabeza en el suelo. Había sangre en todos lados».

 

La víctima del ataque quedó retenida durante la noche en una comisaría y recuperó su libertad tras el pago de una fianza de 250 dólares por gastos «operacionales».

 

Debido al crudo episodio que vivieron, su familia ahora está demandando al gobierno de Estados Unidos (a través de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA)), a las autoridades del aeropuerto de Memphis y el condado de Shebly y al Departamento de Policía del Aeropuerto Internacional de Memphis.

 

«La TSA y el aeropuerto de Memphis causaron intencional o negligentemente angustia emocional a la joven, provocando más tratamiento médico, lesiones personales y emocionales, así como dolor, sufrimiento y vergüenza» se lee en la demanda.

 

(MSN/ The Guardian)

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