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¿Quién es el canciller de la MUD: Timoteo Zambrano o Luis Florido? Puede parecer un tema secundario, frente a otros de mayor entidad, como ¿quién es el líder más popular? (o el menos impopular, es más o menos lo mismo) o ¿quién, al final de cuentas, va a ser el candidato presidencial en 2018? Sin embargo, las contradicciones que este bloque partidista muestra en el área de la política exterior reflejan las grietas de una alianza únicamente unida por aquello a lo que adversan.

 

Zambrano, ficha originalmente de AD, que luego pasó a Alianza Bravo Pueblo y a Un Nuevo Tiempo, ha sido el encargado oficial de los asuntos internacionales de la MUD durante años. El hombre viaja por el mundo con aires de embajador de pumpá y paltó levita. En cierto modo ha sido el “canciller” de la MUD, lo que para todos los efectos sería el “anticanciller” de Venezuela. Sin embargo, desde que asumió la nueva AN, en enero pasado, el diputado-empresario Luis Florido, del ala pirómana de la oposición (Voluntad Popular) le ha venido serruchando el puesto, hasta que lo ha desbancado. Florido también anda del timbo al tambo sólo que no tiene un estilo tan diplomático (no le hace mucho honor a su apellido), sino que se dedica de una manera bastante burda y ramplona a buscar apoyos para que el gobierno venezolano sea condenado en los escenarios mundiales.

 

Esta semana, tras la decisión anunciada del Mercosur de bloquear y eventualmente suspender a Venezuela, Florido y sus compinches lo celebraron a lo grande. El revés nacional fue una victoria para ellos. Inesperadamente, Zambrano dio una opinión que interrumpió la bacanal gitana antipatriótica. Dijo que la decisión tomada por los gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay es una agresión contra el país y perjudicará a muchos venezolanos. Ardió Troya porque esas disidencias no están permitidas en la coalición que, paradójicamente, dice estar a punto de rescatar a Venezuela de una feroz dictadura, promotora del pensamiento único.

 

Zambrano (es una interpretación) tal vez quiso demostrar que estos tipos recién llegados nada saben de política exterior, pues creen que perjudicar al país equivale a ganarle rounds al gobierno.

 

Florido y su combo, molestos con el ex canciller de la MUD (ya se fregó… ¿y ahora, cómo viajará por el mundo?) salieron a mostrarse muy orgullosamente como los artífices de la confabulación que armaron contra Venezuela el neoliberal Macri, el golpista Temer, el resentido Cartes y el guabinoso Vázquez (con un empujón del enemigo declarado Almagro). Ahora ya nadie tiene que acusarlos de este acto de alta traición, pues han confesado su perpetración, y con gran orgullo.

 

En cierto modo, al exponerse de ese modo, ya comienzan a ser sancionados, incluso por la misma gente opositora que se mantiene en el campo de la racionalidad. El país en general pudo observar la forma como la mafia que controla la autodenominada Unidad Democrática demostró que no es ni una cosa ni la otra, y llevó a Zambrano a la pira pública para quemarlo vivo (cual presunta bruja en tiempos de la Inquisición) debido a su opinión. Y pensar que son los mismos que denuncian que el rrrrégimen persigue a la gente “por pensar distinto”.

 

(Por: Clodovaldo Hernández /[email protected])

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