Cuando Peter Ellenstein recibió un mensaje de Facebook de una joven desconocida nunca imaginó que iba a ser su hija. Desde aquel momento, ha sido contactado por 24 jóvenes de entre 17 y 30 años que descubrieron que era su padre usando pruebas de ADN. Incluso, cree que podría haber cientos más.

 

A sus veinte años, decidió trabajar como donante de esperma por £57 por persona para obtener algo de dinero extra. Ahora, casi tres décadas más tarde, divorciado y “sin hijos”, ha sido contactado por varios jóvenes que quieren conocer a su padre.

 

“Fue un shock al principio, pero ahora cuando miro a todos estos niños me siento mareado”, expresó el donante, a Sun Online. Y siguió: “No puedo creer que fui parte, incluso una pequeña parte, de crear a todos estos maravillosos niños. No sé con certeza cuántos niños podría haber: el banco de esperma no tiene registros completos”.

 

Esta situación de Peter Ellenstein plantea preocupaciones éticas en los estados porque no hay límites ni regulaciones. Aunque en Reino Unido, sí haya, y sea legal hasta 10 hijos por donante.

 

Para mantenerse en contacto, tienen un grupo designado en Facebook y una hoja de cálculo para ayudarse y organizar reuniones. Muchos de los jóvenes tiene rasgos físicos o de personalidad similares y, en algunos casos, entre ellos, parece que se conocen de toda la vida.

 

Los hijos del donante viven en todo Estados Unidos y en todo el mundo, incluyendo Francia y China. Incluso, nunca se han reunido los 24, pero espera lograrlo algún día.

 

Sidney, de 17 años, es el menor de los hermanos, y no tenía idea quién era su padre hasta que averiguó por medio de una prueba de ADN en el sitio web 23andme. “Tengo dos madres, así que siempre supe que tenía un padre donante, pero él era completamente anónimo”, explicó el menor.

 

“Luego tomé el examen y me conecté con mi hermana Rachel y su hermano Peter y seguimos creciendo. Es extraño decir que te has hecho amigo de tus hermanos porque generalmente creces con ellos, pero en el último año eso es lo que me pasó”, señaló el joven.

 

Otro caso es de la música Rachel, de 24 años, que estaba interesada por ver una foto de su padre biológico y aprender más “de dónde vino y cómo llegó aquí”. En un primer momento, se enojaron y luego, se volvieron muy unidos. Incluso, disfrutaron de unas vacaciones en Francia.

 

“Fue un sentimiento profundo mirar a alguien que se parecía mucho a mí y a algunos de mis modales y resultó que teníamos todo tipo de cosas en común”, detalló.

 

Como ellos dos, hay decenas de jóvenes que lo llaman “padre de ADN”, “padre donante”, “padre de laboratorio” o simplemente el viejo Peter, y buscan conocer y pasar tiempo con su papá biológico.

 

(The Sun)