Para muchas personas tomar una o dos tazas de café por la mañana es una manera de hacer «despertar el cerebro». Se suele creer que al evitar beberlo por la tarde, la persona no corre riesgo de sufrir de insomnio. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Seúl (Corea del Sur) hace repensar todo este concepto.

 

Los científicos encuestaron a 162 personas de edad avanzada y mentalmente sanas para estimar cuánto café consumieron al día durante 30 años y conocer su calidad de sueño, publica la revista Sleep. Además, en algunos casos midieron el tamaño de la glándula pineal, también conocida como epífisis cerebral, por medio de una resonancia magnética y el resultado fue infalible.

 

Quienes consumían al menos dos tazas al día tenían el volumen del parénquima un 20 % menor en comparación con aquellos que rara vez han bebido café y también evidenciaron más problemas con el insomnio. Es decir, beber café durante varios años ―y aunque solo sean dos tazas por día―, puede afectar el cerebro y la calidad del sueño en el futuro, resume el medio chino ETtoday.

 

Neil Stanley, experto en sueño, criticó los resultados del estudio al afirmar que los investigadores no tuvieron en cuenta el porcentaje de cafeína en cada café consumido. «Cada café contiene diferentes concentraciones de cafeína, y el estudio no tuvo en cuenta esto, sostuvo. Tampoco consideraron que es posible consumir cafeína de otras fuentes durante años».

 

Por otra parte, en junio pasado un equipo de científicos alemanes comprobó que la cafeína protege las células cardiovasculares y refuerza su función estimulando el movimiento de una proteína reguladora hacia las mitocondrias. Este efecto beneficioso ―según ellos― puede lograrse al consumir una concentración equivalente a cuatro tazas diarias de café.

 

(RT)