El precio es el mismo desde febrero de 2016: Bs 1 o BsS 0,00001 para el litro de 91 octanos y de Bs 6 o BsS 0,00006 para el de 95 octanos, o de $0,00000082 calculado a la tasa de cambio de BsS 72,79 por dólar resultante de la subasta 62 del Dicom. Es decir, no llega a ser ni un centavo de dólar como hasta antes de la reconversión monetaria de agosto. Su precio en dólares es prácticamente inexistente.

 

Sigue siendo, de lejos, la gasolina más barata del mundo. El subsidio sistemático que el gobierno venezolano otorga a la venta de combustible causa pérdidas que superan los 12.000 millones de dólares al año, según han estimado expertos privados e incluso el mismo presidente Nicolás Maduro, quien admitió el monto en agosto cuando informó que el precio sería aumentado al “precio internacional” sin indicar mayores detalles.

 

Han pasado más de tres meses desde el anuncio (13 de agosto) que puso a correr a miles de conductores a llenar los tanques de sus vehículos ante la inminente entrada en vigencia de la medida que ayudaría a recuperar ingresos a la menguada Petróleos de Venezuela, inmersa en escándalos de corrupción que han golpeado sus finanzas y derrumbado su producción.

 

El 17 de agosto, Maduro incluyó el precio de la gasolina como uno de los puntos incluidos en el plan de recuperación económica, crecimiento y prosperidad anunciado ese día y reiterado con posterioridad.

 

Sin embargo, la decisión se ha visto retrasada por razones que los venezolanos desconocen. El promedio mundial para la gasolina era de $1,16 el 12 de noviembre, última fecha disponible en Global Petrol Prices, portal que mide los precios de los combustibles.

 

Colombia, país vecino y al cual se dirige la mayor parte del contrabando de gasolina venezolana, tiene un precio por litro de $0,76, de acuerdo con Global Petrol Prices, lo que quiere decir que al menos debería elevarse el valor de la gasolina al público para evitar la extracción del combustible, como han dicho las autoridades sería uno de los objetivos de la medida.

 

Sin embargo, el disminuido poder de compra del venezolano impide pagar ese precio para llenar el tanque.

 

El gobierno se empeñó no obstante, en mantener el subsidio (por dos años) a través del carnet de la patria -un instrumento de control político y social- aunque tampoco ha informado de cuánto será la subvención.

 

Se abrió un censo nacional por tiempo determinado y luego extendido en tres ocasiones para que se registraran quienes aspiraran no solo al subsidio del combustible, también a repuestos otorgados por el Estado.

 

Dispositivos biopago (captahuellas) han sido instalados en las estaciones de gasolina sin que hasta ahora hayan podido utilizarse para la compra de combustible, que escasea en el occidente del país y esporádicamente en otras ciudades del país.

 

El 13 de agosto Maduro dijo en transmisión de radio y TV que era necesario aumentar el precio de la gasolina porque “prácticamente la regalamos” y que esperaba que en dos años, a más tardar, “hayamos resuelto la deformidad”. Tres meses después no solo no se ha puesto en marcha la medida, sino que tampoco hay precisión de lo que se hará ni cuándo.

 

La gasolina es el único bien que quedó fuera de la reconversión. Dado que resta poco más de un mes para que finalice el año y con unas elecciones de concejales previstas para el 9 de diciembre, varios analistas son del parecer que el aumento en el precio del combustible quedará para 2019.

 

(Banca y Negocios)