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Hace 45 años, cuando a Hugo Chávez le dieron la daga que lo acreditaba como cadete comenzó a sentir que «la cosa era en serio». Desde aquel 6 de noviembre de 1971 cuando fue investido como cadete, el Comandante relató que «se me olvidó el sueño de ser pelotero y me dije: soldado soy».

 

Este sábado se cumplen 45 años de aquel día cuando Chávez ingresó a la Academia Militar, momento en el que anhelaba un uniforme de pelotero con el mismo fervor con el que atendió, tiempo después, el llamado de la patria. En aquella fecha aquel jovencito de Barinas vino a Caracas para cumplir el sueño de ser lanzador del equipo Navegantes del Magallanes.

 

Fue en la Academia Militar, donde Chávez dejó a un lado el sueño que traía a los 16 años, seguir el camino de Néstor Isaías Chávez Silva, conocido como el «Látigo Chávez», un destacado beisbolista del equipo del Navegantes del Magallanes.

 

 «Cuando entré a la vieja escuela militar yo era, modestia aparte, buen estudiante, deportista y andaba buscando camino, pero no puedo decir que era un bolivariano; no había tenido ni siquiera militancia o participación política en mi liceo en Barinas. Lo mío era el béisbol, los estudios y la vida de un muchacho de barrio y pueblo», relató el líder de la Revolución Bolivariana durante una entrevista.

 

En su juventud, Chávez no militaba en ningún partido, apenas sentía un leve simpatía por el Movimiento Electoral del Pueblo, cuyas referencias tuvo a través de su padre.

 

Sin embargo, era la época de la persecución de militantes y dirigentes de partidos de izquierda en el país y en la región, con el hecho concreto del golpe de derecha contra el presidente socialista de Chile, Salvador Allende, en 1973 y «había un germen, un germen patriótico», decía Chávez cuando recordaba, a sus 58 años, la situación política y social del país al momento de hacerse cadete.

 

Fue en ese contexto político, cuando inmerso en sus estudios de historia de Venezuela, comenzó la llamarada patria. «Me asaltó Simón Bolívar, me llegó. Ciento cincuenta años nos cayeron encima. Fue aquí cuando me hice bolivariano», contó.

 

Cuando cursaba el tercer año de la Academia, exactamente el 13 de marzo de 1974, le tocó estar en la agrupación de parada que rendiría honores al recién electo presidente de la República de ese entonces, Carlos Andrés Pérez, quien iba a tomar posesión de su cargo para el período 1974-1979.

 

Luego del ceremonial, Chávez escribió en su diario: «Después de esperar bastante tiempo llegó el nuevo al presidente. Cuando le veo quisiera que algún día me tocara llevar la responsabilidad de toda una patria, la patria del gran Bolívar».

 

Con esas líneas en su diario Chávez fue otro. No salió de la Academia con un guante y una pelota. «Me fui con el libro del Ché bajo el brazo y con el espíritu y el corazón revolucionario».

 

Comenzaba, pues, el surgimiento de un movimiento bolivariano, el renacer de las esperanzas de un pueblo para construir una Venezuela de verdadera inclusión social.

 

(AVN)

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