Historia de Venezuela parece el nombre de una materia de bachillerato, pero ahora es también un documental al que sus directores, Jesús Reyes y Thierry Deronne catalogan como “una película política experimental”.

 

Reyes, un cineasta egresado de la Universidad Experimental de las Artes, fue entrevistado por LaIguana.TV en torno a este filme y al trabajo que, en general, viene realizando el equipo del que forma parte.

 

“Es experimental porque basamos nuestras ideas como realizadores en los planteamientos que se han trabajado desde el Nuevo Cine Latinoamericano, desde los años 60. Creemos, como dice Althusser, que la técnica es ideología. También nos basamos en esa pequeña frase de Simón Rodríguez ‘inventamos o erramos’. Hay un cine que busca repetir un mismo patrón espacial y temporal, nosotros tratamos de encontrar un nuevo tiempo y espacio, conectando por secuencias diferentes acontecimientos que han sido muy importantes en la historia de Venezuela”, explica.

 

El documental, que dura aproximadamente una hora, incluye imágenes tomadas de películas de diversos momentos en los que se ha tocado el tema del petróleo y sus implicaciones en la historia nacional. “También rememoramos algunas fechas importantes, como 1819 con Bolívar y la hazaña del Paso de Los Andes. A través del diario del Libertador nos conectamos con las sensaciones que esto podía generar no solo para Venezuela sino para toda América Latina. Otra fecha importante es 1999, la llegada de Hugo Rafael Chávez Frías. Dentro de la película se busca la conexión entre ambas fechas. Por eso decimos que es una película política y experimental. Quizá es un poco osada, pero por eso decimos que estamos en el camino de ‘o inventamos o erramos’”.

 

En la cinta se incluyen 280 rostros en blanco y negro que recuerdan el mestizaje que se ha experimentado en Venezuela. “Estamos en búsqueda de un cine popular, de la reivindicación de la identidad de las personas. En el cine comercial, la gente de los barrios, los campesinos siempre están desfigurados. Nosotros, de forma crítica, buscando dentro de la historia y reflexionando como realizadores, decimos que no puede ser que los sectores populares siempre sean sinónimo de violencia o de oscurantismo. No puede ser que la mujer esté restringida a un rol secundario cuando nosotros hemos visto, en medio de este proceso revolucionario, que la organización general de todo depende de las mujeres. Se trata de trabajar junto al pueblo para dejar un mensaje no solo a Venezuela, sino también a todos los sectores que están pendientes de una comunicación alternativa. Frente a lo que se transmite por el cine comercial, nosotros tratamos de ofrecer otro punto de vista”.

 

-Cuando dices nosotros, te refieres a un equipo en el que también está Thierry Deronne, un cineasta de origen belga con muchos años en estas tierras y ha sido profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela y de la Unearte. ¿Cómo ha sido para ti, un joven venezolano, trabajar con este “venezolano reencauchado” que es Thierry?

 

-Hay algo muy curioso con Thierry, y es que él ha vivido más tiempo en Latinoamérica que en su país natal. Se siente demasiado conectado con la historia de Venezuela y del continente en general. De hecho, el trabajo de la Escuela Popular de Cine comienza hace más de 20 años en Nicaragua, con la Revolución Sandinista. Thierry expande y hace sentir su visión a través de la investigación, es un hombre muy, muy, muy preparado y totalmente entregado a la construcción de un nuevo imaginario comunicacional que debe responder a la emergencia. Si vemos un canal X, que no vamos a mencionar para no hacerle publicidad, que repite todo lo que nos ha estado oprimiendo como pueblo, luego de analizar sus contenidos debemos hacer algo diferente. Ese es el punto al que nos llama Thierry, nos pregunta: “¿qué vamos a hacer, vamos a repetir o vamos a experimentar? Puede que fracasemos, pero la lucha es luchando”.

