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El nuevo ajuste salarial decretado por el Gobierno —del 50% para el próximo 1 de septiembre— tiene como principal medida, según el presidente Nicolás Maduro, “la protección del bolsillo”, pero analistas y economistas alertaron ayer que el alza  tendrá un fuerte impacto en “la inflación” y en la pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos, pues no resuelve los “problemas estructurales de la economía nacional”.

 

Con los nuevos anuncios el sueldo mínimo quedó en Bs. 22.576,5 mensuales, mientras que el bono de alimentación se ubicó en Bs. 42.480. 

 

El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, calificó de “compulsivo” el alza del 50%. “Aumentos compulsivos de salario, sin atender el problema que genera la inflación, genera lo que la economía laboral llama ‘ilusión monetaria”, dijo el economista, a través de su cuenta en Twitter.

 

Asimismo, León consideró que dicho incremento no ataca los problemas de fondo que enfrenta la economía. “El aumento de salarios decretado, sin tocar la fuente del problema, no compensa la inflación pasada y genera inflación futura”, aseguró.

 

A su vez, el economista Henkel García, director de la firma Econométrica, consideró que el aumento representa “una dura carga para las empresas, que dada la terrible realidad económica, hacían malabares para mantener su nómina. El aumento anunciado muy bien podría hacer que la inflación cerrase alrededor de 800%-900%”.

 

En lo que va del año, el Ejecutivo ha decretado cuatro alzas en los sueldos y sin descartar más incrementos en lo que resta de 2016. Los anteriores ajustes de este año habían colocado el salario en Bs. 9.649, en enero; Bs. 11.578, en marzo y  Bs. 15.051, en mayo, lo que constituye hasta la fecha una subida de más de 130%.

 

El economista zuliano Roger Chacín indicó que “al Gobierno no le queda más que otra que subir los sueldos para compensar la alta inflación que ya está sobre el 500%. La media sigue siendo insuficiente porque por un lado tienes un sueldo de Bs. 22.000, pero una canasta básica familiar en Bs. 360.000, de la cual el 80% de sus productos presentan escasez. Un ciudadano requiere 16 salarios mínimos para comer”.

 

Desde el ala empresarial las reacciones tampoco se hicieron esperar. Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras, indicó que la política laboral del Gobierno traerá, en el corto plazo, un incremento significativo del gasto público. “Hay que rezar para que el déficit fiscal esté nivelado porque de lo contario se activará la maquinita de imprimir dinero inorgánico y aumentará la inflación (…) mientras suben los precios, el aumento del salario se disuelve y esa no es la solución”.

 

Días atrás, el empresario advirtió que “las pequeñas organizaciones son las que tienden a tener esa imposibilidad de absorción y a tener problemas de flujo de caja al corto plazo, hasta tener que cerrar empresas. Se ha visto el caso de que los aumentos también traen pérdidas de trabajos”, dijo.

 

En esto también coincidió el director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, quien apuntó —en su cuenta twitter— que “hoy aumentos de salario y subida de gasto presionan la inflación, destruyen el poder adquisitivo. Hay que decirlo hasta el cansancio: es síntoma de una economía enferma que se decreten cada vez con más frecuencia aumentos de salario (…)”.

 

El economista y diputado de la AN, José Guerra, fue otros de los que cuestionó la medida de Maduro. Según el parlamentario, el Presidente no ha dado un respiro a las instituciones pública. “Entes públicos todavía no han pagado el aumento salarial de mayo, menos podrán pagar éste. Si se paga imprimiendo dinero es más inflación”, destacó el diputado.

 

(Panorama)