¿Cómo es que en el mundo de hoy, ciertos contenidos “sensibles” se viralizan más que otros? ¿No existe una elección de las corporaciones de noticias para impulsar esos contenidos en la WEB? Si para un país, una nación, defenderse de la propaganda es tan difícil, ¿cómo es que le resulta tan cómodo ese terreno a los grupos terroristas? Así nos hemos propuesto profundizar en el tema tomando como referencia al más temido de los grupos terroristas: el DAESH.

 

En internet existe un espacio de aguas servidas por las cuales navegar. En inglés suelen denominarse Darkweb, y su funcionamiento está diseñado para mantener el anonimato. Distintas fuentes alegan que es un caldo de cultivo para la delincuencia, y un mercado “virtual” del que se proveen de miles de insumos y productos para sus crímenes. Pero lo cierto es que los terroristas han desarrollado en la internet convencional y visible una forma de comunicación y hasta políticas comunicacionales con las que, en primer lugar, pretenden sembrar la idea de que son un Estado.

 

Según Evangeline O’Regan , Jefa de Medios Digitales de la Oficina de Comunicación del Ministerio de Defensa de España, “El grupo terrorista cuenta con 30 productoras audiovisuales —tres de ellas para hacer contenidos internacionales y las 27 restantes, dirigidas al público interno y musulmán— que se dedican a producir contenidos al por mayor: con calidad y en cantidad.” “Se estima que la red de productoras audiovisuales creada por el grupo terrorista le ha permitido incrementar en un 70 por 100 la captación de nuevos combatientes extranjeros”.

 

Entre el 2014 y el 2016 han publicado 15 números de la Revista en web que sirve para el reclutamiento y propaganda Dabiq.

 

Las Redes del DAESH

 

Una investigación de David Barrancos, disponible en internet profundiza sobre el papel de la propaganda en el Estado Islámico en redes sociales.   

 

Difunden decapitaciones, torturas, ejecuciones. Los cadáveres de sus adversarios son exhibidos, al tiempo que los deshumanizan convirtiéndolos en el blanco de burlas y humillaciones.

 

Poco o casi nada se dice de la estrategia de mercadeo para el financiamiento del DAESH en redes sociales y WEB en las que han posicionado sus propias tiendas virtuales colocando a la venta de camisetas y hasta muñecos para niños que emulan a los terroristas.

 

En Instagram tiene su propio perfil para los simpatizantes del grupo terrorista. Según Michael Mcloughlin  “La clave de la campaña en esta red social, aseguran los investigadores, no es otra que han (SIC) transmitido imágenes de vida cotidiana y no solamente imágenes épicas, de batalla o de víctimas. Todo ello acompañado de una retórica fácilmente identificable por los que puedan sentir atracción por el grupo terrorista y que les puedan animar a entrar a localizar contenido más radical.”

 

La mayoría de los perfiles eran públicos, de modo que se podía acceder a ellos sin aprobación previa.

 

El impacto del grupo terrorista en Twitter ha sido ampliamente analizado. Una de las acciones más alarmantes fue la creación de una app para Androide “El amanecer de la Buena Nueva” con la que los  cabecillas terroristas  podían escribir un tuit y conseguir que se publicara al mismo tiempo en las cuentas de Twitter de todos los simpatizantes que habían descargado la aplicación, consiguiendo esquivar los algoritmos de detección de spam de Twitter. DAESH logró llegar a los 40.000 tuits en tan sólo un día. Algunos creen que esas cifras son superiores.

 

(Larissa Costas Manaure)

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