María Alejandra Díaz, abogada de profesión y comunicadora por asimilación, integrante de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), aseguró que hasta el momento no existe un proyecto de texto de la nueva Carta Magna, pues las ingentes tareas de restablecimiento de la paz y recuperación de la gobernabilidad han mantenido ocupado al cuerpo plenipotenciario.

 

Díaz respondió así a las preocupaciones expresadas por el notable intelectual Luis Britto García acerca de un borrador de la nueva Constitución que ya estaría listo y cuyo contenido podría significar un retroceso en materia de soberanía nacional.

 

La constituyente y profesora universitaria opinó que es necesario repolitizar al país para dar el debate sobre el nuevo texto constitucional, pues en la actualidad, la gente está dedicada a la supervivencia frente a la guerra económica.

 

En entrevista exclusiva con LaIguana.TV, Díaz también advirtió que la ANC está lista para afrontar una nueva escalada conspirativa que planea la oposición nacional y extranjera para el 10 de enero próximo.

 

A continuación, una versión del diálogo sostenido por Díaz con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-El doctor Britto García se mostró alarmado en el programa de José Vicente Rangel por la falta de discusión pública que se aprecia en la ANC, al punto de que existiría un proyecto ya consolidado de Constitución que ni siquiera los constituyentes destacados conocen. ¿Existe ese proyecto?

 

-Lo primero que tenemos que decir es que en el contexto histórico que está viviendo Venezuela, esta Constituyente es completamente distinta a la convocada por Chávez en 1999. Primero porque entonces no había antecedentes de apelar a una Constituyente como figura para salir de una crisis política y social como la que vivía el país en esos años. Fue una interpretación que se hizo en la Corte Suprema de Justicia, en ponencia del magistrado Humberto Roche Lander, la que permitió la consulta al pueblo sobre si se debía llamar a una asamblea constituyente para refundar el Estado. En cambio, la actual es convocada en un momento histórico distinto, con una amenaza cierta, con un país bloqueado, con una estrategia de ahogamiento a través de medidas coercitivas unilaterales destinada a derrocar al Gobierno y, además, en el marco de la violencia y a punto de una guerra civil. Los caminos constitucionales apuntaban a una salida a través del decreto de un estado de conmoción o la convocatoria de una constituyente. Se optó por la segunda y se le asignó la tarea de mantener la paz y recuperar la gobernabilidad. De hecho, lo primero que hicimos fue anular un enemigo interno, que era el anterior Ministerio Público, que por no imputar a los responsables hizo que se incrementara el caos, el desorden y la anomia social. En esta primera etapa nosotros hemos tenido que asumir funciones legislativas, de control político y de garantizar la paz y la gobernabilidad. Lo que se llama trabarse en la discusión de un proyecto constitucional, es algo que no se ha hecho. Lo que hemos estado haciendo hasta ahora es, desde todas las comisiones permanentes, recoger denuncias y propuestas. Lo que hay es un cúmulo de propuestas que han tributado a la Comisión Constitucional para una primera aproximación. Ha declarado Hermann Escarrá (presidente de esta comisión) que el proyecto lleva un 90% de revisión, pero eso no ha sido sometido ni a la Comisión Constitucional ni a la plenaria. Así que el que tenga un proyecto de Constitución hecho, yo lamento decirle aquí, muy suavecito, que está perdiendo su tiempo porque todavía nosotros, la soberana Asamblea Nacional Constituyente no lo ha discutido y no se ha trabado la discusión públicamente. Quizá es eso lo que reciente el doctor (Britto García): que no se ve el debate, pero sí se está dando a lo interno de las comisiones. Ahora vengo de recibir propuestas de las iglesias cristianas y evangélicas. Hay una propuesta del PPT sobre la constitucionalización de la corresponsabilidad en el mantenimiento de los servicios públicos. Hay propuestas sobre salud (…) Es decir, que todos los días, sobre todo la Comisión de Derechos Humanos, que es transversal en toda la Constitución del 99, recibe propuestas. Quien diga que hay un texto ya culminado rodando por debajo de cuerda, se va a quedar frío porque todavía no hay discusión.

 

-Lo que ocurre es que incluso un periódico publicó ese supuesto texto definitivo…

 

-Esa era una propuesta que presentó a la ANC la Universidad de los Trabajadores, y que la publicó Panorama. Esa es la confusión. ¿Quién la filtró?, no lo sé, pero quien asuma que ese es el proyecto de Constitución no está bien informado.

 

El debate abierto

 

-Lo que pasa es que cuando se eligió un cuerpo tan grande, de más de 500 personas, con participación de gente de diversos sectores, se tenía la expectativa de que sería como un gran ágora, un lugar para la discusión abierta del pueblo. Eso no se ha visto. Quizá esté ocurriendo, pero puertas adentro…

 

-Sí, quizá no se visibiliza adecuadamente, pero todos los días en las comisiones se están recibiendo propuestas y, además, hay asambleas de base constituyente en todo el país. Quizá lo que ha fallado es que desde los medios tradicionales eso se oculta, y desde nuestros medios  hemos sido poco menos que tímidos para reflejarlos. Es un problema de comunicación. La estrategia de comunicación no ha sido completamente acertada o masificada, y eso permite que la opinión pública tenga la percepción de que no se está discutiendo. Pero no es solo un problema de comunicación. Por otro lado no podemos obviar que el día a día nos supera la realidad de la guerra económica que nos afecta directamente en el estómago. La discusión política ha quedado relegada a un segundo plano. Eso también debe ser estudiado como fenómeno del momento histórico que estamos viviendo. La gente está ocupada buscando la manera de que le alcance el salario.

