San Martín ademas de ser uno de los destinos turístico por excelencia del caribe, es también un país de tránsito para visitar otras islas caribeñas.

 

Eran las cuatro y treinta de la tarde del viernes 29 de julio. La única manera de llegar a mi destino final era hacer escala en San Martín.

 

El vuelo arribó casi cerrando el próximo que debía abordar. Apuré el paso para estar de primera en migración.  Una mirada de la funcionaria me decía que algo no estaba bien.

 

Me pidió que esperara detrás de los demás turistas y visitantes,  expliqué que estaba de tránsito y debía recoger mi maleta para chequear el equipe con urgencia, pronto saldría el próximo vuelo, «ya viene alguien por usted,» caminé desconcertada y con incertidumbre hacia un área que luego me enteré que llamaban, zona de descontaminación.

 

Un representante de la aerolínea se acercó, me pidió el pasaporte, le hice hincapié en el equipaje. Miró el reloj y se fue. Corría el tiempo, pasados los diez minutos nuevamente se acerca el hombre con el boleto, el ticket de la maleta y sin sello de migración, corrimos hacia el avión. Aparentemente todo iba bien.

 

Al llegar a mi destino final lo que temía ocurrió, mi maleta no llegó. Pero esa realmente no es la historia.

 

Luego de 4 días la única salida era buscar el equipaje en San Martín cuando me correspondía retornar. 

 

Llegué a San Martín y nuevamente migración no me permitió ingresar. Lo que antes me pudo parecer lógico pensando que era una actuación vinculada a la logística de la aerolínea cuando llegan pasajeros con retraso, ahora me parecía completamente anormal.

 

Me enviaron nuevamente a la zona de descontaminación. Mientras un representante de la aerolínea Winaier responsable de haber dejado mi equipaje lo buscaba. Finalmente apareció. Lo que me enteré después fue peor.

 

La verdadera historia de lo que ocurrido con la maleta, es que desde hace un tiempo para acá a los venezolanos no los dejan pasar a San Martín al menos que tengan visa americana, ya no basta solo con el pasaporte: «por seguridad, el Estado tomó la medida de no dejarlos ingresar, suponemos que hasta que se normalice la situación en Venezuela hay una gran ola de inmigrantes que no podemos controlar», respondió un trabajador del aeropuerto.

 

Un supervisor de seguridad dijo que anteriormente los venezolanos pasaban sin problema «las quejas por el trato a los venezolanos ha hecho que públicamente el gobierno de San Martín aclare en los medios de comunicación que no hay inconveniente para pasar pero otra cosa es cuando llegan a migración, no logro comprender como muchos en vez de indignarse por la situación hablan mal de su patria».

 

Nunca me dejaron ver el equipaje si habían sacado o metido algo, el pasaporte prácticamente lo lanzaron a mi cara, pedí el favor a un policía que chequeara mi maleta.

 

Llegue a Venezuela con el sin sabor de la discriminación de San Martín pero como nunca orgullosa de ser venezolana y haber llegado a mi país.

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(Por: Madelein García)