Una pequeña niña reflejó en su discurso el sentir de cientos de ciudadanos de Charlotte, la ciudad estadounidense en la que se registraron violentas protestas contra la brutalidad policial tras la muerte de un hombre afroamericano a manos de agentes.

 

«Es una pena que nuestros padres y madres mueran y no podamos verlos nunca más», dijo con lágrimas en sus ojos Zianna Oliphant, quien participó de una sesión abierta en la municipalidad de Charlotte junto a decenas de personas.

 

Con trenzas y corazones estampados en su ropa, Oliphant agregó: «Es una pena que tengamos que ir a un cementerio y enterrarlos (a nuestros padres). Y lloramos. No debemos llorar. Necesitamos que nuestros padres y madres estén a nuestro lado»

 

«He nacido y crecido en Charlotte. Y nunca me he sentido de esta manera hasta ahora y no puedo soportar la forma cómo nos tratan», indicó.

 

«Somos personas afroamericanas y no deberíamos tener que sentirnos así. Tenemos que protestar porque ustedes nos están tratando mal. Hacemos esto porque lo necesitamos y tenemos derechos», dijo.

 

La reunión fue organizada por la alcaldía de Charlotte para evaluar el problema generado por la muerte de afroamericanos en intervenciones policiales. Decenas de personas tomaron la palabra, pero fue la intervención de Zianna la que llamó la atención.

 

La policía de esta ciudad asesinó la semana pasada a Keith L. Scott, un hombre aparentemente desarmado en un incidente que aún está en investigación.

 

El debate sobre los motivos de su muerte desencadenaron protestas en la ciudad que causaron la muerte de una persona, tras lo cual las autoridades declararon un toque de queda.

 

Scott murió cuando oficiales de policía acudieron a un llamado de alerta de un hombre armado. Cuando llegaron al lugar, se encontraron con él, que estaba saliendo de su auto.

 

La policía dijo que el hombre hizo un movimiento amenazador con una pistola, pero la familia ha dicho que estaba leyendo un libro. Pocos segundos después el hombre fue abatido y murió en un hospital.

 

Las protestas estallaron durante varias noches. Disminuyeron tras la difusión de videos de los hechos y debido a la mayor presencia de la policía.

 

(Aporrea)

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