El pasado 18 de noviembre, fue hallado en un basurero en Catia, el cadáver calcinado de un niño de aproximadamente 7 años. La autopsia arrojó que el pequeño infante fue amordazado antes de ser metido en una bolsa, rociado en combustible y prendido en fuego.

 

El patólogo que realizó la autopsia en el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses de Bello Monte, informó que el cadáver “tenía presencia de humo en mucosas y en las vías respiratorias, causada por aspiración nasal. Hubo inflamación del tejido graso. Como el cuerpo humano está compuesto de 80% de agua, se aumenta el volumen del tejido por exposición al fuego y la inflamación rápida de los tejidos quemados obstruye el flujo de aire a los pulmones”.

 

Por otra parte, un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, alertó que este tipo de crimen es propio de la región fronteriza donde hay mayor índice de criminalidad y que rompe con los “códigos” de respeto a los infantes, al margen de las disputas entre delincuentes.

 

Por lo señalado anteriormente, en este caso, la policía científica no descarta que se trate de una venganza contra la madre o miembros de una familia, aunque hasta la fecha no se ha reclamado el cadáver el menor.

 

(LaIguana.TV)