Un estudio controversial declara que el semen aumenta la felicidad debido a las hormonas que contiene que el  semen incrementa la felicidad. Ésta es la concusión a la cual llegó un estudio comparativo entre mujeres cuyas parejas utilizan condón y mujeres cuyas parejas no los utilizan. Los investigadores creen que esto se debe a que ciertas hormonas que alteran el humor encontradas en el semen son absorbidas a través de la vagina.

 

El psicólogo y líder del estudio Gordon Gallup, de la Universidad Estatal de Nueva York, advierte que a pesar de su hallazgo las personas no deberían dejar de utilizar preservativos. Un embarazo no deseado o una enfermedad de contracción sexual evidentemente anularían cualquier beneficio psicológico del semen.

 

Su equipo dividió a 293 mujeres en grupos según la regularidad con la que sus parejas utilizaban condón y midieron su felicidad mediante el Inventario de Depresión de Beck, un cuestionario estándar para evaluar el estado de ánimo. Las personas que obtienen una puntación arriba de 17 son consideradas moderadamente deprimidas.

 

Los investigadores encontraron que las mujeres cuyas parejas nunca utilizaban condón obtuvieron una puntación promedio de 8. Aquellas que utilizaban condón de vez en cuando obtuvieron 10.5 y quienes lo utilizaban con regularidad obtuvieron 11.3. Las mujeres que no mantenían relaciones sexuales obtuvieron un promedio de 13.5.

 

Antes de determinar que el semen mejoraba el estado de ánimo, los investigadores estudiaron otras alternativas como el uso de anticonceptivos, la frecuencia de las relaciones sexuales, el tipo de personalidad y la dinámica de las relaciones. Ninguna de estas podía explicar los resultados. En cambio, el semen contiene testosterona, estrógeno, hormona estimulante del folículo, hormona luteinizante, prolactina y varias prostaglandinas diferentes, las cuales intervienen en  el estado de ánimo. Algunas de estas hormonas se detectaron en la sangre de las mujeres horas después de haber tenido relaciones sexuales sin condón.

 

Gallup y su equipo creen que el fenómeno puede ser una estrategia evolutiva, ya que los hombres cuyo semen promueven la felicidad podrían tener más posibilidades de disfrutar de la actividad sexual. Los investigadores continuarán estudiando el tema para ver si los resultados se repiten mediante el sexo oral y anal, tanto en parejas homosexuales como heterosexuales.

 

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