El anuncio del Presidente Maduro del anclaje del bolívar soberano al petro y la publicación en el “white paper” de una fórmula de anclaje soberano del petro, firmado por el presidente en cadena nacional, fijando el valor del petro en el precio internacional de nuestras materias primas, fueron anuncios de medidas revolucionarias en el campo monetario. Se vio por primera vez en nuestra historia la voluntad de independizarnos del dólar como marcador del valor de nuestras monedas, una movida descolonizadora. Se percibió el espíritu de Simón Rodríguez, una de las tres raíces de la Revolución Bolivariana, el espíritu robinsoniano de “inventamos o erramos”.
 
 
Se produjo un renacer de la esperanza en el pueblo venezolano.
 
 
En mi opinión personal, y lo dije en su momento, se cometió el error de hacer una política de “precios acordados”, estrategia que nos ha fallado cuatro o cinco veces en los últimos años y que no se entiende por qué la volvemos a adoptar una y otra vez. La falla estructural de este tipo de medidas, como dice el camarada Julio Escalona, es que pretendemos hacer acuerdos con quienes nos quieren derrocar.
 
 
Lo que había que hacer era anunciar con toda seriedad que el aumento del salario mínimo a medio petro o BsS 1800 era para aguantar el golpe de una subida de precios, que inevitablemente tendrían que alcanzar niveles regionales para que disminuya drásticamente el contrabando de extracción, y que pronto habría un incremento del salario mínimo, digamos, a 1 petro, una vez equilibrados los precios y el valor de nuestra moneda. Muy importante esto último, porque sin estabilizar el valor de nuestro bolívar, no hay control de la inflación posible. Y muy importante que el salario mínimo llegue al menos a 4 petros en un lapso perentorio.
 
 
Tuvimos 15 días de esperanza en las políticas económicas. La falta de contundencia en la implementación de los anclajes monetarios permitieron que continuara la depreciación del bolívar y, en consecuencia, los anuncios no hicieran mella en la inflación. La desesperanza ha regresado en mucha gente.
 
 
Analicemos las omisiones hasta el momento.
 
 
1- El anclaje del bolívar al petro se anunció pero no se ha implementado. Es inoperante la visión de la economía declarativa, sin sustento real. No se puede anunciar sin hacer. No se puede decir que el petro vale 3600 bolívares soberanos y luego no cambiar petros por bolívares a 3600 bolívares soberanos. Se anuncian otras paridades en diversos portales y documentos gubernamentales, que ya están por arriba de 4000. Si seguimos así, ¿quién nos va a creer lo que digamos en el futuro?
 
 
2- El anclaje soberano del petro a nuestras materias primas, que primero se anunció que el valor de un petro es igual al de un barril de petróleo (diciembre de 2017) y en el segundo “white paper” se anunció un anclaje soberano, usando una fórmula de promedio ponderado, a una cesta de materias primas venezolanas, específicamente petróleo, oro, hierro y diamantes, no se ha implementado. El petro se anuncia en los portales gubernamentales como anclado al dólar, a $60. La mentalidad colonizada sigue haciendo estragos. Ya lo decía Lenin: el mayor enemigo de una Revolución no es el adversario político sino la fuerza de la costumbre.
 
 
3- El libre cambio de petros por bolívares a la tasa de anclaje, BsS 3600, no se ha implementado. Se anunció un “Plan de ahorro en petros”, con el objetivo ortodoxo de retirar circulante, pero no se ha  iniciado el cambio de bolívares por petros, sin escasez de petros, lo único que podría frenar la escalada del dólar y de la hiperinflación. El plan de ahorro en petros se puede entender como una etapa de “calentamiento”, pero se deben hacer anuncios contundentes sobre la paridad fija bolívar petro, es decir, el anclaje del bolívar al petro.
 
 
4- El anclaje del salario mínimo al petro, si el petro estuiviera en 3600, como dice la página principal del BCV, entonces sí estaría funcionando, ya que el salario mínimo sigue en BsS 1800. Pero si el valor del petro es el que se anuncia en otros sitios web y documentos oficiales, anclado al valor Dicom del dólar, entonces el petro valdría BsS 4200 y el salario mínimo debería estar en BsS 2100, es decir, no se ha implementado. Pero lo correcto para la defensa de nuestra moneda y nuestro salario es honrar el anclaje a BsS 3600, aunque el anclaje sea revisable.
 
 
5- Ahora no solamente sube el dólar, sino que sube el petro, ante la mirada desesperanzada de los venezolanos. Muchos nos preguntamos ¿la estrategia no era anclar el bolívar al petro? El bolívar, la moneda en la que se pagan los salarios, la que constitucionalmente debemos utilizar en el territorio nacional, sigue su caída, ahora también frente a una moneda ¡que es nuestra!. Luego los “chavistas” neoliberales estarán como pajarito en grama, preguntándose por qué ha penetrado tanto el dólar en la economía. La respuesta es simple, pero dudo que la entiendan: porque no defendimos el bolívar como se debe defender la Patria.
 
 
Hay quienes dicen que el anclaje no ha funcionado. Quienes lo afirman podrían no entender lo que es anclaje o podrían ser opinadores tarifados de sectores interesados en la devaluación continua y la hiperinflación. Créanme, a muchísima gente poderosa le interesa la devaluación y la hiperinflación, en especial a quienes tienen divisas y quieren seguir comprando bienes muebles e inmuebles en Venezuela a precio de gallina flaca, por ejemplo, locales para poner ventas de mercaderías importadas, actividad improductiva que no nos permitirá superar la crisis.
 
 
El anclaje aparentemente no ha dado frutos, pero se sebe simplemente a que no se ha implementado. 
 
 
Si no se va a implementar, entonces eso significa que el gobierno sucumbió ante el neoliberalismo, incluso ante las tendencias anarco-capitalistas que vienen de las mano de las criptos especulativas. Esperemos que no sea así, que ésta sea una hipótesis falsa. El gobierno debería recordar los versos de Martí “Con los pobres de la tierra / quiero yo mi suerte echar” y ponerle freno súbito a la devaluación, para que se detenga la hiperinflación. Aunque haya que emitir «muchos» petros (no hará falta emitir petros ni por la milésima parte de nuestras riquezas minerales) digamos 150 millones por año hasta que recuperemos un balance razonable de importaciones y exportaciones, quizás en unos 5 años. Pero tendremos una estabilidad cambiaria a corto plazo, aunque los economistas neoliberales digan que no, por ignorancia o por interés.
 
 
Si se va a implementar, aún hay la firme esperanza de que podamos salir de la crisis monetaria, la devaluación espuria y continuada que ha sido el motivo principal de la hiperinflación. Pero debe implementarse cuanto antes, las medidas de largo plazo para incrementar la producción sólo funcionarán si también tenemos medidas efectivas de corto plazo. La patria soberana y descolonizada debe imponerse a la fuerza de la costumbre neoliberal y todos los revolucionarios debemos intervenir para que así sea. ¡Venceremos!
 
(Emilio Hernández)