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Ya no son estos los tiempos aquellos en que economistas y «analistas serios» de algunos tanques de pensamiento venezolanos defendían -dando como cierto y confiable- el marcador Dólar Today. Aquellas desbocadas reflexiones que apenas dos años atrás le dieron cierto piso de «credibilidad» a ese marcador del dólar paralelo, poco a poco comenzaron a desaparecer del tapete.

 

Para ser economista del antichavismo y referirse al tipo de cambio paralelo lo fácil es emprender siempre la huida a «las razones que lo generan», como la regulación del tipo de cambio. «La responsabilidad es del gobierno por el control de cambio», «hay que liberar la moneda», «bla, bla, bla». Los escapes elegantes siempre van directo a las casi sacrosantas escrituras neoliberales y sus recetarios, como si fueran las tablas de la ley forjadas en piedra en el Monte Sinaí. Sobre si el precio del paralelo era matemáticamente viable, sobre si era transparente, sobre si era un indicador real, sobre si no estaba signado por propósitos políticos teledirigidos, de eso hablaron poco o nada.

 

Tenía Dólar Today que iniciar la locura del Dólar Instagram y basarse en los comentarios de esa red social para referenciarlos como base del cálculo de la tasa paralela para que algunos opinólogos reaccionaran. «Distorsionado», «poco transparente» y «opaco» son algunos de los términos que emplean los economistas antichavistas para referirse a los métodos de la mencionada página mayamera.

 

Pero estas explicaciones partieron al ruedo luego del estancamiento del marcador Dólar Today, que como se ha dicho tiene meses flotando en una fijación de poco más de mil bolívares por dólar. La explicación sobre los métodos de Dólar Today dejan de ser exclusivamente eso para dar paso a la pregunta: ¿Por qué se detuvo la tendencia del dólar paralelo? El estancamiento desató cualquier tipo de reflexiones, desde las más razonables hasta las que han cruzado el umbral de las teorías de la conspiración. Estas han venido desde el sector oficial hasta los espacios de opinión económica. Pese a la alta densidad, intentamos reseñar algunas.

 

Causas del estancamiento del paralelo

-Resistencia de importadores: La fijación artificial, nada transparente y claramente tendenciosa del precio del dólar paralelo cumplió sus propósitos en un momento específico en la evolución del sabotaje económico. Generó en 2013 y 2014 estampidas de divisas que se sustrajeron de la economía de la mano de importadores de diversa índole que las obtuvieron por los mecanismos regulares de asignación estatal. Al producirse una sequía de divisas (agravada al producirse la caída del ingreso petrolero nacional) muchos importadores de bienes no esenciales, no regulados, e importadores de materias primas, acudieron a las vías de compra por tasa paralela como salvoconducto para mantenerse en actividad.

 

Pero la tasa paralela aumentaba de manera vertiginosa. Esta sirvió como acelerante en el aumento de las estructuras de costos de todos los bienes asociados de manera directa o indirecta a la importación.

 

Cuando Aristóbulo Istúriz mencionó que «el 70% de la inflación se debe al factor Dólar Today» se refiere específicamente a la influencia que ha tenido ese marcador para aumentar de manera exorbitante el monto en bolívares que han tenido que pagar algunos importadores para adquirir divisas a particulares, bien sea para la importación de bienes a comercializar o para importar materias primas, bienes de capital (maquinarias, equipos, etc.), o bien para el desarrollo de su actividad.

 

Los desmanes de la tasa paralela arremetieron contra todos

Agreguemos a eso los desmanes especulativos que se han traducido en la referenciación a tasa paralela, de bienes que llegaron a otras tasas como la subsidiada por el Estado (el Dipro) o tasas como Simadi y ahora Dicom.

 

En su momento, el Ministro Perez Abad anunció que desde el Consejo de Economía productiva se estaban articulando acciones para instar a los importadores a rechazar la exorbitante tasa paralela. Habló de una «rebelión» por parte de productores e importadores a esa tasa. Se refería a un «rechazo» por parte de estos actores de la vida económica real a los montos reseñados en Dólar Today.

 

La compra de divisas de particulares a particulares (desde importadores hasta detalistas, raspacupos y derivados) se volvió una mercadería. Un mercado de los corotos donde unos les escamoteaban los precios a los otros. Salieron de la informalidad de la tasa paralela para ir a la informalidad del regateo, donde unos pedían por dólar la tasa fijada en Dólar Today y otros ofrecían menos.

 

En Venezuela, cosa que es poco usual, las ventas comenzaron a decaer considerablemente desde inicios de 2016. Las alarmas se prendieron en sectores específicos de la economía intermedia, asociadas a bienes importados (ropa, calzado, tecnología, etc). Los precios al consumidor final en bolívares eran exageradamente altos y el fantasma de la deflación apareció (cosa que es una tragedia para distribuidores al consumidor final). Esto aceleró las reacciones de escamoteo o «rechazo» aguas arriba.

