A mediados del pasado mes de mayo, Mark Zuckerberg (32 años), fundador de Facebook y, desde el 2012, propietario de Instagram, celebraba con Selena Gómez (24) su condición de persona con mayor número de seguidores en esta red social en todo el mundo (78,7 millones). Y lo hacía con una curiosa puesta en escena: una reunión de trabajo en una diminuta oficina. «Encuentro con la estrella más grande de Instagram en nuestra habitación más pequeña», escribió Zuckerberg en su muro. Hoy, la admirada Selena parece estar en el camino de una probable desconexión digital.
Precisamente cuando Zuckerberg se felicitaba por el tremendo éxito de Selena en sus redes sociales, la cantante y actriz iniciaba una gira mundial para presentar en directo su último trabajo discográfico. En agosto, sin embargo, decidió poner en pausa el Revival World Tour. «Quiero centrarme en mi salud y felicidad. He descubierto que la ansiedad, los ataques de pánico y la depresión pueden ser efectos secundarios del lupus», explicó en un comunicado publicado en la revista «People».
No es la primera vez que Selena Gómez, aquejada de lupus (mal crónico de carácter autoinmune, que produce inflamación de diversos órganos y que le fue diagnosticado en 2010), paralizaba su vida profesional con objeto de mitigar los efectos psicológicos derivados de esta enfermedad. Sin embargo, en esta última ocasión su ingreso se ha producido a instancias de su propia familia. En el último mes, la popular artista ha estado recuperándose en una clínica del estado de Tennessee, donde se ha sometido a un estricto ayuno digital. A lo largo de ocho semanas, la reina de Instagram, no ha dado señales de vida en esta red social, como tampoco en Twitter o Facebook.
En guerra con Bieber
El empeoramiento de su salud comenzó tras su ruptura con Justin Bieber (22), con quien mantuvo una relación intermitente durante varios años y con quien vive una suerte de guerra digital agravada por la vehemencia de sus respectivas legiones de fans. Los ataques online de las hordas de Bierber han sido recurrentes, aunque Gomez más de una vez ha echado leña al fuego. Coincidiendo con el parón de su gira, el cantante canadiense confirmó su noviazgo con la hermana pequeña de Nicole Ritchie (35), Sofía (18), con la que posó en actitud muy cariñosa en su pagina de Instagram. Tras el consabido ataque de celos las «beliebers», Justin amenazó a sus admiradoras: si continuaban dando muestras de su desprecio hacia la joven Sofía, tomaría medidas. «Haré privada mi cuenta de Instagram si este odio desmedido continua. Si realmente sois mis seguidoras, no tendríais que ser tan miserables con la gente que no os gusta», escribió Bieber. Fue entonces cuando Selena metió baza y se llevó su cuota de mamporros virtuales: «Si no puedes soportar el odio, deja de colgar fotos de tu novia. No te enfades con tus fans», escribió en Instagram. A lo que su exnovio respondió: «Es divertido que quien me utiliza para llamar la atención me apunte con el dedo de esa manera. Triste».
El «detox» digital al que se ha sometido Selena en las últimas ocho semanas ha calmado las aguas y parece que le ha ayudado en su recuperación. El sábado 8 de octubre, se dejó ver en un restaurante de la cadena Texas Roadhouse en Nashville, capital de Tennessee. Algunos de los sorprendidos clientes quisieron inmortalizar el encuentro fotografiando a una Selena Gomezextremadamente delgada y con aspecto decaído. No obstante, en su entorno se asegura que no está dispuesta a descuidar a sus millones de seguidores, más allá de sus problemas de ansiedad. Lo que está en juego, al cabo, es el suelo donde se cimenta su estrellato.
(abc.es)