Así como los hombres sufren de congestión en los testículos luego que «no los dejan terminar», las mujeres también pueden llegar a sufrir de «congestión vaginal».
La congestión de los testículos es un fenómeno común entre la comunidad masculina, se trata de un dolor intenso en la zona genital y uno de sus síntomas es cuando la piel del escroto se torna algo azulada.
En estos casos, el flujo sanguíneo y linfático aumentan en los genitales masculinos; al mismo tiempo, los músculos que controlan la salida de fluidos de los testículos, responden con fuerza, lo que provoca una concentración inusual.
En condiciones normales, esta concentración logra erecciones satisfactorias durante el coito. Durante este proceso, el tamaño de los testículos aumenta de 25 a 50 por ciento.
Al terminar el acto sexual y eyacular, los músculos del pene se relajan, los testículos se vacían y por lo tanto el hombre descansa feliz. Sin embargo, cuando luego de severa actividad sexual, el hombre no llega al orgasmo o «se lo interrumpen» sin «venirse», es cuando se da la congestión testicular. El término médico para esto es «vasocongestión».
Ovarios Rosas
Pero este padecimiento tiene su contraparte femenina, conocida como «congestión pélvica», «congestión vaginal» o simplemente «ovarios rosas», en contra parte a lo que serían las «bolas (testículos) azules».
No obstante, en el caso de las mujeres estos dolores no sólo son producto del sexo; nntre las causas físicas de la «congestión vaginal» tenemos principalmente patologías ginecológicas (dismenorrea, endometriosis, adherencias pélvicas, enfermedad pélvica inflamatoria, síndrome de congestión pélvica, tumores ováricos o uterinos), gastrointestinales (síndrome de intestino irritable) y las urinarias.
La dispareunia, es el dolor que las mujeres sienten durante la penetración, y es una de las principales «excusas» para que las mujeres no quieran tener sexo.
En el caso de los hombres, hay diversos tratamientos, pero los médicos recomiendan simplemente el método de «liberación sexual», es decir, llegar al orgasmo, ya sea a través de la masturbación o el sexo.
Para las mujeres es lo mismo, si sienten este espantoso dolor, se puede deber a que no han liberado toda su energía sexual, algo que deben solucionar con sexo. Otro remedio, más bien popular, es tomar duchas frías (tanto para hombres como para mujeres)
Según los médicos, este mal no tiene secuelas en la salud de las personas y tampoco es algo contagioso.
(Sdpnoticias/Suite)