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El Gobierno Bolivariano ha desmontado durante años la campaña de la derecha y sus medios, que han utilizado estrategias como la difusión de fotos manipuladas para perjudicar la gestión del presidente Nicolás Maduro.

 

Esta campaña, que apela al odio hacia la Revolución, se hace más visible a través de las redes sociales en la construcción de una matriz de opinión que sugiere la violación de los derechos humanos en Venezuela, país en el que, precisamente con los comentarios de los personeros políticos de oposición, se evidencia un ejercicio absoluto y pleno de la libertad de expresión.

 

Diego Scharifker, concejal del municipio Chacao, escribió el pasado 17 de julio a través de su cuenta en la red social Twitter, @diegoscharifker: «La rectora Socorro Hernández fue víctima de un robo en la Cota Mil. Esa es parte de la «sensación de inseguridad». Ella me robó la firma».

 

El funcionario no solo busca deslegitimar el proceso de validación de firmas que realizó el Consejo Nacional Electoral (CNE), sino que, además, deja claro que se complace del hecho delictivo del que fue víctima la rectora.

 

Y no es el único. En un tuit más reciente, del 28 de julio, escribió: «Alguien que le diga al diputado Víctor Clark que en este país todos estamos claros en que lo único que han hecho es hablar paja infinitamente!».

 

El lenguaje camorrero no es extraño para la derecha. Permanece intacto en las mentes de los venezolanos el llamado a la «paz» del gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, luego de su derrota en las elecciones presidenciales del 2013: «Descarguen toda esa arrechera» en nombre de «la paz», pidió a sus seguidores.

 

Más recientemente, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, también indignó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) con sus declaraciones descalificadoras. «La Fuerza Armada Nacional Bolivariana se ha convertido en un asco que no defiende al pueblo», expresó Ramos Allup en una oportunidad.

 

BANALIZAR EL DELITO

 

La noche de este jueves, el hijo del dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Freddy Bernal, fue víctima de un atentado cerca de su residencia, en El Paraíso, en el que resultó herido.

 

Los medios de la derecha se apresuraron en tergiversar y restarle importancia al hecho, y estos han sido algunos de los titulares con los que han dado la noticia a través de la red social Twitter: «¡Guerra entre colectivos! Hijo de Freddy Bernal resultó herido tras enfrentarse a tiros con asaltantes (@DolarToday)».

 

El sitio web La Patilla es uno de los medios que sabe utilizar este tipo de enunciados en cualquier contexto. Como ejemplo reciente tenemos la nota titulada: Comunidad envalentonada le dio una pela a tres funcionarias de la PNB, la cual versa sobre una agresión física de la cual fueron objeto funcionarias de la PNB en la plaza Diego Ibarra.

 

Dicho titular hace mofa de una agresión penada en el marco jurídico venezolano, e irrespeta los principios de actuación policial establecidos en la ley promoviendo el delito.

 

Todo esto es parte de una campaña concertada entre medios nacionales e internacionales de carácter conservador, con la que se pretende deslegitimar la democracia y el orden constitucional en Venezuela.

 

De esta forma se busca justificar los disturbios civiles e incluso posibles intentos de golpe de Estado o intervenciones militares que, en Venezuela, siguen siendo una amenaza latente tal como ha denunciado el presidente Maduro y la canciller Delcy Rodríguez.

 

(Ciudad Ccs)

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