El apoyo del gobierno de Estados Unidos es importante, dada su condición de fuerza imperial, pero no es suficiente para mantener el en poder a un “presidente provisional”. La mejor demostración de ello es el breve mandato de Pedro Carmona Estanga.

 

El dirigente empresarial se autojuramentó el 12 de abril de 2002 en un acto celebrado en el palacio de Miraflores, mientras el presidente Hugo Chávez se encontraba secuestrado por los militares golpistas. De inmediato fue reconocido por el gobierno de Estados Unidos, a través del entonces portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. Sin embargo, unas pocas horas más tarde, Carmona estaba preso y Chávez había retornado al poder.

 

En esa ocasión también el gobierno de España resolvió reconocer al supuesto nuevo presidente y por ello envió a su embajador, Manuel Viturro de la Torre a saludar a quien había sido nombrado canciller por Carmona, el socialcristiano José Rodríguez Iturbe.

 

(LaIguana.TV)