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Para los investigadores, el ataque de Niza estuvo «minuciosamente planificado». Mohamed Lahouaiej Bouhlel estuvo en el Paseo de los Ingleses con el camión, reconociendo el terreno, dos días antes de pasar al acto y lanzar al vehículo de 19 toneladas contra la muchedumbre, provocando la muerte de 84 personas a lo largo de 20 cuadras.

 

En el celular de Lahouaiej Bouhlel, la policía encontró fotos de la costanera de Niza y dos selfies en las que aparece sonriente junto a uno de los hombres detenidos tras el ataque, al lado y adentro del camión blanco, tomadas el 12 y 13 de julio. También había la foto de un artículo de prensa del 1 de enero de 2016 que trata de un hombre que «estrelló a propósito su vehículo contra un restaurante».

 

En su computadora, encontraron imágenes de crímenes perpetrados por el Estado Islámico como decapitaciones, así como fotos de líderes yihadistas como Osama bin Laden o Moctar Belmoctar. Además, Lahouaiej Bouhlelbuscó fotos y videos de «horribles accidentes mortales» y «terribles accidentes fatales» y extractos del Corán.

 

Según el fiscal François Molins y el testimonio de vecinos y familiares, el asesino, padre de 3 hijos en proceso de divorcio, era «un individuo desequilibrado y muy violento», «con una sexualidad desenfrenada», que no era religioso pero que mostró un «interés claro y reciente» por el islamismo radical en las semanas precedentes al ataque.

 

«Nos enfrentamos a individuos sensibles al mensaje del Estado Islámico que llevan a cabo acciones extremadamente violentas sin necesariamente haber combatido o haber sido entrenados» afirmó el el ministro del Interior francés Bernard Cazeneuve. Se trata de un «nuevo modo» que ilustra «la extremada complejidad de la lucha antiterrorista», agregó.

 

(DiarioUno)

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