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El director de Producción Occidente de PDVSA, Gustavo Malavé, informó que en estos momentos se encuentran realizando evaluaciones en sus instalaciones y recorridos en el muro de contención de la Costa Oriental del Lago (COL), con la finalidad de constatar su estado luego del temblor registrado este domingo.

 

Malavé señaló que hasta este momento no reportan daños en el lugar.

 

Un poco de historia

 

El muro de contención es una de las más complicadas obras de Ingeniería que se han ejecutado en Venezuela y posiblemente en todo el histórico territorio suramericano es, indudablemente el largo dique de contención tendido a todo lo largo de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, desde Bachaquero a la carretera O de Ciudad Ojeda y de Tía Juana a Cabimas, con una longitud total de 47 kilómetros.

 

La arriesgada obra del Dique, mejor conocido como el muro de Lagunillas, parte desde Bachaquero y se extiende, como una mansa serpiente en eterno sueño, hasta el sitio donde se abraza al Lago el célebre Caño La O, para insurgir desde Tía Juana, el territorio de parques y garzas, transformado hoy en floreciente municipio Simón Bolívar, hasta la Cabimas del incontenido y célebre reventón, ciudad nostálgica, de briosa población que aun lucha a brazo partido y corazón abierto para alcanzar el lugar de importancia a que tiene justo derecho por su aporte millonaria al largo periodo de prosperidad que ha vivido nuestra Patria.

 

Parte importante de la Costa Oriental del Zulia, se encuentra protegida contra el continuo embate del enorme caudal del Lago de Maracaibo, que fue considerado por mucho tiempo como el mayorreservorio de agua dulce de la América latina, por ese dique de contención, tendido con el aporte fundamental de las compañías aceiteras que iniciaron la explotación del negro crudo venezolano durante el primer decenio de este moribundo siglo XX y que ahora preserva con mayor fuerza la empresa petrolera nacional, en protección de las decenas de miles de personas que habitan en el área de subsidencia que afecta fundamentalmente a la parroquia Venezuela.

 

El fenómeno de la subsidencia detectado en el año de 1929 por expertos geólogos al servicio de la Venezuelan Oil Concessions (VOC), representa para la industria petrolera una situación de interés que no ha decaído nunca.

 

Por tal motivo, la construcción del dique de contención se llevo a cabo ese mismo año y contó con la participación de varias transnacionales que operaban en la zona.

 

Para 1932, la empresa Raymond Concrete Pile Company es contratada para realizar los trabajos de elaboración de una muralla marítima de contención, basado en cemento armado. Pilares de 30 centímetro de espesor y de ocho a 11 metros de largo, entrelazados por vigas de acero suplieron la inicial formula preventiva.

 

Años más adelante, 1939-40, se realizaron trabajos de elevación del dique a fin de dar una mayor seguridad a la vida de las personas que habitaban en las adyacencias del mismo.

 

Posteriormente con el objeto de garantizar la confiabilidad de la estructura del dique, en 1964, se crea un rompe ola a todo lo largo de los 47 kilómetros que recorre desde Tía Juana hasta Bachaquero, bordeando las riberas del lago Coquivacoa, como llamaron anteriormente los aborígenes al inmenso Lago de Maracaibo.

 

Luego, en el año 1964 se incorpora al sistema de protección costanera una carpeta de sobre carga para fungir una similar función a la que cumplía el rompe olas. En 1981 se eleva significativamente toda la estructura del dique incluyendo el área pedregosa del mencionado rompeolas.

 

El dique protege más de 70 mil personas en la COL.

 

El dique de contención ha detenido furiosas embestidas de las aguas del lago y aun cuando causaron ciertos temores no ocurrieron verdaderas situaciones de alarma para los pobladores de la COL, específicamente a los que habitan en Tía Juana, Lagunillas y Bachaquero en ese espacio están distribuidas alrededor de unas 70 mil personas.

 

Para el mantenimiento del dique esta el plan de reforzamiento del sistema de explotación costanero, el cual se alarga 47 kilómetros de las riberas lacustres permitiendo la protección de esta cantidad de los habitantes de esas áreas.

 

(NAD)

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