Un centenar de aeronaves de siete países, entre los cuales Chile, Perú, Uruguay, EE.UU. y Francia, dieron inicio hoy en la ciudad brasileña de Natal al Ejercicio Cruzeiro do Sul (Cruzex 2018), el mayor ejercicio militar aéreo ya organizado por Brasil y que se extiende hasta el 30 de noviembre.

 

El complejo entrenamiento militar organizado por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), en el que también participan miembros del Ejército y de la Marina, prevé la simulación de situaciones de guerra aérea moderna con los modernos aviones de combate que aterrizaron esta semana en la Base Aérea de Natal (nordeste de Brasil).

 

En el ejercicio participarán militares y aviones de Brasil, Canadá, Chile, Francia, Perú, Uruguay y Estados Unidos, así como observadores de Bolivia, India, Suecia, Reino Unido y Venezuela.

 

Miembros de las Fuerzas Especiales de Portugal, Alemania y Francia también participarán pero como conferenciantes en un seminario sobre el empleo del poder aéreo en misiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

 

El ejercicio permitirá que los pilotos se entrenen en combates aéreos en operaciones combinadas, es decir con los diferentes países simulando enfrentamientos de manera integrada y cooperativa para promover el intercambio de experiencias, según la Fuerza Aérea Brasileña.

 

“La Cruzex permite el intercambio de competencias operacionales. Además de estrechar los lazos entre los países, permite que países que tienen experiencia en escenarios de acción conjuntan transmitan sus conocimientos”, explicó el director del Cruzex, general brigadier Luiz Guilherme Silveira de Medeiros, en una entrevista que la Fuerza Aérea Brasileña publicó en sus redes sociales.

 

Entre los ejercicios que serán realizados destaca la Operación Aérea Compuesta (Comaos, por sus siglas en inglés), en el que entre 40 y 50 aeronaves despegan en secuencia para realizar misiones con objetivos comunes en períodos de tiempo y espacio limitados.

 

Igualmente se llevarán a cabo entrenamientos en escenarios de guerra no convencional, es decir contra fuerzas insurgentes o paramilitares que combaten con las Fuerzas Armadas de su mismo país.

 

De acuerdo con Medeiros, la importancia del ejercicio para Brasil es que puede prepararse en caso de que tenga que integrar misiones de la ONU.

 

La Fuerza Aérea Brasileña concentró en su Base Aérea de Natal cerca de 70 diferentes aeronaves de combate, transporte y abastecimiento, en tanto que la Marina de Brasil participará con sus cazas AF-1.

 

Después de la brasileña, las mayores delegaciones en el ejercicio son la de Estados Unidos, con 130 militares y que trajo a Brasil seis cazas F-16 y un abastecedor en vuelo KC-135, y la de Chile, con 90 militares, cinco F-16 y un abastecedor.

 

Perú participa con cuatro cazas A-37 y cuatro Mirage 2000; Uruguay con 30 militares y cuatro cazas A-37B; Francia con un carguero C-235 y Canadá con dos cargueros CC-130J.

 

El Crucex, un ejercicio aéreo que Brasil organizó por primera vez en 2002, cuando contó con la participación de aeronaves de Argentina y Francia, llegó este año a su octava y mayor edición.

 

La anterior edición, en 2013, reunión ocho países: Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, Ecuador, Uruguay y Venezuela.

 

Medeiros explicó que el intervalo de cinco años entre la anterior edición y la de este año obedeció a que las Fuerzas Armadas brasileñas tuvieron que concentrarse en ese período en su preparación para garantizar la seguridad de eventos como el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

 

(EFE)