 

Los importadores no tendrían donde colocar mercancías, si los expendedores de productos no esenciales al consumidor seguían reportando bajones en las ventas o pérdidas. El sabotaje económico alcanzó el tejido real de la economía venezolana, al punto en que comenzaron a verse perjudicados muchos actores específicos de la economía intermedia que quedaron a la suerte de otros que tenían divisas.

 

El factor «rechazo», podría considerarse una contribución en la contención de la vorágine en la escalada del precio del paralelo.

 

-El factor Dicom: Precedida por Simadi y todavía sin volar con alas propias, la alternativa Dicom, flotante, con un precio no tan amable en bolívares por dólar, se consideró en su momento un «incentivo» para la repatriación de divisas. El instrumento fue diseñado para que los privados (muchos de ellos en la mercadería del paralelo) pudieran ofrecer y/o comprar divisas. Aunque el instrumento sería un aliciente importante para exportadores no petroleros y se supone que muchos podrían vender las divisas que capten con medios propios ahí, lo cierto es que la única fila larga en el Dicom es de los que quieren comprar a esa tasa, por ser más amable que la tasa paralela.

 

En teoría, Dicom sería un salvoconducto a importadores. Pero este mercado oficial sigue regido por la inercia de la colocación -casi exclusiva- de divisas por parte del Estado. Es decir, los privados que tienen divisas siguen colocándolas por los caminos verdes del paralelo.

 

Pese a la evolución de la tasa Simadi, ahora Dicom, de 206 bolívares por dólar en marzo pasado a 656 bolívares por dólar al día de hoy, esta no alcanzó y difícilmente alcanzará los resultados consecuentes de la sobredosis de drogas pesadas que colocaron al paralelo en 1.300 bolívares hace meses. Porque hay que decirlo: la tasa Dicom obedece a mecanismos políticos de incentivos para la atracción de divisas.

 

Simadi fue creado como un instrumento monetario de contención en la guerra económica, diseñado para crear una alternativa al arma de guerra económica que ha sido Dólar Today. Se diseñó para incorporar al tejido económico real, por vías legales, divisas que circularon (y circulan) exclusivamente en el mercado paralelo.

 

La asociación que ha tenido Simadi (Dicom) en la contención del precio del dólar paralelo, yace en las modestas liquidaciones de divisas (más o menos un 10% del total liquidado) que se han hecho a esa tasa y que podrían tener un impacto menor como alternativa al paralelo. No obstante, su cualidad en la contención del paralelo es de tipo política, más que monetaria.

 

Pese a su valor inflado, Dicom es una alternativa jugosa de cambio monetario por vías legales, establece un ancla en el precio por su diferencial de casi 400 bolívares con respecto a la tasa Dólar Today y es en esencia el único instrumento de tipo de cambio libre que es legal en Venezuela.

 

El pacto Dólar Today-Gobierno parece otra «teoría de la conspiración»

-El factor de la sobriedad monetaria: Ha hecho su contribución la sobriedad con la que el Ejecutivo ha asumido la política monetaria en 2016. Una baja de la liquidez monetaria y de los recursos públicos en términos reales supone una desaceleración del ritmo con el que el Estado ha ordenado imprimir billetes, infiriendo con ello que aunque la liquidez monetaria no necesariamente es la causa principal de la inflación, en depreciación de la moneda en Venezuela, sí tiene que ver.

 

Una señal que apreciar es la reducción del encaje legal bancario de 21% a 16%, que libera una masa de recursos «estacionados» que deben ir a las carteras de crédito agrícola e industrial por bancos públicos y privados. Esta fórmula que coloca recursos disponibles para la producción da vuelta de hoja a fórmulas tradicionales de créditos adicionales o mecanismos de endeudamiento interno para generar circulante de recursos, normalmente inorgánicos. La desaceleración en la depreciación de la moneda por la responsabilidad monetaria son, sin duda, factores de contribución.

 

La tesis del «pacto» Gobierno-Dólar Today

Para empezar, la noticia de un «acuerdo» entre el BCV y Dólar Today es un completo enigma, comenzando por el hecho de que no hay noticia de fuente confiable que dé por sentado el fin de la demanda del BCV a Dólar Today. Todas las referencias a este hecho van directamente al medio digital El Estímulo como fuente primaria.

 

De ella se desprende un documento donde la alguacil o secretaria de corte, Marcia Waldron, hace saber el fin de la demanda. El documento aparece escaneado, con dos firmas idénticas en la misma hoja y solo está disponible en el usuario Scribd de El Estímulo, sin enlace original, sellado con marca de agua por ellos, además. Intentamos constatar si medios grandes muy interesados en Venezuela como CNN, The Miami Herald, The New York Times, BBC u otros como El Nacional o El Universal se referían al presunto documento que sería emanado de la Corte de Apelaciones del Tercer Circuito, estado de Delaware, pero no hallamos referencia. De hecho, ni siquiera reseñaron la noticia del «fin de la demanda».

