Los padres de la joven estadounidense que fue violada grupalmente, asesinada y arrojada a los cocodrilos hablaron sobre la experiencia que han sufrido desde 2009, cuando se perdió la pista de su hija Brittanee Drexel.
Tras 7 años, un agente del FBI les hizo saber que un preso señaló a un hombre y su hijo de atacar a la adolescente, que estaba de vacaciones en Carolina del Sur.
El convicto, que cumple condena por un crimen no relacionado, declaró haber visto a la víctima en una casa abandonada que usaban adictos y criminales para sus ilícitos. Según el relato, la joven habría escapado en un momento de descuido pero fue alcanzada por sus captores, quienes la asesinaron y echaron su cadáver en un estanque de cocodrilos.
Varios testimonios, según el FBI, coinciden con la versión del reo. Sin embargo, los funcionarios recorrieron la zona y no encontraron señales de la menor.
“Entregué el papel a un auto que estaba detenido y había dos personas murmurando atrás. Les pregunté si sabían algo de esta chica. Se rieron y el conductor arrugó el papel y lo tiró por la ventana. Se alejaron entre risas“, detalló el padre en un programa televisivo, recordando el momento en el que sin saberlo entregó un volante a los sospechosos del asesinato mientras buscaba a su hija.
La madre, visiblemente afectada durante la transmisión dijo: “Mi corazón se rompió porque Brittanee no merecía esto. Ella no conocía a estas personas (…) Son monstruos, no respetan la vida de nadie”.
(LaIguana.TV)