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Venezuela rechazó en la ONU-Ginebra una nueva ofensiva del gobierno imperialista de los Estados Unidos, que busca sentar las bases para una escalada intervencionista en contra de la Patria de Bolívar.

 

En el marco de la 33º sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la delegación norteamericana reeditó su acostumbrado proceder injerencista en contra de los países que no se someten a sus designios hegemónicos.

 

Ante los señalamientos de la delegación estadounidense, el representante permanente de Venezuela, embajador Jorge Valero, condenó que EE. UU. insista en convertir ese foro en escenario para hostilizar a los países en desarrollo.

 

Supuestos «presos políticos»

 

La representación norteamericana demandó la liberación de supuestos presos políticos en Venezuela, mencionando el caso de Leopoldo López, autor intelectual del plan denominado «La Salida», que buscaba derrocar el legítimo gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros.

 

El embajador venezolano fue enfático al señalar que «en Venezuela no hay presos políticos, sino políticos presos», por haber desatado ese plan violento que causó la muerte de 43 personas, más de 800 heridos y pérdidas materiales por más de 10 mil millones de dólares.

 

Revocatorio con apego a la ley

 

Sobre las menciones al referendo revocatorio, Valero afirmó que éste es un derecho consagrado en nuestra Constitución, «único en el mundo», y que para su activación es necesario cumplir con la normativa establecida en la Constitución y la ley.

 

«No pueden pretender el gobierno de Estados Unidos ni los sectores antidemocráticos de la oposición venezolana que están a su servicio, que se vulnere tal normativa legal», recalcó el diplomático.

 

Lamentó que algunos países, cediendo ante la presión imperial, se presten para hacer señalamientos sin fundamento contra Venezuela.

 

Sobre tales observaciones, Valero expresó que la democracia participativa y protagónica de Venezuela consagrada en la Constitución, ha ensanchado como nunca el disfrute de los derechos humanos, disminuyendo sustancialmente la pobreza y universalizando la justicia social.

 

Guerra económica inducida

 

Explicó que las limitaciones en el suministro de alimentos en Venezuela «son el resultado de una guerra económica criminal que afecta la calidad de vida de nuestro pueblo; guerra que ha sido incoada en el pasado en países como el Chile del digno y heroico Salvador Allende», señalando que en ella participan empresas nacionales e internacionales, asociadas a intereses estadounidenses.

 

«La supuesta crisis humanitaria es un pretexto para intervenir en los asuntos internos de Venezuela», sentenció.

 

En su intervención el embajador Valero hizo referencia a las amenazas de invasión militar proferidas por el general John Kelly, exjefe del Comando Sur de los Estados Unidos, quien declaró que el Pentágono estaba preparado para intervenir militarmente en Venezuela, si se lo pidieran la OEA o la ONU.

 

«Ninguna de estas organizaciones dará su apoyo a una invasión genocida en contra de Venezuela», expresó Valero.

 

La doble moral imperial

 

«¿Con qué autoridad moral ataca a países del Sur una nación cuyos mandatarios deberían responder ante la Corte Penal Internacional por sus abominables crímenes de guerra y de lesa humanidad?», preguntó el representante venezolano.

 

Añadió, igualmente, que éstos también deberían responder por el asesinato de millones de seres humanos en sus guerras e invasiones neocoloniales y por su respaldo el terrorismo.

 

«Fueron los creadores de Al-Qaeda a través de la CIA», dijo Valero.

 

Finalizó señalando que es insólito que algunos países pretendan dar lecciones en materia de derechos humanos, cuando en su haber cuentan con un nefasto historial de violaciones de estos derechos, que cometen a diario en su territorio y en otros países.

 

(Nota de Prensa)