 

Buscamos el documento directamente en la base de datos de la página principal de la Corte de Apelaciones del Tercer Circuito, con enlaces a la plataforma «PACER» (Public Access to Court Electronic Records), sin éxito. En la página norteamericana de acceso público Justia Dockets & Filings, donde aparecen públicos los documentos y fallos anteriores sobre la demanda del BCV contra Dólar Today, no aparece precisamente el documento publicado por El Estímulo, el caso 16-2782, el cual, a casi un mes de ser publicado, ya debería estar disponible.

 

Un «pacto» entre el gobierno venezolano y Dólar Today sería un armisticio en el marco de la guerra económica y es curioso que tal noticia no haya sido replicada por medios nacionales y extranjeros de gran calado.

 

La afirmación de que Dólar Today ha congelado su tasa desde hace meses por un supuesto «pacto» con el Gobierno basado en la demanda del BCV a Dólar Today es fofa, dado que la «noticia» del fin de la demanda desde su fuente primaria no ha sido debida y públicamente verificada. La única fuente que cita El Estímulo es la declaración del abogado Ricardo González de la firma Greenberg Traurig, que representó a Dólar Today en el caso, quien supuestamente hace saber a El Estimulo vía correo electrónico el supuesto armisticio.

 

De ahí en adelante hay demasiada teoría de la conspiración que cortar. La réplica o difusión de esa «noticia» la hizo un grupo específico de páginas web que pone en relieve una probable operación dirigida a un target de audiencia específica. Prodavinci, Analítica, Reporte Confidencial, y qué casualidad, La Iguana y Aporrea, replicaron la nota de El Estímulo, abriendo paso a la suspicacia.

 

La destrucción de la tasa Cúcuta sería la consolidación del Dicom

El denominador común es que la única razón del congelamiento de la tasa Dólar Today es el «pacto» y no otras reacciones de la política económica ni de los agentes económicos. Si el paralelo se desboca al alza «es por la (errada) política económica del Estado». Si el paralelo mengua y se congela, volviéndose un cuarto de checheres tirado al olvido, entonces no es por la política económica, sino porque «los compró Diosdado». En fin.

 

¿Qué pasará con Dólar Today?

 

Como página web tendrá buen futuro vendiendo noticias chatarra de la pseudopolítica y como un laboratorio de propaganda sucia contra el país.

 

Como marcador del dólar paralelo ha llegado al ocaso. Y todo yace en la reapertura progresiva de la frontera con Colombia. Para no especular de más, basémonos en la única fuente oficial: el gobernador del estado Táchira, José Vielma Mora, quien ya se ha referido a una probable derogación del Decreto 8 en Colombia que tolera la actividad de cambio libre en la frontera. Es un asunto en discusiones.

 

Los gobiernos de Colombia y Venezuela habían solicitado a la Cepal un estudio independiente que determinara las relaciones lesivas a la economía venezolana del dólar y peso fijados artificialmente en la frontera. El estudio determinó que el daño era dramático. Colombia ha comenzado a colocar como referencia en el Banco de la República (su banco central) la tasa flotante Dicom como marcador entre el bolívar y el dólar y, en consecuencia, con el peso.

 

Una eventual derogación del Decreto 8 en Colombia colocaría a las casas de cambio en una condición en la que obligatoriamente (para poder contar con licencias de operación) tendrían que subordinarse a la tasa de cambio entre el bolívar y el peso según lo estipulado en el Banco de la República de Colombia, el cual a su vez se basa en la tasa Dicom (Simadi) para referenciar el precio flotante del dólar en bolívares.

 

Si se deroga el Decreto 8 al día de hoy, el cambio fronterizo debería posicionarse mañana alrededor de los 656 bolívares por dólar. Es decir, habría una reducción de un 50% de la asimetría cambiaria que incentiva el contrabando y el paso desmesurado de mercancías de Venezuela a Colombia. La paraeconomía perdería inmediatamente un 50% de su estímulo financiero.

 

De hecho, podría generar reacciones de otro tipo como la compra desaforada y descontrolada de mercancías en Colombia por parte de venezolanos. Lo que quiere decir que las fórmulas y los diferenciales serán decisión de gran calado si proceden por parte de los dos países. Es decir, por múltiples razones la adecuación de los tipos de cambio fronterizo y reducción de las asimetrías monetarias deben asumirse con mucho pulso por ambos gobiernos, no debe haber pausa pero tampoco debe haber prisa para la reapertura fronteriza.

 

La destrucción de la tasa Cúcuta sería la consolidación de la tasa oficial Simadi-Dicom como marcador del bolívar no protegido por subsidios, frente al dólar. Si este comienza a ser el determinador de precio de las monedas en las relaciones económicas en la frontera, no habrá Dólar Today que referencie una tasa especulativa creíble que pueda ser posicionada como marcador.

 

(misionverdad.com)