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El portavoz del Poder Judicial iraní, Gholamhossein Mohsení Ejeí, confirmó este domingo en Teherán que el científico Shahram Amiri «había entregado al enemigo de Irán, EE.UU., una serie de información de alta confidencialidad y por eso fue ejecutado”. La madre del científico, Marzieh Amiri, declaró previamente a medios persas editados en el extranjero que habían ejecutado a su hijo en la madrugada del pasado miércoles y afirmó haber identificado su cuerpo, que presentaba una clara marca alrededor del cuello, muestra de que ha sido ahorcado. Shahram Amiri ha sido enterrado en Kermanshah, ciudad en la que nació en 1977.

 

Amiri, experto en radioisótopos, trabajaba como investigador y científico en la Universidad Malekashtar adscrita al Ministerio de Defensa hasta que en 2009 desapareció durante su peregrinación a la Meca. Las autoridades iraníes acusaron desde el principio a Riad de secuestrarlo y entregarlo a EE.UU. Arabia Saudí lo desmintió.

 

Un año después aparecieron una serie de vídeos que daban prueba de su presencia en EE.UU., con mensajes no obstante muy contradictorios. En uno de ellos, el científico aseguraba haber sido secuestrado por agentes norteamericanos en Arabia Saudí y trasladado a EE.UU., donde había sido objeto de presiones y torturas que le habían obligado a revelar información confidencial sobre el programa nuclear iraní. También en otro vídeo explicaba que vivía en la clandestinidad tras escapar de la CIA, y que quería regresar a Irán.

 

Las autoridades estadounidenses rechazaron las alegaciones de Amiri y divulgaron otra grabación confirmando que él se encontraba en suelo norteamericano por voluntad propia con toda libertad y siguiendo sus estudios. Finalmente y ras 13 meses de desaparición, Amiri se presentó en la Sección de Intereses de Irán en Washington y unos días más tarde, el 15 de julio de 2010, regresó a Teherán, donde fue recibido como un héroe nacional por las autoridades.

 

Funcionarios norteamericanos desmintieron tajantemente las acusaciones del científico iraní contra Washington e incluso consideraron su libre entrega a la Sección de Intereses de Irán como la prueba de su libertad. Informaron de que Amiri era un espía a sueldo que recibió cinco millones de dólares a cambio de información confidencial sobre el programa nuclear iraní y luego había decidido volver a su país. Las autoridades estadounidenses también apuntaron que el científico nunca tuvo acceso al dinero por las sanciones de EE.UU. contra Irán.

 

Shahram Amiri nunca pudo demostrar sus acusaciones de secuestro y tortura contra EE.UU. y poco después de su regreso fue detenido y acusado de entrega de información confidencial a países enemigos. Según las declaraciones de sus familiares, fue condenado a 10 años de cárcel y cinco de destierro, lo que el portavoz del Poder Judicial desmintió.

 

Durante los últimos años, la familia de Amiri desconocía la prisión en la que se encontraba. En noviembre de 2015, su padre denunció en medios extranjeros la total desinformación sobre el paradero de su hijo. Sus familiares llegaron a informar de que el científico regresó ante el acoso al que los servicios secretos sometían a su mujer e hijo.

 

Según los observadores, Amiri informó a los estadounidenses sobre la planta de enriquecimiento de uranio de Fordo y el proceso de enriquecimiento.

 

(Agencias)

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