Rusia ha iniciado una inspección de la cadena británica BBC al día siguiente de que su homólogo en el Reino Unido, Ofcom, acusara de parcialidad al canal gubernamental ruso RT. El regulador británico de medios, Ofcom, afirma que el canal RT había violado las reglas de difusión vigentes faltando a la debida imparcialidad en siete programas de noticias y actualidad emitido en un período de seis semanas. RT aduce que Ofcom había ignorado sus argumentos durante la investigación.

 

RT fue creada en 2005 bajo el nombre de Russia Today con el propósito de combatir las percepciones occidentales sobre Rusia, que según describió Svetlana Mironyuk, entonces directora de la agencia estatal RIA Novosti, se reducían a tres palabras: «Comunismo, nieve y pobreza».

 

El regreso de Putin al Kremlin y la intervención rusa en Ucrania y Siria han llevado a RT a forzar muchos enfoques o difundir directamente propaganda gubernamental en los momentos más críticos de los despliegues militares. En 2014, la presentadora de noticias de RT America, Liz Wahl, renunció por la cobertura de la crisis de Crimea en el canal. Ese mismo año, la corresponsal Sara Firth también renunció después de tuitear: «Trabajamos para Putin. A diario se nos pide que, si no ignorarla por completo, ocultemos la verdad». RT habla poco sobre Rusia y mucho sobre cómo Rusia ve el mundo. Se comparan con emisoras estatales como la BBC, France 24 y al Jazeera, poniendo en duda que alguien se objetivo de verdad. RT ha sido criticada por su difícil relación con la verdad. «El plan parece ser confundir, enturbiar las aguas», opina Peter Pomerantsev, un ex productor de televisión ruso y autor del libro sobre Rusia ‘Nada es verdad y todo es posible’.

 

Moscú ha defendido a su canal. El Ministerio de Exteriores de Rusia advirtió de que Moscú daría una respuesta contundente si Londres ponía en marcha acción alguna contra medios rusos. Cuando el regulador ruso de los medios, Roskomnadzor, confirmó este viernes que va a realizar una inspección en la cadena británica BBC, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova, celebró la medida anunciada por Roskomnadzor. «Ya era hora», apuntó la diplomática en su perfil de Facebook.

 

No es la primera vez que el regulador británico inspecciona a la cadena rusa: en mayo pasado Ofcom inició tres nuevos expedientes a RT, que se sumaron a otros siete abiertos en abril en relación con sus programas de noticias y documentales. Rusia ya advirtió entonces que iba a tomar medidas severas en respuesta a las acciones de las autoridades británicas contra los medios de comunicación rusos.

 

Las investigaciones han repasado las emisiones de marzo y abril de este año, en concreto en los informativos que cubrieron el envenenamiento de Serguei Skripal en Salisbury en marzo. Skripal, antiguo agente de la inteligencia militar rusa y reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6, y su hija fueron encontrados inconscientes en la ciudad de Salisbury, a la salida de un restaurante, supuestamente envenenados con una sustancia neuroparalizante. El gobierno británico acusa a Rusia de estar detrás de lo ocurrido.

 

Dos de las violaciones están relacionadas con los programas organizados por el ex parlamentario George Galloway, un presentador habitual del canal, pues sus programas cuestionaron el vínculo entre los envenenamientos de Salisbury y Rusia. Otras infracciones incluyen incidentes en los que los presentadores no rebatieron a los entrevistados sobre temas polémicos y en cambio parecieron estar de acuerdo en todo con sus invitados. También se mencionan los programas e informes sobre el conflicto en Siria, que según Ofcom adoptaron un punto de vista totalmente prorruso sin representar puntos de vista alternativos.

 

Los posibles castigos incluyen forzar a RT a emitir correcciones, imponer multas o, en casos extremos, la cancelación de la licencia de transmisión.

 

La espada de Damocles rusa pende ahora sobre los periodistas británicos en Moscú. Zajarova dijo este viernes que lamenta las molestias que implica para los corresponsales de la pero «la burda injerencia del Gobierno británico en la labor de los medios rusos (constante propaganda contra el canal RT, intentos de desprestigiar a nuestros periodistas, etcétera) no dejan otra opción que responder simétricamente».

 

Los medios estatales rusos llevan años teniendo problemas en varios países por sus controvertidas coberturas y por reproducir al milímetro la línea oficial del Kremlin. En noviembre de 2016 el Parlamento Europeo aprobó una resolución para tomar medidas contra los medios rusos, citando a la agencia de noticias Sputnik y la cadena televisiva RT. Francia adoptó el mes pasado una ley que otorga poderes a su Consejo Superior Audiovisual para suspender el funcionamiento de los medios de comunicación con el argumento de difundir supuestas noticias falsas. Zajarova denunció entonces que a los empleados de Sputnik y RT no se les expedían acreditaciones para trabajar en Francia. Sin embargo, ambos medios fueron acreditados para los eventos con motivo del 100 aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial, que tuvieron lugar en París a principios de noviembre. Estas actitudes han provocado críticas por la injerencia de estos países europeos en la labor de los informadores rusos, que en algunos casos se han sentido amenazadas por estas actitudes.

 

En Ucrania los intentos de poner límites al trabajo habitual de los periodistas rusos han ido todavía más lejos. El Gobierno de Kiev prohibió varios canales de televisión y mantiene en prisión al periodista Kiril Vishinski desde hace medio año.

 

(El Mundo)