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Nueva York se rindió en una ovación  para Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Y así comenzó, anoche, la temporada de conciertos 2016-2017 de la ilustre sala Carnegie Hall, ubicada en  Manhattan.

 

A las 7:00 pm inició, a casa llena, el concierto, que pudo seguirse en vivo a través de las redes sociales y plataformas de video streeming para todo el mundo.

 

“Increíble estar nuevamente en @CarnegieHall abriendo temporada”, había expresado el director la tarde de ayer a través de su cuenta en Twitter, @GustavoDudamel.

 

Como estaba previsto, la velada musical comenzó con La valse, de Maurice Ravel. Encargado por el empresario Sergei Diaghilev, esta danza vertiginosa de la muerte es una glorificación del vals vienés y, en palabras del propio Ravel, un “torbellino fantástico y fatalmente inevitable”. Es como un vals vienés oído en un sueño, uno que se convierte gradualmente en una pesadilla. Seguidamente, sonó Le sacre du printemps (La consagración de la primavera), de Stravinsky, descrita por Claude Debussy como “primitiva con todas las comodidades modernas”.

 

Después de tocar estas dos obras maestras, la Sinfónica Simón Bolívar  y  Dudamel terminaron el concierto con una selección de danzas de todo el mundo y el “Alma llanera”.

 

La orquesta, considerada uno de los mejores conjuntos del mundo, fue aplaudida con entusiasmo tras cada ejecución. En múltiples ocasiones, Dudamel, quien también dirige la Filarmónica de Los Ángeles,  los señaló ante el público, que elogió el talento de los venezolanos.

 

La orquesta también se presentará en el Carnegie Hall hoy con obras de Stravinsky, Juan Carlos Núñez, Paul Desenne y Villa-Lobos; y otra vez mañana con Turangalîla-Symphonie, de Olivier Messiaen.

 

(Panorama)