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El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, estableció su posición frente a las detenciones y privativas de libertad de los políticos que, según él, son «perseguidos» por el gobierno de Venezuela.

 

«Tratar de desconocer al adversario. Abusar del poder para bloquear sus derechos. Colonizar a las instituciones y usarlas al servicio de una ideología y no de la Constitución y las leyes. Tomar decisiones basadas en el interés de los grupos dominantes para mantener el poder y usarlas para violentar los derechos de quienes piensan distinto o quienes representan un peligro para la permanencia del establishment es una violación flagrante de la democracia» afirmó León en un artículo publicado este domingo en la web.

 

En ese artículo, León también hace juicio sobre «perseguir, amenazar y apresar adversarios por sus ideas, por su trabajo político», haciendo caso omiso a las violaciones de las leyes venezolanas, razón principal por la que activistas de oposición se encuentran hoy en día bajo proceso judicial.

 

En este sentido, vale la pena recordar que casos como el de Leopoldo López y más recientemente Yon Goicochea, no se les acusa por pertenecer al partido político Voluntad Popular ni por hacer campañas políticas, ni siquiera por hacer llamados a la movilización de calle (que son actividades que se desarrollan en Venezuela con total normalidad en el acontecer político), sino por delitos que han cobrado, en el caso de López, la vida de ciudadanos venezolanos, y por patrocinar actos desestabilizadores de la paz, con tenencia de explosivos para hablar de Goicochea.

 

Asimismo, obvió León a las víctimas de las guarimbas de febrero de 2014, de quienes no hace mención en su matriz de apoyo a la oposición. Tampoco nombra a cuántos políticos privados de libertad se les ha concedido medidas humanitarias, como Antonio Ledezma, a quien se le acusó en 2015 de ser partícipe de la llamada «operación Jericó», que pretendía derrocar al gobierno nacional y a quien se le dictó reclusión en Ramo Verde, sin embargo, se le dio ese beneficio sustitutivo luego de una operación por hernia inguinal.

 

No se podría obviar aquellos a los que se les ha dado la medida de casa por cárcel y la han utilizado para incurrir nuevamente en delitos, tal es el caso reciente de el exalcalde Daniel Ceballos, quien se encontraba pagando condena por los hechos de calle en el estado Táchira entre febrero y marzo de 2014. Según fuentes de inteligencia militar, mientras estuvo en su casa (desde agosto de 2015) estuvo planeando una agenda de violencia que desarrollaría la oposición a partir del 1° de septiembre de este año, en la que incluía su propia fuga. Por esta razón fue llevado nuevamente al centro penitenciario «26 de julio» en el estado Guárico.

 

Parecido a este fue el caso de Leocenis García, a quien se le dictó casa por cárcel luego de una huelga de hambre en la que perdió casi 30 kilos y tuvo que ser trasladado a un hospital y luego a su casa. Pero habría iniciado esa huelga de hambre luego de que se le acusara por legitimación de capitales y evasión fiscal, al nopoder justificar sus ingresos como jefe editorial del grupo «6to poder».

 

habría que recordar también la incidencia con José Pérez Venta, quien confesó haber asesinado y desmembrado a Liliana Hergueta, de 53 años de edad, en agosto de 2015. Como Pérez Venta declaró ante el Sebin que Héctor Alejandro Zerpa sería el financista y miembro de las guarimbas de 2014 y a otros personajes, hoy detenidos, se le ofreció la reducción de la condena de 30 a 10 años, por admisión de los hechos y la acusación de terceros en crímenes relacionados con la delincuencia organizada. A los cinco años de condena, como lo dicta la ley, Pérez Venta podría disfrutar de una medida sustitutiva.

 

Entonces, habría que invisibilizar todas esas medidas que las leyes venezolanas ofrecieron a los políticos presos acusados de delitos creíbles y razonados bajo las normas de la sociedad venezolana en la que todos debemos convivir, para dar la razón a quienes critican el aumento de los mal llamados «presos políticos», en vez de criticar la proliferación de la violencia y la notable incurrencia en crímenes por parte de ciudadanos que en algún momento representaron (o representan) a un pueblo.

 

(LaIguana.TV)

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