 

Leyes constitucionales

 

-Sobre la función de legislar que ha asumido la ANC mediante las llamadas leyes constitucionales, también hay algunas dudas. Volviendo con el doctor Britto García, él expresaba sus objeciones a leyes económicas que podrían estar abonando más al terreno del neoliberalismo. ¿Cuál es la realidad de esto?

 

-Bueno, yo en lo personal he expresado observaciones, no públicamente, pero sí con mucha claridad, con respecto a los proyectos de ley. Más allá de eso, cualquier persona que sienta que alguna de esas leyes lesiona o amenaza al proyecto revolucionario, el reglamento (de la ANC) prevé cuál es el camino para presentar sus objeciones y solventar esa situación. Le recomendaría a doctor Britto que buscara la forma de hacer sus planteamientos dentro de la propia Constituyente. Si él tiene alguna duda, pues que se la aclaren. No hay que olvidar que al ser actos de la ANC, como poder supraconstitucional, el poder constituido no puede objetarlos. La Sala Constitucional del Tribunal Supremo, por ejemplo, no podría revisar una de estas leyes. Hay que buscar los caminos establecidos en el propio reglamento de la ANC. En la Comisión Constitucional ese tema se puede discutir. También debemos ver esto en contexto porque más allá de una ley en particular que le genere dudas, el doctor Britto ha tenido siempre posturas muy incisivas en materia de soberanía. Incluso ha criticado la actual Constitución en cuanto a validar acuerdos de carácter supranacional porque eso es una disminución de la soberanía, y ha criticado sentencias del TSJ en Sala Constitucional, especialmente un dictamen de la magistrada Luisa Estela Morales que permite la doble tributación. El doctor en eso ha sido muy incisivo. Por ahí deben venir sus observaciones, que hemos compartido de manera muy respetuosa. En mi caso, he trabajado por lo menos diez años  con él en la representación del país ante la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

 

Lo que viene

 

-Con respecto a la función de la ANC como garante de la gobernabilidad, pareciera que tiene un nuevo reto porque se vislumbran tiempos tormentosos, según los planes de la oposición nacional e internacional. ¿Tendrá la ANC un rol protagónico en ese escenario?

 

-Creo que así será, si estamos vislumbrando correctamente las señales nacionales e internacionales que nos están enviando la oposición. Ellos van a tratar de rendir al pueblo con más presión. Así lo han declarado directamente algunos de sus voceros. La fecha tope para ellos es el 10 de enero porque se termina una etapa y empieza el nuevo período del presidente Nicolás Maduro. Sabemos que se han negado a reconocer a la Constituyente y a todas las decisiones que hemos tomado y todas las actuaciones que hagamos. Todo lo que la ANC haya convocado no existe, y por eso pretenden desconocer al Gobierno nacional electo democráticamente. Pero se van a llevar una sorpresa porque no solamente se van a poner al margen de la ley, y si siguen forzando la barrera y llamando a una intervención, habrá que tomar medidas desde la ANC  para garantizar la unidad del Estado-nación, la vigencia de la Constitución, la soberanía, la autodeterminación y la independencia del pueblo venezolano. Que no se equivoquen porque si lo hacen, la plenipotenciaria ANC actuará para poner orden. No vamos a dejar que se lleven el país por un caño porque ellos quieran. Hablo a título personal, no a nombre de la ANC, pero creo que la tarea que nos correspondería en ese caso la respuesta tiene que ser contundente.

 

-¿Podría ser la disolución de la Asamblea Nacional?

 

-No sé si la disolución porque al final ese es un espacio desertificado. Ellos se autodisolvieron. Sus discusiones no tienen incidencia en lo interno. Ese discurso es para el exterior. Ellos están montando el escenario Libia, con un ilegal, írrito e ilegítimo TSJ en el exilio; una fiscal que ya no es fiscal, que se fue huyendo y pretende aplicar extraterritorialmente sus funciones; y asimismo, intentarán montar algo tipo CNT (Consejo Nacional de Transición), un Gobierno en el exilio con la base en Puerto Rico, triangulada con Colombia, y ahora tenemos a este señor en Brasil (Jair Bolsonaro) que puede ser otra pata de la mesa.

 

-Una vez que se supere la coyuntura del 10 de enero, esperemos que sin violencia, ¿la ANC se dedicaría de lleno al proyecto de Constitución?

 

-Desde mi punto de vista, sí. Tendríamos que plantearnos el tema de la consulta nacional abierta y de la repolitización porque en este momento lo que la gente está pendiente es de cómo hacer para llegar a fin de mes con su sueldo. Eso provoca la despolitización, la desmovilización, la desertificación del movimiento emancipatorio más importante del siglo XXI. No podemos permitir que eso pase. El embate frente a la globalización que significó la nueva Constitución, en 1999, es algo que debemos recuperar. Tenemos que recuperar esa esperanza y para ello debemos bajar la discusión a tierra. Debemos reenamorar, reencantar a la gente de un proyecto constitucional perfectible, que podemos blindar. Podemos incluir sin destruir, eso es fundamental, es la tarea central que nos corresponde. Espero que no dilatemos más allá de lo necesario esta tarea fundamental, aunque Diosdado apuntaba con José Vicente que probablemente se extenderá el tiempo de duración de la ANC porque, al final, lo que estamos garantizando es la paz de la República. Habría que ver los escenarios, pero en el escenario ideal, hacer esa consulta es el deber ser.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)