 

-Ustedes se han apoyado mucho allí en la escuela del cineasta cubano Santiago Álvarez, figura fundamental de este tipo de cine en América Latina…

 

-Sí, Santiago Álvarez fue un hombre muy especial. Trabajó muchos años en una televisora como mezclador, ponía música. Luego de la Revolución cubana tuvo la oportunidad de experimentar con el formato audiovisual. Durante el período especial, cuando no se encontraba la cinta para filmar películas, él dijo que se podía hacer documentales con fotos. Él supo que podemos combinar imagen y sonido y dar mensajes extras, a través del montaje y de la significación abarcar un mensaje que no está en la imagen ni en el sonido por sí solos sino en la relación de los dos. Santiago lo logró fijándose en la escuela de los rusos como Dziga Vértov, Seguéi Eisenstein, Les Kuleshov, que venían de un proceso revolucionario fuerte e intenso. Santiago Álvarez es una referencia fundamental para nosotros y debería serlo para todo aquel que quiera hacer una noticia de tipo diferente. El punto clave es revelar la contradicción. Eso es lo que permite crecer. Si tapas la contradicción no vas a poder crecer. Si planteas que el mundo es plano y que todo lo que pasa en un gobierno o en un pueblo es feliz estaremos cayendo en la trampa del cine hollywoodense, donde hay un conflicto y, al final, todo termina resuelto con un beso de amor. Es un imaginario que tenemos que ir deconstruyendo. Por eso nos basamos en el Nuevo Cine Latinoamericano, donde buscamos finales abiertos.

 

-En la nota de prensa de la presentación de la película dicen que esta obra “se alza contra el presentismo oscurantista”. ¿De qué se trata eso?

 

-Bueno, es un planteamiento meramente de Thierry, pero puedo tratar de desarrollar la idea. Los venezolanos tenemos el problema de olvidar demasiado rápido. Por ejemplo, nosotros no podemos olvidar los cambios que Chávez hizo. No podemos olvidarnos de todos los esfuerzos que hace el presidente Nicolás Maduro. Reconocemos que hay contradicciones y que estamos frente a una guerra económica. También reconocemos que hay muchos funcionarios del gobierno con la mano metida dentro de cosas. Pero no podemos olvidar que miles de personas entraron a la educación  superior gracias a Chávez. Buscamos reflejar eso dentro de la película. Por eso hacemos paralelismos. A Bolívar lo trataban de “César sanguinario” y algo parecido le ocurrió a Chávez. Decían que era un dictador, un opresor, que quería convertir a Venezuela en otra Cuba. No se dan cuenta de que fue un hombre que generó un cambio radical no solo en Venezuela ni en Latinoamérica, sino en el mundo.

 

-Ustedes han tenido participación con anteriores películas y van a tenerlo con Historia de Venezuela, en festivales internacionales, ¿cierto?

 

-Sí, el año pasado presentamos Hasta enterrarnos en el mar, este año presentamos Memorias del cielo e Historia de Venezuela en el 35 y 36 Reencuentro del Cine Latinoamericano, en Burdeos, Francia. Es una alianza que se hace con  los organizadores de ese festival FAL 33 (France Amérique Latine 33) que permite que cada país envíe un representante.  La gente se queda impresionada porque la información que les llega es que en Venezuela hay guarimbas, es un campo de guerra, la gente se muere de hambre, no hay salud, la economía está por el piso… Algo de cierto hay, pero cuando ven todo lo que se refleja en las películas cambia su percepción. Por ejemplo, Hasta enterrarnos en el mar muestra como cierto sector de Maracay se organiza para seguir adelante a través de sus consejos comunales. Se ve como mayormente son las mujeres las que mantienen la organización. La gente queda sorprendida. En el caso de Memorias del cielo, que se refiere a un barrio de Los Magallanes de Catia, pasa lo mismo. La gente se sorprende porque está convencida de que en los barrios solo hay violencia y delincuencia. Presentamos otra cara del barrio, que es el deporte, la gente que trabaja, la gente que lucha, quienes explican de lleno el tema de la violencia. Porque una cosa es hablar de la violencia de manera externa, y otra es hacerlo de manera interna, buscar la causa y el efecto, lo que genera. Reflejar eso a través del audiovisual es súperexcelente porque la gente puede tener otra idea de lo que es Venezuela.

 

-¿Dónde puede verse la película Historia de Venezuela?

 

-Sí, como son películas independientes que no generan ganancias por taquilla no se pueden ver en salas comerciales. Por AlbaTV es posible verla. Otra opción es estar pendientes de los anuncios que se hacen en el blog de la Escuela Popular de Cine y TV (https://escuelapopularcineytv.wordpress.com/) sobre las presentaciones que hacemos en sectores populares. Mientras tanto, tenemos participación en festivales como el de Santiago Álvarez, y seguimos produciendo. Estamos trabajando en reportajes sobre los problemas del sector campesino y estamos produciendo un largometraje sobre las comunas que estará listo en 2019.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)