Seis acciones fundamentales para “armonizar Venezuela” enumeró Eduardo Fernández, abogado de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y director del Instituto Internacional de Políticas Públicas Ifedec, en el programa Análisis Situacional.

 

Fernández, en el espacio conducido por Oscar Schémel, alertó que la actual coyuntura venezolana “no se resuelve ofendiéndonos recíprocamente, porque ya estamos llegando a esos niveles de darnos los pescozones. Se resuelve sentándose en una mesa a ver cómo ayudamos a Venezuela y a los venezolanos a resolver sus problemas”. Sostuvo que para llevar a cabo esto se necesita:

  1. Reconocimiento y respeto de las partes. Que tanto oposición como Gobierno entiendan que su participación es importante para construir un acuerdo que impulse soluciones efectivas.
  2. Reconocer a la Asamblea Nacional. “No hay manera de prescindir de una Asamblea donde está la representación de la voluntad popular de las últimas elecciones”, expresó.
  3. Tener en cuenta la participación de la Fuerza Armada Bolivariana en la dinámica nacional.
  4. Llamar a la mesa de diálogo a los factores de la producción, empresarios,organizaciones empresariales y sindicales; así como trabajadores organizados.
  5. Incorporar a la Iglesia Católica “que es la institución con más autoridad moral que existe en el país”.
  6. Llamar a la mesa a la academia, a las universidades y a los sectores “pensantes” del país.

 

Fernández instó a la oposición a entender que el chavismo es una “fuerza fundamental que no desaparecerá” y al Gobierno a reconocer que la oposición en este momento “tiene un respaldo popular mayoritario”. Precisó que ninguno puede prescindir del otro.

 

“La política es diálogo, cuando no hay diálogo no hay política y cuando no hay política, hay guerra (…) puede ser verbal inicialmente y después convertirse en material”, señaló.

 

Cultura del diálogo

 

Fernández se mostró a favor del establecimiento de mesas de diálogo. Calificó como “el gran pecado” el haber  sustituido la cultura del diálogo por la confrontación y no haber dejado espacios para la convivencia pacífica y civilizada.

 

“Yo creo que en esto tiene una grandísima responsabilidad el hecho de que prevaleció una cultura militarista. El militar da órdenes y no tiene adversarios sino enemigos. En el Gobierno del presidente Chávez y en el de Maduro ha prevalecido una cultura militarista y lamentablemente muchos  de los líderes de la oposición han caído en el juego de la cultura de la confrontación”, dijo.

 

Habló de experiencias internacionales en países como Alemania, España, El Salvador, Nicaragua y recientemente Colombia; donde se logró superar las crisis apoyados en el consenso para fomentar la recuperación. Sostuvo que el interés nacional debe estar por encima de los intereses partidistas y que el ingrediente necesario para salir adelante es “inteligencia para comprender la magnitud y las características de la crisis”.

 

El entrevistado puso en duda que la salida del presidente Nicolás Maduro fuese una garantía de solución a la crisis que atraviesa el país. Agregó que además de un cambio de gobierno se necesita “armonía, inteligencia y entendimiento para tomar las medidas económicas que permitan que el aparato productivo del país se reactive”.

 

Hizo un llamado a la oposición a estudiar a los líderes y los planes económicos que pudiesen considerar ante una eventual alternancia. Pidió caminar juntos hacia la unificación nacional para resolver los problemas y evitar volvernos “un país enguerrillado en franca confrontación”.

 

El Vaticano

 

Fernández calificó como una gran noticia la participación de El Vaticano ya que a su juicio es una institución que “no tiene intereses particulares en Venezuela”. Celebró que la posición de la Santa Sede sea a favor de un “diálogo inteligente constructivo” que tome en cuenta un tema fundamental como lo es la erradicación de la pobreza y el respeto por el derecho a la vida.

 

Se mostró confiado en que la participación católica asumirá compromisos con los pobres antes que apoyar ambiciones presidenciales o personales de algunos actores. Hizo un llamado a colocar en primer lugar los problemas de la gente y la reactivación de la economía en la agenda nacional.

 

Respecto a las acciones que debiera emprender la ciudadanía señaló:

 

“Como San Benito cuando le preguntaban en esos momentos de crisis “¿qué hacemos?” y él decía “pues rezar y trabajar”. Hay que pedirle a Dios que nos ilumine, que nos ayude, especialmente a los que están liderando el poderoso proceso de la barricada pero hay que trabajar”, expresó.

 

Pidió al pueblo promover la cultura del diálogo, exigiéndole a los líderes que se sienten alrededor de una mesa a conversar sobre los problemas de la gente y no sobre los problemas de sus ambiciones grupales o personales.

 

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