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Hace quince años, el 19 de noviembre de 2001, como parte de una serie de maniobras emprendidas por la derecha venezolana con el propósito de derrocar el gobierno constitucional del presidente Hugo Chávez, la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) convocó a un paro patronal por 24 horas para el lunes 10 de diciembre de 2001.

 

Esta maniobra contó con el inédito apoyo de la dirigencia de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), organización sindical controlada por Acción Democrática (AD) y partidos tradicionales de la derecha, constituyó un ensayo de las acciones que desembocarían en el Golpe de abril de 2002.

 

En rueda de prensa, el presidente de Fedecámaras de la época, Pedro Carmona Estanga, acompañado del directorio en pleno y de varios ex presidentes de la cúpula empresarial, informó que por unanimidad el ente acordó la convocatoria a un “paro cívico nacional” en protesta por la supuesta aprobación “inconsulta y atropellada” de un conjunto de 49 instrumentos legales promulgados vía Habilitante por el presidente Hugo Chávez.

 

Estanga aseguró que la manifestación tendría como objetivo “plantear al país la más enérgica protesta y solicitar una rectificación al Ejecutivo Nacional y a los órganos del poder público para la revisión profunda del rumbo que pretende dársele al país”.

 

Foto: Firma del acuerdo entre la CTV, Fedecámaras y la Iglesia el 5 de marzo de 2002, días previos al golpe de Estado)
El representante de la burguesía insistió en que esta medida no se relacionaba con la “legitimidad o circunstancia del gobierno; no tiene intención desestabilizadora; es el deber del empresariado hacer frente a esta situación. No deseamos inestabilidad política”, tal y como refleja la prensa de esa fecha.

 

Los hechos históricos posteriores confirmaron el engaño y las mentiras premeditadas contenidas en estas palabras.

 

Para algunos analistas esta manifestación no sólo paralizó de forma significativa las actividades económicas en buena parte del país, sino que también cohesionó a los grupos opositores.

 

En este sentido, Fedecámaras, la CTV, la mayoría de medios de comunicación y partidos políticos se aglutinaron en un solo frente contra el Gobierno.

 

Aunque el paro fue calificado como exitoso, los opositores a Chávez no lograron hacer retroceder al Gobierno Bolivariano en la aplicación de las necesarias leyes habilitantes. Es así como la derecha comenzó a construir una dañina polarización contra el país.

 

El paro del 10 de diciembre fue la primera de una serie de acciones desestabilizadoras que desembocarían en el Golpe de Estado perpetrado el 11 de abril de 2002 en contra el Gobierno legítimo de Hugo Chávez.

 

Derrocado el líder revolucionario y usurpada la presidencia por el propio Carmona Estanga, en apenas 47 horas fue devuelto al poder el 13 de abril, gracias a la resistencia heroica del pueblo y el apoyo de las Fuerzas Armadas, quienes emprendieron una rebelión cívico-militar contra el “breve” dictador empresarial, y pasó a la historiografía venezolana como “Pedro El Breve”.

 

(VTV)