Las empresas fabricantes de armas de fuego están optimistas con respecto a los futuros negocios en Brasil. La razón es la elección de Jair Bolsonaro como presidente del país este domingo. 

 

Representantes en el país de dos multinacionales de armamentos y una novata de capital nacional afirman que la victoria llevará al crecimiento de la demanda de armas en Brasil y abrirá oportunidades para nuevas fábricas. El mercado doméstico es dominado actualmente por la brasileña Taurus.

 

Caracal, empresa del grupo estatal Emirates Defense Industries Company (Edic), de los Emiratos Árabes Unidos, tiene planes de erigir una fábrica en el estado de Goiás, así como la CZ, de la República Checa.

 

«La inversión prevista es de 100 a 130 millones de dólares», dijo Paulo Humberto Barbosa, representante de la compañía en Brasil. Según él, el proyecto de la empresa, que comenzó a ser discutido en 2014, dependía si el electo era Bolsonaro o Fernando Haddad.

 

Barbosa no escondía la preferencia. «El PT es desarmamentista. Con Bolsonaro tendremos una satisfacción mayor de actuar en Brasil porque él es un defensor del derecho de personas de bien de tener armas», dijo. «La tendencia es que aumente la demanda de armas en Brasil.» El ejecutivo estuvo con Bolsonaro en abril de 2017, en un evento de la Policía Militar en Goiânia. En fotos, en el stand de la empresa, el candidato aparece empujando una pistola, un fusil y una ametralladora de Caracal.

 

La compañía tiene su sede en Abu Dhabi y en su sitio informa que sus subsidiarias se encuentran en Estados Unidos, Alemania y Brasil. El plan es fabricar pistolas 380, para uso civil y de fuerzas de seguridad, no sólo para el mercado nacional, sino también para atender a países vecinos. El portafolio de la empresa (que se presenta como principal fabricante de armas ligeras de la península arábiga) incluye modelos de pistola 9 mm, de ametralladoras y fusiles de asalto.

 

El gobierno de los Emiratos apuesta por el proyecto brasileño. El año pasado, una comitiva encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, el jeque Abdullah Bin Zayed Nahyan, estuvo en Brasilia para discutir la cooperación y el comercio entre los países.

 

En septiembre, el Diario Oficial de la Unión publicó un acuerdo firmado entre los dos países en el campo de la defensa. Caracal entiende que el acuerdo es un paso importante para hacer avanzar sus planes en Brasil. La compañía todavía necesitará el aval del Ejército para que la fábrica salga del papel.

 

Entidades críticas al armamento de civiles afirman que el aumento del comercio de armas tiende a empeorar el cuadro de violencia y de homicidios en Brasil. Los grupos desarmamentistas presionaron al gobierno de Suiza este año, que acabó desistiendo del proyecto de instalar una fábrica de municiones de la estatal Ruag en Pernambuco. El gobierno alegó que el proyecto en Brasil podría traer riesgos para la reputación de Ruag y de la propia Suiza.

 

Uno de los temas que marcaron la candidatura y actuación como diputado federal de Bolsonaro es la defensa de que civiles puedan adquirir armas de fuego para garantizar su propia defensa. En los últimos años, para evitar la tramitación burocrática en la Policía Federal, quien busca autorización para posesión y o porte de armas ha recurrido al Ejército Brasileño. El Ejército concede certificados a personas que se encuadran en la categoría de tiradores deportivos, cazadores y coleccionistas (CAC). Los números de certificado sólo crecen. Desde enero hasta ahora, el Ejército ya había expedido 32 mil certificados para CAC.

 

Bolsonaro y parlamentarios que defienden el armamento, hablan de simplificar las reglas y facilitar el acceso de civiles a armas de fuego. Bolsonaro presidente anima no sólo nuevos jugadores sino que ayudó a valorar las acciones de la brasileña Taurus. De 31 de agosto hasta ahora, las acciones preferenciales de la empresa subieron nada menos que el 421,84%. «Es un escenario prometedor», dice, al referirse al gobierno Bolsonaro, Hugo de Paula, representante en Brasil de otro fabricante de armas, la CZ, de la República Checa. «Nuestra expectativa es positiva, estamos con planes de venir a Brasil pronto», agregó.

 

La CZ tiene ventas para más de 100 países y sus catálogos militares y civiles incluyen ametralladoras, fusiles de asalto, lanzadores de granada, pistolas y rifles. En Brasil, el plan de la CZ es fabricar pistolas 380 y 9mm. La empresa estudia el mercado brasileño desde hace algunos años. Es en Goiás, como Caracal, que están los planes de instalación de su fábrica Es también en Goiás, en la ciudad de Anápolis, donde ya está el edificio que será la unidad fabril de la DFA, según el CEO de la compañía, Augusto de Jesús Delgado Júnior. La producción, afirma, comienza en 2019. Serán pistolas y rifles, dice el ejecutivo. «La DFA es una empresa nacional y adquirimos tecnologías de cinco fabricantes del exterior», dijo.

 

Delgado está entusiasmado con respecto a Bolsonaro: «La demanda de armas tiene una curva de crecimiento y continuará con posibilidades de aumento, porque civiles y fuerzas policiales podrán beneficiarse cada vez más y ganar más fuerza con Jair Bolsonaro en el gobierno», afirmó.

 

(Agencias)