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Los fuertes ataques contra las zonas rebeldes en el este de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria, han obligado a huir a hasta 16 mil personas, informó hoy Naciones Unidas.

 

Si los combates siguen extendiéndose se sumarán otros miles, alertó el coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Stephen O’Brien.

 

Según la oficina de Derechos Humanos de la ONU, miles de personas se encuentran atrapadas en las zonas controladas por la oposición y sufren continuos bombardeos. El lunes el Ejército sirio tomó por completo la parte norte del sector este de la ciudad, que estaba bajo control de los rebeldes.

 

Al menos 10 personas que huían de los combates murieron en un bombardeo aéreo, aseguró por su parte el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Se trataba de civiles que intentaban llegar a pie a zonas más seguras. También hubo decenas de heridos en el barrio de Bab al Nairab, en la parte este.

 

La organización de asistencia humanitaria Cascos Blancos habló de 25 muertos y aseguró que el ataque fue cometido por aviones de la Fuerza Aérea siria.

 

Hay informaciones de que grupos opositores están impidiendo a civiles que huyan.

 

Se teme también de que personas con contactos con grupos armados de la oposición puedan ser arrestados si huyen a zonas controladas por el Gobierno o los kurdos.

 

En el este de Alepo aumenta el temor a que se produzcan actos de venganza por parte del régimen. Amnistía Internacional explicó que muchos civiles temen ser atacados por las fuerzas gubernamentales. El Gobierno sirio tiene una «larga y oscura historia» de arrestos arbitrarios y desapariciones de personas, afirmó Amnistía. Por eso es importante proteger a la población civil en zonas conquistadas. «Tengo miedo de ser arrestado. El Gobierno no hace ninguna distinción entre médicos, civiles y combatientes», afirmó Abdulhalek, un médico de la zona rebelde. «Como nos hemos quedado en el este para ellos somos todos terroristas», agregó.

 

En la zona este de Alepo ya no hay hospitales funcionando y los almacenes de alimentos están prácticamente vacíos. El régimen sirio conquistó en los últimos días más de un tercio del terreno que estaba en manos de los insurgentes. Miles de personas huyeron a las zonas en manos del Gobierno o de los kurdos, pero también a otras áreas rebeldes.

 

Pese a sus retrocesos, los rebeldes anunciaron que no se retirarán.

 

«La lucha continúa», dijo a dpa hoy Usama Abu Seid, asesor del Ejército Libre Sirio (ELS). El avance del régimen es resultado de «una presión militar masiva» contra los rebeldes, que solamente cuentan con armas ligeras. «Esto no significa que la batalla haya llegado a su fin».

 

Abu Seid acusó a Occidente de haber abandonado a los rebeldes sitiados en Alepo, mientras que en cambio apoyan a la milicia kurda YPG y por tanto al régimen, ya que los dos han hecho causa común en la ciudad. «El mundo lleva a cabo una política miserable», dijo Abu Seid. «Ignora el papel de Rusia y de Irán en la ocupación de Siria y a la vez nos impide acceder a armas», añadió.

 

Las YPG son el principal aliado de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (EI). La milicia kurda controla amplias zonas en la frontera con Turquía y el barrio de Sheik Maksud en el norte de Alepo.

 

En tanto, Francia pidió hoy al Consejo de Seguridad de la ONU que evalúe las posibilidades de prestar ayuda a la población civil. «Más que nunca deben cesar los combates y se debe permitir el acceso libre a la ayuda humanitaria», afirmó el ministro de Exteriores galo, Jean-Marc Ayrault. Alemania se expresó también de forma parecida.

 

(DPA/www.jornada.unam.mx)

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